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2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Carlos Sabino, precursor de los disfraces del domingo: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Carlos Sabino, precursor de los disfraces del domingo:
Carlos Sabino fue vaquillero del año en 1994

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Carlos Sabino, precursor de los disfraces del domingo: "Haber sido Vaquillero del Año es ser un pedacico de la historia de la Vaquilla"

"Si me pagasen un euro por cada foto que me han pedido disfrazado, sería rico"
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Nuria Andrés

Carlos Sabino es el precursor de los disfraces de la tarde del domingo de Vaquillas. Un año, un percance con un toro hizo que fuera vestido de médico,al año siguiente se disfrazó con este mismo atuendo y tiempo después, cientos de vaquilleros siguieron su ejemplo. Lo que empezó con un sólo disfraz se convirtió en el ritual del domingo de la fiesta turolense. Fue vaquillero del año en 1994, uno de los fundadores de la Peña Los Chachos y presidente de El Disloque. Este año va a echar en falta la Vaquilla pero pide prudencia a los turolenses y que el año que viene se pueda celebrar doble.
-¿Cómo encajó la noticia de que este año se suspendieran las fiestas de La Vaquilla?
Mal pero ya me lo esperaba. Se habían suspendido ya los San Fermines y sabía que a La Vaquilla no llegábamos.
-¿Qué es para usted La Vaquilla?
-Una válvula de escape. Es hacer todo lo que no has podido hacer durante el año pero sin faltar ni meterse con nadie. Yo nunca he tenido una discusión en La Vaquilla, he preferido dejar los problemas para cuando acabaran las fiestas. 
¿Recuerda su primera Vaquilla?
-Sí,cuando era un crío y veía los toros desde el balcón, que salía por la calle con mis amigos y queríamos imitar a los mayores. 
-Fue Vaquillero del Año en 1994 ¿Qué recuerdos tiene de esa Vaquilla?
-Fue un orgullo. Me emociono al recordarlo. Es cuando empiezas a ser un pedacico de la historia de La Vaquilla. Fue para mí la mejor de mi vida. Seguí haciendo lo mismo que otros años, seguí sacando mi disfraz. Fui al ayuntamiento, que estaba a reventar y me pusieron la blusa con los escudos de las peñas. Ese mismo año hicieron vaquillero de honor al Viaducto Viejo y descubrí la placa que está al inicio de este. Lo pasé muy bien, todo el mundo con el que me encontraba me daba la enhorabuena. Fue muy bonito. 
-¿Cómo ve que ha cambiado La Vaquilla a lo largo de los años?
-En general, es todo lo mismo. Lo preocupante es la cantidad de gente que viene, cómo controlar a ese tumulto, pero la Vaquilla sigue siendo igual, las tradiciones son las mismas: Pañuelo rojo, pantalón blanco, camisa blanca y la gorrinera, aunque esta vino mucho después. La sacó una peña que se llamaba Structra.
-¿Se queda con la Vaquilla de antes o la de ahora?
-Con las dos, cada una en su época. Antes había menos gente, menos peñas, podías frecuentar más cosas que ahora. Ahora hay más de todo pero cada una es especial.
-¿Cómo va a vivir esta ‘no Vaquilla’ usted que es conocido por participar activamente en ella?
-Pues supongo que como nos tomaremos unas cervezas no nos daremos ni cuenta pero es una pena. La otra noche recordaba que por estos días ya estaríamos empezando las fiestas. Yo espero que no pase nada, que la gente tenga conciencia, mejor prudencia y que el año que viene lo podamos celebrar dos veces o que al menos nos regalen un día más. 
- Usted es el precursor de los disfraces en la merienda del domingo. ¿Cómo nació su afición por disfrazarse en La Vaquilla?
-Cuando era un chaval en la plaza de toros. Estaba con mis amigos sentado y de repente un toro nos pegó un empujón, al saltar la barrera, el pantalón se me enganchó en un clavo y se quedó como una falda medio rota. Mis amigos, en broma, me metieron en la enfermería y el médico me dió una bata de médico porque iba medio desnudo. El año siguiente me volví a poner la bata con un coche de niños en el que llevaba una cuba de vino. Desde entonces, cada año me he disfrazado. Voy con el disfraz desde el domingo por la tarde hasta el martes.
-¿Qué disfraz considera el más especial?
-El de cardenal. Era un traje que me hicieron en Valencia y además me puse unas gafas redondas como las de Quevedo y unos anillos dorados. Fue difícil llevarlo del respeto que me daba. Luego también me gustó mucho el de indio, que me lo hicieron en casa. Me acuerdo de mi madre poniendo las plumas para el traje y mi padre tejiendo una coleta. 
-¿Quién hay realmente detrás de los disfraces? 
-Nadie. Somos una misma persona. 
-Se ha convertido en un icono del desfile peñista, ¿Está contento?
-Claro, mientras la gente se divierta conmigo. Es una fiesta para pasarlo bien, si me pagasen un euro por cada fotografía que me han pedido por mis disfraces, sería rico. 
-¿Qué mensaje de ánimo daría a todos los que como usted echarán en falta la Vaquilla 2020?
-Tranquilidad y esperar a que venga la de 2021 para disfrutarla el doble. Yo siempre digo que si me han quitado una Vaquilla, yo me quito un año de edad.