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Arranca con grandes expectativas el proyecto que estudia las estrellas masivas desde el Observatorio Astrofísico de Javalambre Arranca con grandes expectativas el proyecto que estudia las estrellas masivas desde el Observatorio Astrofísico de Javalambre
El investigador principal de MUDEHaR, Gonzalo Holgado, con el logotipo del proyecto que hace referencia al mudéjar turolense. Inés Bonet/IAC

Arranca con grandes expectativas el proyecto que estudia las estrellas masivas desde el Observatorio Astrofísico de Javalambre

MUDEHaR investiga su variabilidad, lo que permitirá empezar a entender su campo magnético
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Uno de los nuevos proyectos legado que ha empezado este año a realizarse en el Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), denominado MUDEHaR, ha arrancado con grandes expectativas tal como apuntan los primeros datos obtenidos, según ha indicado el investigador principal del mismo, Gonzalo Holgado, del Centro de Astrobiología. La investigación estudia la variabilidad de las estrellas masivas y los resultados permitirán empezar a entender cómo funciona el campo magnético de estos cuerpos celestes que  por su gran energía devoran lo que tienen a su alrededor.

MUDEHaR, acrónimo con el que se ha bautizado este proyecto en alusión al Mudéjar de Teruel, comenzó a tomar datos en febrero pasado con el telescopio pequeño de Javalambre, el JAST80, y según Holgado los primeros resultados son “muy, muy halagüeños, muy positivos”.

Este proyecto es uno de los cuatro que se aprobaron el año pasado para desarrollar durante un lustro con el T80 de Javalambre. El equipo ya había trabajado con el Observatorio que gestiona el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) con un proyecto anterior llamado Galante, pero en esta ocasión se está centrando en un estudio continuado en el tiempo para observar las mismas estrellas masivas y ver su variabilidad.

“El poderío de MUDEHaR es que observamos las mismas estrellas cien veces al año”, indicó el astrofísico que lidera el proyecto, en el que participan una decena de investigadores tanto de España, procedentes del Centro de Astrobiología y del Instituto Astrofísico de Andalucía, como de Europa, Estados Unidos y Canadá.

Es una investigación planteado para un lustro, aunque habrá revisiones cada año, en el que se realizarán 200 horas de observación anuales, lo que equivale a un total de mil horas en los cinco años de duración del mismo. Frente a las investigaciones que apuestan por telescopios más potentes, este proyecto lo que hace es “tomar más tiempo” para observar los mismos campos de visión de forma continuada.

“Lo que nosotros vamos a ver es cómo cambian las estrellas con el tiempo”, puesto que a través del cartografiado se van a observar de forma continuada, indicó Holgado. De esa manera podrán ver esos cambios en el caso de las estrellas masivas, cuya variación puede deberse a que tienen explosiones, fluctuaciones o discos parecidos a los de Saturno, que aparecen y desaparecen en función de la inclinación con el que se observa el cuerpo celeste.

La observación se hará a través de dos filtros específicos, con los que cuenta el T80, uno de los cuales mide la actividad de la línea de hidrógeno, lo que se denomina H alfa, y el otro un filtro en infrarrojo que permite llegar al máximo de estrellas posibles.  Ambos filtros observarán cien veces al año “la variabilidad que tienen las estrellas en cada uno de ellos”, apuntó el científico.

Veinte campos de observación

La investigación se está centrando en veinte campos muy específicos de la Vía Láctea que son conocidos porque albergan estrellas jóvenes y hay formación estelar. El estudio se fija en las estrellas grandes y jóvenes, pero en cada uno de los campos las observaciones hechas desde Javalambre registrarán datos de al menos 100.000 estrellas, con lo cual la información de que se dispondrá será de unos 2 millones de estrellas, que se pondrán a disposición de la comunidad científica para otros estudios, de ahí que sea un proyecto legado.

Con el proyecto MUDEHaR, cada campo de estudio permitirá estudiar y seguir la evolución de entre 100 y 150 estrellas masivas. En total, Holgado indicó que quieren observar unas 2.500 estrellas de este tipo, de las cuales 2.000 van a ser nuevas. Actualmente se conocen en la Vía Láctea unas 10.000, aunque públicas hay unas 2.000, con lo cual se incrementará su número en un 20%. “Al terminar el estudio habrá 12.000 estrellas masivas conocidas”, dijo el investigador, que insistió en que lo importante es “encontrar la variabilidad al poder observarlas durante muchas épocas del año”.

Las estrellas masivas son aquellas que tienen una masa  cinco u ocho veces más grande que la del sol, aunque pueden llegar a tener hasta 80 y 90 veces más. Su vida es más rápida y su muerte muy violenta, siendo las que originan las supernovas, las explosiones que por su intensidad mueven el material de la galaxia. “Aunque son pocas son muy importantes para conocer la evolución de la galaxia y para la formación de nuevas estrellas”, comentó el científico, que precisó que solo el 10% de las estrellas masivas son variables, de ahí la importancia de este estudio y la trascendencia que los resultados van a tener para el mundo de la astrofísica.

Su importancia reside en que según lo que encuentren “vamos a poder intentar empezar a entender el campo magnético de las estrellas masivas”. Son tan masivas que son las únicas capaces de ionizar el material a su alrededor, y carecen de planetas por ese mismo motivo. Holgado indicó que los resultados que se obtengan con el estudio de estas estrellas permitirán aplicar su conocimiento a otros ámbitos de la astronomía, como los orígenes del Universo, puesto que este tipo de estrellas pudieron tener un peso muy importante en su ionización.

Los científicos valoran el potencial que tienen las instalaciones del Cefca

Como Instalación Científico Técnico Singular, el OAJ debe conceder tiempo de observación a otros grupos de investigación aparte del Cefca, que es el centro que gestiona el Observatorio. Es en ese marco en el que se desarrolla el proyecto MUDEHaR y otros tres cuyo arranque está teniendo lugar este año. El investigador principal de este proyecto, Gonzalo Holgado, destacó el potencial que tienen las instalaciones del Cefca y que ya pudieron comprobar con los resultados exitosos del proyecto anterior en el que estuvo trabajando, denominado Galante.

De hecho, el acrónimo de MUDEHaR es un guiño al significado de mudéjar, que hace referencia a los que se quedaron, como es este caso al volver a trabajar con las instalaciones astrofísicas de Javalambre a través de este nuevo proyecto de investigación. Holgado incidió en que aparte de la calidad de las instalaciones científicas está el potencial de los cielos turolenses. “Javalambre es una sierra con unas capacidades y unas cualidades muy importantes, y además se ha hecho una gran inversión y su equipo de profesionales es inigualable”, aseguró el investigador.