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2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Ana Soriano y Jesús Ros, pareja formada en Vaquilla: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Ana Soriano y Jesús Ros, pareja formada en Vaquilla:
Ana Soriano y Jesús Ros, junto con sus dos hijas, Candela y Macarena, con las que siguen la tradición vaquillera

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Ana Soriano y Jesús Ros, pareja formada en Vaquilla: "Seguimos siendo de la misma peña y mantenemos la tradición"

"Yo decía que la fiesta no es para ligar, pero no se puede decidir cuando encuentras a tu pareja
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Ana Soriano y Jesús Ros tienen arraigada la tradición vaquillera que les viene de familia, pero nunca imaginaron que encontrarían el amor en estos días y en su peña de toda la vida, Los Chachos. Ahora, 27 años después y con sus dos hijas, Candela y Macarena, preparan la Vaquilla más rara de sus vidas, esa que no podrán celebrar por la Covid-19. 
-¿Cómo se conocieron?
Ana Soriano: -En la peña Los Chachos primero y luego corriendo el toro. No nos conocíamos de Teruel. Coincidimos en Chachos y luego corriendo el toro. Pero no empezamos a salir entonces. Fue al año siguiente, a la Vaquilla siguiente.
Jesús Ros: -Nos dimos una Vaquilla de tregua. (Entre risas).
-¿Cómo fue esa primera Vaquilla juntos?
J.R.: -Fue al final de la Vaquilla. Ya estábamos tonteando pero tampoco sin cerrar nada y fue el lunes por la noche cuando nos dimos el besito. (Más risas)
-¿Creen que la fiesta es un buen momento para ligar?
A.S.: -Yo siempre decía que no, porque te pierdes la fiesta y el estar con los amigos pero, al final, no se puede decidir cuando encuentras a tu pareja.
J.R.: -Sí. La gente está alegre y contenta y puede ser un buen momento. La gente no se tiene que centrar en eso y desperdiciar la Vaquilla. Si caes, caes.
-¿Continúan celebrando juntos la fiesta?
A.S.: -Sí, somos de la misma peña y seguimos con la misma pandilla de amigos…, aunque tenemos nuestros momentos cada uno por su cuenta.
-A pesar de la intensidad de la fiesta, ¿les queda un rato de intimidad para recordar esa primera Vaquilla juntos, lo celebran?
A.S.: -No mucho. A veces lo recordamos pero no tenemos una celebración especial. De hecho, como la Vaquilla cambia de fecha muchos años no coincide. Celebramos más el día del mes que no el que sea el lunes de la Vaquilla.
-¿Cómo ha ido cambiando a lo largo de los años su vivencia de la fiesta?
J.R.: -No ha cambiado mucho, salvo por las niñas.
A.S.: -Ha habido cosas que no han cambiado. Seguimos siendo de la misma peña, seguimos yendo a las mismas tradiciones: a la merienda, al pañuelo (aunque te vuelvas mayor y todo el mundo no quiera entrar). Intentamos hacer más o menos lo mismo. Sí que cambia con la edad: los niños, los años que he estado embarazada o las horas de acostarte porque luego tienes que madruga. Ahora haces más vermús pero, realmente, no nos perdemos ningún acto. Seguimos manteniendo nuestros disfraces con nuestros amigos y con la familia. Intentamos mantener lo mismo.
-¿Qué supone la Vaquilla en sus vidas?
J.R.: -Para mí supone la fecha clave de todo el año. Cuando veo el calendario, la primera fecha que miro es que el lunes de la Vaquilla esté en rojo, si no ya no me gusta el calendario. 
A.S.: -Para mí es la fiesta más especial del año y es uno de los momentos más especiales porque desde la niñez nos lo han inculcado nuestras familias. Porque son momentos en los que nos volvemos a juntar y a recordar cosas importantes. Para mí es de los momentos más importantes del año. No lo cambiaría por otra fiesta.
-¿Tratan también de transmitirle la tradición a sus hijas?
