Síguenos
2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Antonio Giménez, subastador de palcos para la merienda hasta 2011: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Antonio Giménez, subastador de palcos para la merienda hasta 2011:
Antonio Giménez dirigiendo la subasta de palcos en el 2011, su último año. Archivo Diario de Teruel

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Antonio Giménez, subastador de palcos para la merienda hasta 2011: "Cuando llegó el euro pregunté si se mantenían o no las pesetas"

La Vaquilla han sido días especiales para él desde que era niño
banner click 244 banner 244

Antonio Giménez ejerció hasta 2011 como subastador de los palcos de la merienda. Un acto que el sábado de la Vaquilla se hace en el salón de plenos del Ayuntamiento donde los vaquilleros pagan para acceder a un palco de la plaza de toros donde irán a merendar al día siguiente.
-¿Cuánto tiempo ha estado al frente de la subasta?
- Estuve en dos etapas porque por discrepancias con un alcalde deje de hacerlo durante unos años. Entonces lo hizo Ramón Calvé, Pepe Esteban y José Miguel Meléndez, que es quien también lo hace ahora. Luego, volví con Lucía Pérez como alcaldesa y seguí hasta 2011 cuando dije que ya lo dejaba. Ese día hicieron un feo porque se adelantó a las 11 y los amigos no se pudieron despedir.
-¿Cómo empezó a ser subastador?
-Tenía un compañero, Fabián Pérez, que había sido consumero conmigo. Quitaron los consumeros en el año 61-62. Él entró de conserje y como era el último en entrar le tocaba ser el que llevaba la subasta porque lo hacía, según la tradición, el vox publica. Yo estaba con Arturo Porto en intervención y como él tenía tanto sufrimientos haciendo la subasta le ayudé. Estaba subastando el palco número 5 y ahí empecé yo. No sé cómo me salió toda esa retórica de la subasta. Había muchas familias que se llevaban los palcos por dos reales pero empecé a subir y les costó mucho más. Se pusieron delante del alcalde y le dijeron que vaya adquisición había hecho conmigo. Desde entonces se me quedó aquel estilo que es el que mantuve siempre.
-Cuado llegó el cambio al euro, se decidió mantener la subasta en pesetas en vez de en euros.
-Sí y siempre preguntaba al principio ¿en euros o en pesetas? Y todos gritaban; ¡En pesetas, en pesetas!
-¿Qué pasaba con los palcos de la Diputación?
-Los más caros se los llevaba la Diputación Provincial, pero hubo un momento que la presidenta Carmen Pobo dijo que no me pasara porque no iba a pagar tanto como otros años. Tuve que avisar a Barrabino y a otros, que eran los que hacía que subiera el precio de el de la Diputación, que pararán. 
-¿Qué pasaba con el palco número 6?
-Ese se le adjudicaba a la reina y damas de las fiestas, pero no se ocupaba. Se le daba a la Diputación y hubo un momento que Rosa Blasco que había sido reina, se lo quedó, y lo pegó bastante bien. 
-Después de ser subastador. ¿Ha vuelto a ver la subasta?
-Sí que he ido. Me acerco, saludo, estoy allí un rato y además saqué una jotica para antes de la subasta: “Ya suena el campanico, la salve cantando están, el vaquillero, la subasta, la Vaquilla va a empezar”. La cantamos los de la peña El Puchero. Es una forma de recordar esos momentos.
-¿Va a la merienda el domingo?
-Sí también voy con la peña. Eso no lo he dejado. Fui secretario (técnico) de Fiestas muchos años. Íbamos por ejemplo a Andalucía a comprar los toros. La Vaquilla es algo especial que tengo yo. Desde los 6 años ya me llevaba mi madre a ver los toros ensogados y tengo 81. Cuando salían los toros del lunes nos dejaban en las escaleras del mercado, aquel tan bonito que tiraron, y veíamos pasar los toros.
-¿Cree que la tradición de la subasta se puede perder?
-No creo. Lo que se perdió fue la venta de entradas a la plaza que se hacía en el Ayuntamiento el domingo por la mañana. Y las tradiciones no se pueden perder.