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Casi 280 voluntarios en dos meses: el éxito de ‘Aislados pero no solos’, programa de ayuda en la capital

Balance del programa de la Federación Vecinal y el Ayuntamiento
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Nadie podía imaginar cuando comenzó hace dos meses la proyección que el programa Aislados pero no solos iba a tener. La necesidad de dar respuesta a las demandas sociales que iban surgiendo con el inicio del estado de alarma por la incidencia del coronavirus llevó al Ayuntamiento de Teruel y a la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales a unirse para desarrollar este iniciativa, que no se sabía el alcance que tendría porque tampoco en aquel momento se podían imaginar a la situación que la sociedad turolense se enfrentaba. Dos meses después los datos son rotundos y muestran la gran generosidad del pueblo turolense.

En la actualidad son 277 los voluntarios adscritos al programa, que se distribuyen según su disposición que en algunos casos ha ido variando según las diferentes fases de la desescalada.

Voluntarios con disposición para realizar cualquier labor son 171. Además hay un equipo de voluntarias para hacer llamadas de control o hacer algún tipo de acompañamiento telefónico: son 25 de las cuales 12 de ellas son el equipo principal por el cual pasan las llamadas, y las otras 13 personas están a la espera.

La cadena de producción de mascarillas está formada por  57 voluntarios. La mayoría son personas que cosen mascarillas y batas, pero también hay otras personas que donan material para poder hacer estos artículos.

A través de Conecta Teruel, hay 16 empresas que colaboran con el programa de voluntariado, haciendo donaciones de material, vehículos, personal y otros medios. El servicio de psicología está formado actualmente por seis profesionales voluntarias y además hay dos voluntarios  de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel.

De los 171 voluntarios disponibles  para las diferentes labores, 38 están en el barrio del Ensanche, 30 en el Centro, 25 en La Fuenfresca, 21 en San León, 19 en San Julián, 13 por los diferentes barrios rurales, 4 en el Carmen, 4 en el Arrabal, dos en el Carrel y 15 por otros lugares.

Del total de voluntarios, 242 se lograron durante el primer mes, el más duro de la pandemia,  pero lejos de descender el número ha ido creciendo hasta los 277 actuales.

El programa cuenta con un equipo de coordinadores que junto a los voluntarios han llevado a cabo una serie de acciones muy variadas que van desde el reparto de comida, a la confección y recogida de mascarillas o el montaje de máscaras de protección, pero sobre todo la atención a personas que estaban aisladas en sus casas y que por ser mayores o tener alguna patología que les hacía personal de riesgo no han podido salir de casa durante el confinamiento. Los servicios van desde hacer la compra  o conseguir medicamentos a llamarles para comprobar su estado y necesidades o sacar los animales de compañía.

También se ha hecho otro tipo de acciones como el reparto de comidas. Desde la residencia Turia se lleva comida todos los día a 13 personas y a otras diez desde el centro de día Santa Emerenciana. También se les lleva la comida, y desde hace un mes además la cena, a los usuarios del albergue de transeúntes, que está funcionando como un centro de acogida. Asimismo se entregaron comidas y cenas a los sanitarios alojados temporalmente en el hotel Cristina.

Aislados pero no solos colabora además con Cáritas y se presta soporte de cualquier necesidad a usuarios de sus servicios como repartos de comidas, llamadas de seguimiento o reparto de productos del Banco de Alimentos.

Por su parte, el Servicio de Psicología se puso en funcionamiento el 22 de marzo y durante este tiempo el equipo de voluntarias ha hecho un total de 53 llamadas a 19 personas diferentes.

El programa ha colaborado asimismo con los Servicios Sociales con acciones como entregar tarjetas monederos, repartos de comida al Secretariado Gitano o del Banco de Alimentos.

Si en las primeras semanas las voluntarias en sus casas se afanaron por coser mascarillas, con la entrada en las fases 0 y 1 del proceso de desescalada y la posibilidad de poder salir a la calle comenzó una campaña de reparto, que primero se realizó en la sede del programa, en el centro de día Santa Emerenciana, y posteriormente se ha acudido a las sedes de las asociaciones vecinales que lo reclamaban, como las de San León, Arrabal, el Carrel o la Fuenfresca, el jueves. 

Muy importante ha sido la labor de contacto con residencias de mayores de Teruel y de otros municipios para conocer sus necesidades y ayudarles en lo posible, así como la acogida y reparto de las donaciones realizadas por diferentes empresas y entidades durante estos dos meses.