

Andrea Moreno Royo, enfermera que desciende de Palomar, trabaja en el hospital de Ifema: “Los pacientes agradecen que les cuides pero, sobre todo, que hables con ellos”
“No me he hecho ningún test porque no he tenido síntomas y lo considero un gasto innecesario”Andrea Moreno Royo trabaja como enfermera en el hospital temporal creado en el recinto ferial de Ifema para aliviar la presión asistencial del resto de complejos sanitarios madrileños. Aunque la situación ha mejorado mucho desde su puesta en marcha, todavía es la buena voluntad de los trabajadores la que tiene que suplir en numerosas ocasiones la falta de organización.
Después de terminar el grado de Enfermería en la Universidad de Alcalá de Henares en junio de 2019, Andra trabajó 3 meses en la planta de Obstetricia del Hospital Príncipe de Asturias, donde continúo después con un sexto de jornada en la unidad de Endoscopias y días sueltos en el centro de salud Nuestra Señora del Pilar, desde el que fue llamada para ir a Ifema.
Aunque esta enfermera nació y vive en Alcalá de Henares, su familia materna es de Palomar de Arroyos, donde acude siempre que puede.
-Su situación laboral como enfermera ha cambiado por la pandemia de coronavirus Covid-19…
-He perdido la cuenta de cuántos contratos de un día había firmado para trabajar en el centro de salud. Con la pandemia, me han hecho hasta tres contratos para cubrir las bajas de compañeras infectadas por coronavirus. Respecto Ifema, al principio crearon una lista de voluntarios a los que ir llamando, pero cuando se acabó, comenzaron a tirar de la gente más joven de los equipos de los centros de salud porque se supone que tenemos menos riesgo de complicaciones en caso de que acabemos infectados.
-¿Qué organización encontró a su llegada al hospital de Ifema el 1 de abril?
-Ha mejorado mucho desde que empezó a funcionar pero, en general, la organización es pésima. El primer día no nos pusieron a trabajar porque esperaban a pacientes que supuestamente iban a llegar pero que no llegaron. Tampoco nos asignaron a ningún control y nos dijeron que cuando hubiera alguna incidencia, baja o hueco, nos colocarían. Finalmente, me colocaron en un control porque yo me quise quedar y así se lo hice saber a la supervisora. No quería estar de un lado a otro sin conocer a los compañeros y a los pacientes.
-¿Tienen un calendario de trabajo?
-Tenemos una planilla pero hay compañeras que empezaron el mismo día que yo y que llevan trabajando hasta 13 días seguidos con horarios de 7 horas y algunos de 10 si hacen las noches.
-A pesar de todo, ¿cuál es el ambiente de trabajo?
-Es muy bueno porque al final todo el mundo tiene ganas de aprender y de ayudar. Es una situación que nos ha tocado vivir de manera obligada e intentamos que sea lo más agradable posible. Aun así, estamos enfadadas por cómo está organizado. A veces, son las 22:00 horas y no llega el cambio. Pero entre nosotros, estamos bien y todo el mundo dice que trabaja muy bien.
-¿Cómo llegan los pacientes a este centro?
-Llegan derivados de los diferentes hospitales de Madrid, bien porque no hay camas o porque han estado un tiempo allí y no necesitan cuidados tan intensivos. En general, están bien aunque asustados. Suelen tener alguna patología crónica previa más o menos intensa, como hipertensión. No suelen tener un perfil que haga necesario el uso de las UCI.
-Pero en Ifema sí disponen de estas unidades…
-El hospital está dividido en dos zonas, una de UCI y otra para el resto de pacientes. En la UCI solo trabajan personas con experiencia previa en este tipo de unidades. Si alguien empeora, son los médicos intensivistas quienes deciden si es necesario el traslado.
-¿Cómo están repartidos los pacientes ingresados?
