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Amical anima a las instituciones a implicarse con la memoria de los deportados: 293 turolenses estuvieron en campos nazis Amical anima a las instituciones a implicarse con la memoria de los deportados: 293 turolenses estuvieron en campos nazis
Juan Manuel Calvo e Ignacio Urquizu firman el acuerdo de adhesión a la Red Nunca Más de la Amical. Marcos Navarro

Amical anima a las instituciones a implicarse con la memoria de los deportados: 293 turolenses estuvieron en campos nazis

La asociación memorialista decana en España firmó la adhesión del Ayuntamiento de Alcañiz a la Red Nunca Más
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Segundo Espallargas Castro (Albalate del Arzobispo, 1920-París, 2012) se convirtió en uno de los deportados turolenses más célebres por la forma en que esquivó el infierno de los campos de exterminio nazis. Boxeador amateur desde los 12 años, cayó en gracia a los oficiales de las SS de Mauthausen, donde ingresó el 25 de enero de 1941. Solía vencer, a menudo por KO, a otros presos púgiles, en el entretenimiento macabro y esclavista que organizaban cada domingo los genocidas. La identidad de este albalatino de nacimiento –aunque vivió su primera juventud en Alcañiz–, junto a las de otros 292 deportados, ha sido recuperada en las últimas décadas por la Amical de Mauthausen y otros campos. El 27 de enero, Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, la asociación memorialista decana en España firmó la adhesión del Ayuntamiento de Alcañiz a la Red Nunca Más, un gesto que los descendientes de las víctimas aplauden y al que la entidad reparadora espera que se sumen otras administraciones públicas de la provincia.

Vicente Andreu Alba, Manuel Cardete Bosque, Luis Celma Celma, Manuel Espés Vallés, Antonio Ferrer Navarro, José Herrero Cala, Antonio Herrero Esteban, Alfonso Herrero Lorán, Antonio Herrero Monzón, José Magallón Comín, Fermín Oberé Bondía, Tomás Oberé Bondía, Marcelo Robira, Francisco Salvo Rochela, Gregorio Tomás Gimeno, Antonio Vallés García y tal vez Isaac Baredes Alfonso –por confirmar– son los alcañizanos de nacimiento que fueron deportados, de los que 10 murieron en los campos.

Pertenecen al grupo de más de 9.000 españoles víctimas de la barbarie, 1.022 de ellos aragoneses y 293 de la provincia de Teruel. Entre estos últimos, 183 murieron, uno desapareció, otro logró una meritoria evasión del tren que lo deportaba a Dachau  –el hijarano Manuel Mediavilla Pamplona– y el resto permanecieron con vida hasta la liberación, en primavera de 1945, de Mauthausen-Gusen, Dachau, Buchenwald y Ravensbrück.

Así lo aportan los registros que, año a año, continúa actualizando la Amical para el restablecimiento de las “identidades”, pues “detrás de cada uno de estos nombres hay una persona, una familia y una vida truncada”, justificó el presidente de la asociación de ámbito estatal, el ejulvino Juan Manuel Calvo, que el pasado viernes rubricó el acuerdo de colaboración con el alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, para la incorporación de la ciudad a esta red que conforman ayuntamientos, centros educativos, organizaciones e instituciones culturales.

27 de enero y 3 de marzo

En el marco de este convenio se seguirá impulsando la celebración institucional, el 27 de enero, del Día Internacional del Holocausto, así como la celebración oficial del Día de la Memoria Democrática de Aragón el 3 de marzo, efeméride del bombardeo de Alcañiz de 1938. También se difundirán materiales expositivos, publicaciones, ciclos de cine y otros proyectos de la Amical acerca de la deportación de republicanos, vinculada al exilio al que se vieron forzados tras ser derrotados y, posteriormente, abandonados en manos de los nazis por la dictadura franquista. Destacan los viajes con estudiantes, familiares de víctimas y particulares a los actos de homenaje, especialmente a Mauthausen, y también a alguno de los memoriales, como el de Buchenwald.

“Los campos de exterminio son como un muro de las lamentaciones europeo para que nos reflejemos en él y sepamos lo que sucedió en este continente hace no tanto, y promovamos políticas preventivas para intentar ser más tolerantes y tener una visión más abierta de la sociedad y de la vida”, expresó el concejal delegado de Cultura, Jorge Abril.

La prioridad es prevenir

La Amical es una entidad sin ánimo de lucro, constituida en España en 1962, en la clandestinidad, por supervivientes de los campos de concentración y exterminio del régimen nazi, así como por familiares y amigos de las víctimas que colaboran con el objetivo de dar a conocer lo que pasó y recordar la memoria de los que murieron y sufrieron.

Se trata de alertar a los ciudadanos de hoy, especialmente los más jóvenes, de los peligros de ideologías de extrema derecha que pueden desembocar hacia la intolerancia y hacia la anulación de derechos de las personas y pueblos. Alcañiz reivindica de esta forma su papel como defensora de los derechos humanos.

La implicación consistorial es celebrada por los descendientes de las víctimas, como el alcañizano Manuel Cardete, cuyo abuelo (Manuel Cardete Bosque) fue gaseado en Gusen el 18 de abril de 1941, el mismo día del asesinato de José Magallón Comín.