A.S.: -Sí, eso lo hemos tenido claro desde el primer momento. A lo mejor hubiera sido más cómodo irte cuando son pequeñas o cuando estaba embarazada pero todo lo contrario, queremos que lo vivan desde pequeñas para que sean vaquilleras de verdad y que sigan todas las tradiciones: las hemos llevado a los toros, al Campanico,... a la puesta de pañuelo no, porque todavía no pueden, pero desde que han nacido han tenido sus trajes de Vaquilla, sus pañuelos bordados por la familia, o sea, que la tradición sigue.
- Esta iba a ser la primera Vaquilla de su hija Macarena. ¿Cómo lo van a vivir?
A.S.: -Claro. El año pasado, como ya estaba embarazada, le dije a mi madre: Ve preparando todo. Y mi madre había preparado su ropa. Ya tiene su casaca, su pantalón como su hermana, su pañuelo bordado... Todo preparado para su primera Vaquilla pero, bueno, que la posponemos, no pasa nada. 
-Son de familia de tradición vaquillera los dos ¿verdad?
A.S.: -Sí, mis padres han sido siempre de peña. Ahora ya no, pero siguen yendo a todos los actos y nos lo han inculcado desde pequeños. Nunca nos han llevado a otro sitio. Aunque éramos muchos y era difícil conseguir ir, ellos se sacrificaban, pero nos quedábamos en la fiesta.
-¿Qué es lo que no falta nunca en su celebración de la Vaquilla?
A.S.:-Nunca puede falta el pañuelo, por ejemplo, es una cosa que intentamos anudárnoslo de unos a otros y que siempre lo llevamos. Están bordados, las pequeñas los tienen bordados.
J.R.: -Ni el pañuelo rojo ni la charanga, ni los toros, ni los actos estructurales de la fiesta: Campanico, pañuelo, misa del Ángel, merienda... La alegría es un añadido estupendo y las peñas pero la estructura de los actos es fundamental.
A.S.: -Desde luego, la charanga. Sin la charanga, ni la merienda, ni el pañuelo, ni nada sería lo mismo.
J.R.: -No puede faltar ningún ingrediente porque si no, no sale igual. Este año vamos a hacer un guiso que nos va a salir muy soso. Nos va a faltar la sal y la pimienta. Es un guiso que necesita muchos condimentos.
-¿Además de empezar su relación en la Vaquilla, han vivido algún otro momento fundamental de sus vidas en estas fechas?
A.S.: -A mí me programaron el parto de mi primera hija para el lunes de la Vaquilla, luego no fue así pero, vamos, casi.
J.R.: -No hemos tenido ninguna cosa porque no hemos programado nada. Nos hemos programado para disfrutar la Vaquilla. Es más, si hubiera una boda o un bautizo o algo de eso siempre hemos dicho que no iríamos.
A.S.: -Hemos avisado a los familiares: programar lo que queráis pero no iremos. Jajaja.
-¿Qué hace a la Vaquilla diferente a otras fiestas?
A.S.: -Creo que el cómputo de todo porque charangas hay en muchas fiestas, toros hay en otras, peñas hay en otras. 
J.R.: -Lo que la hace diferente es el sentimiento individual que cada uno tiene hacia ella. Porque el que viva San Fermín intensamente pues dirá: Esto es parecido o incluso las mías son mejores. Es el sentimiento y luego la alegría, el desbordamiento de alegría que hay en la calle. A lo largo del año en Teruel no existe nada igual. Si lo comparamos con otras fiestas, cada uno dirá que la suya es la mejor, pero por el sentimiento.
A.S.: -Por las vivencias que has tenido. Está claro por el sentimiento que te han transmitido de la importancia que tiene la fiesta.
-¿Cómo se sintieron cuando se anunció que no habría fiesta?
A. S.: -Ya lo teníamos claro, pero no gusta. Lo mejor fue Candela que cuando empezaron a suspender fiestas dijo: Mamá lo gordo sería que suspendieran la Vaquilla. Y dije, pues va a ser así. 
J.R.: -Yo me enfadé. Sabía que iba a pasar, pero me enfadé. 
A.S.: -Lo asumes porque sabes que es lo que hay que hacer. No se puede hacer en estas circunstancias otra cosa. Es lo más sensato.

J.R. Para mí la Vaquilla es el mejor antidepresivo que existe. Y este año nos quedamos sin esta medicación, cuando más hacía falta, no la podemos disfrutar. Queda la espera y ya está.