-Hay 50 por control. Y en el equipo que los atendemos, supuestamente tiene que haber 4 enfermeras, 4 médicos, 2 auxiliares y 2 celadores. Pero la realidad es que solemos estar esos médicos y enfermeras, mientras que auxiliares suele haber 1 por turno.
-¿Qué medicamentos se están utilizando?
-Hasta ahora Dolquine y Kaletra, aunque este último cada vez se usa menos. A quienes se pone peor, les suministramos Urbason y Dexametasona, que pertenecen al grupo de los corticoides, que también funcionan muy bien. Y todos los pacientes tienen Heparina para evitar el riesgo de coágulos.
-Los pacientes, ¿valoran el trabajo de los equipos sanitarios?
-La mayoría de la gente agradece mucho que estés allí y que les cuides, pero sobre todo que te pares a hablar con ellos. Aunque están juntos, no hablan mucho entre sí. Están solos y lo valoran. Pacientes a los que ya hemos dado de alta nos mandan después cartas para darnos las gracias. También a los que están ingresados les hacemos llegar cartas o dibujos que manda la gente desde fuera.
-¿Está bajando la presión asistencial?
-En los últimos días se están dando muchas altas. La gente está remontando. Algunos días se han quedado camas vacías que no se habían llenado. Parece que todo comienza a estabilizarse un poco, pero no hay que bajar la guardia.
-Recién graduada en Enfermería y con tan solo 22 años, esto supone un aprendizaje exprés...
-Estoy aprendiendo mucho, sobre todo porque nunca había trabajado en una planta de medicina interna o de cirugía de un hospital. Me sirve para conocer este tipo de trabajo, la medicación o el manejo del oxígeno.
-¿Y qué hay del aprendizaje personal?
-Vivir la pandemia te ayuda a trabajar en equipo y con un nivel de estrés con el que no habías lidiado anteriormente, a comunicarte con los demás, a tener mucha paciencia, a valorar las cosas que tienes porque no sabes en que momento las puedes perder, e incluso a vivir fuera de casa porque desde que estoy en Ifema resido en un hotel.
-¿Por qué decidió dejar su casa en estos momentos?
-Me fui a un hotel principalmente para evitar contagios a mi familia. No sé si soy positiva o no, pero he estado en contacto con muchos positivos desde que empezó. Prefería evitar estar con mi madre y mi hermana para no contagiarlas.
-¿En algún momento le han hecho una prueba para saber si estaba contagiada?
-Al principio, en el centro de salud teníamos test pero no me lo hice porque no tenía ningún tipo de síntomas y me parecía un gasto innecesario. Luego cerraron el grifo y ya no se hacían test salvo a quien tenía síntomas.
-¿Quién le ofreció el alojamiento?
-Fue a través de la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Me asignaron el hotel Ibis Alcobendas, que está a 40 minutos de Ifema en transporte público, pero a apenas a 12 con el coche propio. Nos trasladamos varias compañeras así. La cadena hotelera ofrece gratuitamente el establecimiento con el servicio de recepción, pero es la consejería a través de la empresa Ilunion la que se encarga del mantenimiento, de la limpieza y de proporcionarnos manutención. Al principio, solo nos daban desayuno y cena, pero ahora también nos traen comida. Y en Ifema también tenemos la posibilidad de comer gratuitamente.
-¿Cómo liberan la tensión acumulada durante el servicio?
-A las 20:00 horas, nos ponemos música y bailamos. El otro día, el Jardín Botánico de Madrid nos envió flores.
-¿Qué recomendación daría a la gente desde su experiencia en primera línea de combate contra esta pandemia?
- Que sean responsables al salir de casa dado que el virus se contagia por el contacto con las personas infectadas. Que sean responsables con las medidas de seguridad dadas, como respetar los espacios, y que tengan mucha higiene de manos. Si respetamos esas medidas de seguridad, no tiene por qué pasarnos nada. Y que si tenemos síntomas, no salgamos de casa y contactemos con el centro de salud donde nos harán un seguimiento diario y gestionarán nuestro tratamiento según los síntomas.