La familia nunca quiso hablar demasiado de este asunto tabú, pero ahora él se interesa por rescatar la memoria. “Soy socio de la Amical. Me mandaron una ficha en la que figura que mi abuelo murió a los 43 años, y que ingresó en Mauthausen el 27 de septiembre de 1940. El 24 de enero de 1941 fue trasladado a Gusen”. Estuvo en la 118 Compañía de Trabajadores Españoles del ejército francés para construir líneas de trincheras contra la invasión nazi que finalmente se produjo en primavera de 1940, explicó Luis Antonio Pellicer, primo segundo de Cardete y autor de la novela La sal de las lágrimas, basada en esta historia de exilio familiar formada también por su abuelo, Antonio Pellicer Herrero, y el hermano de éste, Salvador.

Como tantos otros españoles, y aragoneses de todas las comarcas, Cardete Bosque, tras la invasión de Francia en mayo de 1940, fue hecho prisionero por los nazis, considerado apátrida y enemigo del Reich por haber luchado contra Franco, aliado de Hítler. De los más de 9.000 deportados republicanos, unos 7.000 lo fueron a Mauthausen entre 1940 y 1941. La mayoría procedían del exilio republicano y unos pocos eran emigrantes económicos afincados en Francia.

“En 2022 cobramos una indemnización del Gobierno francés porque mi abuelo había participado en la defensa de Francia”, se enorgulleció el nieto del combatiente, que también aplaudió que su ayuntamiento tome cartas en el asunto. “Me parece perfecto todo lo que se haga en memoria de aquella gente porque les tocó vivir unos años muy duros”.

Cardete desconoce el grado de significación política de su abuelo. Sí sabe que huyó de Alcañiz, justo después del bombardeo del 3 de marzo de 1938, junto a Antonio y Salvador Pellicer –el primero fue teniente de alcalde del gobierno provisional antes de que la localidad fuera tomada por los nacionales el 15 de marzo–. “Lo que nunca he sabido es dónde se separó la familia, porque el resto siguieron después viviendo en Francia”, detalló. Cardete Bosque dejó en Alcañiz a su hijo, con apenas seis años de edad, y a su mujer. Pospusieron la comunión un año con la esperanza de que el padre regresara.

Teruel puede dar más

El presidente de la Amical de Mauthausen española explicó que ésta tiene la finalidad de aportar conocimiento de lo que pasó, reconocimiento a las víctimas y prevención a la sociedad. “Cuando los supervivientes de los campos salieron en libertad en abril de 1945 hicieron un juramento. Éste tenía una finalidad utópica de un mundo mejor que no se ha logrado, y fueron los propios supervivientes hace cinco años los que se dirigieron a la Amical para advertirnos de que les preocupaban mucho los discursos de la extrema derecha en Europa porque les recordaba mucho la música a lo que se oía en los años 30 del siglo XX y que nos llevó al desastre como sociedad”.

“Hay que reconocer a las víctimas. Llevamos muchos años de retraso con respecto a Europa. Esto no es revancha, no va contra nadie, sino a favor del merecido reconocimiento de la sociedad a las víctimas”, dijo Calvo. “Si los republicanos españoles exiliados estaban en Francia era como efecto de la Guerra de España, que fue el primero de los conflictos de lo que fue la II Guerra Mundial”, apostilló.

Calvo animó a las instituciones a seguir el ejemplo de Alcañiz porque “hay un gran déficit” de reconocimientos en la provincia, más allá de un monumento en Alcorisa; una placa en el cementerio de Calaceite colocada por Jesús Grau, superviviente de la localidad; una placa en el consistorio de Ejulve a sus cinco deportados (Juan Miguel Ardid, José Brumós, Juan Pablo Calvo, Joaquín Moya y Juan Toribio Pascual); la inestimable colaboración con la Asociación Pozos de Caudé o los viajes de estudiantes.

También se han organizado jornadas y exposiciones, como Resistentes y deportadas (de Teruel han sido identificadas tres mujeres: Asunción Royo, de La Hoz de la Vieja; Soledad Cortés, de Mazaleón, y Secundina Martorell, de Veguillas de la Sierra), y de la mano del Gobierno de Aragón se puso en marcha la web aragonesesdeportados.org, con biografías personales. Entre ellas, la de Pascual Castejón Aznar, calandino que escapó milagrosamente de la cámara de gas; o la de Manuel Rifaterra, un alcorisano que tuvo a su cargo a 300 republicanos españoles en Mauthausen para ampliar el campo.

Uno de los objetivos de la Amical en Teruel es que las administraciones públicas cojan el guante de erigir un monumento a los deportados de la provincia: en Zaragoza hay uno dedicado a todos aragoneses y otro en la ciudad de Huesca, allí recordando a los deportados oscenses.

Archivos, listados, investigadores locales y Cruz Roja, al servicio de la memoria de las víctimas del nazismo

Los datos sobre deportados que maneja la Amical proceden de varias vías: los listados que los supervivientes hicieron en el momento de la liberación; investigaciones locales a partir de datos iniciales; archivos provinciales, históricos, militares, el de Salamanca y otros a nivel internacional, como el de la Cruz Roja Internacional en Bad Arolsen (Alemania).

Durante el confinamiento de 2020, la Amical vació las fichas de los españoles deportados, en las que prácticamente en todas consta el lugar de residencia, algo que ayuda al hallazgo de familiares y facilita las gestiones con los consistorios para los homenajes memorialistas. En definitiva, “sirve para conocer “su entorno familiar y social antes de que su trayectoria de vida quedase truncada”, explicó Calvo. En el caso de los turolenses, la mayoría vivían en sus localidades de origen pero un porcentaje importante habían emigrado.

La web aragonesesdeportados.org, el libro Itinerarios e identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis, y las biografías de la publicación Dentro de poco os podré abrazar. Supervivientes aragoneses de los campos nazis han contribuido a arrojar historias a las frías cifras.