

Apudepa pide que se mantenga y catalogue el convento de Capuchinos
Plantea medidas tras el derribo de la iglesia el pasado mes de agostoApudepa, la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, va a solicitar al Ayuntamiento la catalogación del convento de los Capuchinos como Monumento de Interés Local y a la Dirección General de Promoción de Memoria Democrática del Ministerio la protección de Lugar de Memoria Democrática.
Tras el derribo de la iglesia anexa al convento, este pasado mes de agosto, que ha llevado a cabo la Diócesis de Teruel, propietaria del inmueble, con los permisos del Ayuntamiento, los representantes de Apudepa se han reunido esta semana tanto con la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, por un lado y por otro con el vicario general de la Diócesis, Alfonso Belenguer, para manifestarles el profundo malestar en la asociación por derribar la iglesia de los Capuchinos, del siglo XVII. En una nota de prensa, Apudepa afirmó este viernes afirmó que ha sido “un error” porque “despreciar la cultura nunca es una opción sensata”.
Para evitar en un futuro inmediato la ruina del antiguo convento, Apudepa anunció que va a solicitar al Ayuntamiento la catalogación del edificio como Monumento de Interés Local y a la Dirección General de Promoción de Memoria Democrática del Ministerio la protección de Lugar de Memoria Democrática.
La asociación recordó que el convento de Capuchinos tuvo una fundación remota pues fue asentamiento de la ermita de Villa Vieja de Teruel, con virgen aparecida, por tanto, clasificable como de la época de la conquista cristiana, en la últimas décadas del siglo XII. La ermita estuvo vinculada a la Cofradía de la Sangre, a residencia temporal de los obispos turolenses, a Seminario diocesano (siglo XVIII), a congregación de Capuchinos (siglo XIX) y de Padres Paúles (siglos XIX y XX) y, finalmente, a prisión ente 1941 y 1952 para trabajadores republicanos penados por el régimen franquista, como consecuencia de la guerra civil española, siendo Regiones Devastadas la que dirigió la operación de adaptación al nuevo uso penitenciario. Estos trabajadores desescombraron la ciudad arruinada de Teruel y colaboraron en su reconstrucción.
También se le manifestó al vicario general la obligación de mantener el convento en la condiciones contempladas por la Ley de Urbanismo de Aragón.
Para ello sería necesario retejar la cubierta, comprobar la estabilidad del edificio tras el derribo de la iglesia, la limpieza de la maleza envolvente y , finalmente, la necesidad de hacer catas arqueológicas en el solar resultante de la antigua iglesia.
Apudepa desea hacer constar el enorme interés cultual y paisajístico de toda esta zona sembrada de monumentos y de alto valor medioambiental por ser un espacio situado sobre una colina y por el paso del río Alfambra, al fondo. En sus inmediaciones se acaba de concluir el Museo de la Guerra Civil en España y Batalla de Teruel, a la espera de dotarlo de contenido expositivo, de tal manera que este Museo y la antigua prisión pueden ser espacios museísticos complementarios.
Finalmente, apuntan que esta asociación también le va a pedir al Ayuntamiento y al obispado de Teruel vigilar la denominada cuesta de Capuchinos porque han observado un socavón que, a nuestro modo de ver, amenaza la estabilidad de la cuesta en esta zona, dado que al derribarse la iglesia, y al estar ésta situada en una hondonada, “entendemos que el camino en ese tramo se ha quedado sin el apoyo de la antigua construcción, y, por tanto, puede haber un peligro de corrimiento”.