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Condenan a un año y medio de prisión a un profesor por abuso sexual en un taller de empleo Condenan a un año y medio de prisión a un profesor por abuso sexual en un taller de empleo
Palacio de Justicia de Teruel, sede de los juzgados

Condenan a un año y medio de prisión a un profesor por abuso sexual en un taller de empleo

Ocurrió en La Puebla de Híjar cuando manoseó las partes íntimas de una alumna por encima de la ropa
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El profesor de un taller de empleo que funcionó en La Puebla de Híjar en 2021 ha sido condenado a un año y medio de prisión por un delito de abusos sexuales a una alumna, a la que manoseó por encima de la ropa en sus partes íntimas y dio una palmada en la nalga. El hombre responde a las iniciales J. A. B. M. y ha sido condenado también a la inhabilitación durante seis meses para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la docencia, además de prohibirle acercarse o intentar comunicarse con la víctima durante dos años, y a indemnizarla con 6.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

La sentencia acaba de hacerla pública el Juzgado de lo Penal de Teruel, después de que el juicio se celebrase en diciembre del año pasado, por lo que el fallo todavía no es firme y puede ser recurrido en apelación ante la Audiencia Provincial.

Los hechos ocurrieron en julio de 2021, al poco tiempo de que empezase a funcionar el taller de empleo El Montecico en La Puebla de Híjar, promovido por el Ayuntamiento de la localidad y el INAEM y dedicado a la formación en albañilería y jardinería.

Dos meses después de haberse iniciado el curso, el 29 de julio,  uno de los profesores, J. A. B. M., de 58 años actualmente, metió mano entre las piernas a una alumna por encima de unos pantalones leggins que eran muy finos. La víctima notó los dedos en sus partes antes de que le diese un cachetazo en sus nalgas, según declaró en la vista y recoge la sentencia. La mujer se fue corriendo y se refugió en su casa para sentirse protegida antes de denunciar los hechos. Desde entonces padece estrés postraumático.

Hecho probado

El Juzgado de lo Penal considera probado, a partir del testimonio de la mujer y de lo manifestado por otro profesor que fue testigo de lo ocurrido, que el acusado incurrió en un delito sexual, que ha sido juzgado conforme a la legislación anterior a la ley del solo sí es sí, por ser más beneficioso para el reo tal como contempla el sistema penal. Por ese motivo la condena ha sido por abuso sexual y no agresión sexual, que es como la ley tipifica todos los delitos sexuales ahora. La aplicación de la norma anterior se ha debido a que el delito se cometió en julio de 2021, antes de la última modificación del Código Penal.

Además del año y medio de prisión, la sentencia le impone la prohibición de acercarse a la víctima a una distancia inferior a 100 metros y acercarse a su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro sitio que frecuente. También le prohíbe comunicarse con ella por cualquier medio durante dos años, y le inhabilita para empleo o cargo público, o ejercicio de profesión u oficio relacionados con la docencia por un tiempo de seis meses. A eso se suma la responsabilidad civil por los daños causados a la víctima, por lo que deberá indemnizarla con 6.000 euros.

La víctima estuvo de baja y no le renovaron el contrato para hacer el segundo periodo formativo, ya que el taller se componía de dos módulos de seis meses cada uno. No obstante, la sentencia no reconoce en este caso que se deba compensar económicamente a la alumna, puesto que “no ha quedado acreditado que existiera una seguridad de su renovación” a la vista de lo estipulado en el contrato. De igual forma, no considera al Ayuntamiento responsable civil de lo sucedido como reclamaba la acusación, puesto que el ilícito penal no se produjo cuando el profesor impartía la clase. El acusado entró al aula para recoger un proyector cuando otro docente acababa de dar una clase de fitosanitarios, y fue en ese momento cuando hizo los tocamientos.

Estrés postraumático

La mujer aseguró ayer que ha sufrido un calvario desde que sucedió todo. Llevaba cinco años viviendo con su marido y sus dos hijas en la zona, primero en Híjar y después en La Puebla de Híjar. A raíz de lo ocurrido sufre estrés postraumático y todavía se encuentra en tratamiento.

El año pasado decidieron marcharse del pueblo para “evitar conflictos” porque sentía  “animadversión” hacia ellos desde que denunció lo ocurrido, dijo la víctima, aunque sobre esta cuestión no se pronuncia la sentencia. La mujer comentó que le “afectó muchísimo” y se sintió “muy, muy mal”, al quedar traumatizada tras haber sido agredida sexualmente. Durante los meses que permanecieron en el pueblo después de aquello, dijo que  no se atrevía “ni a salir a tirar la basura”.

La víctima indicó que ha pasado todo este tiempo con una gran “ansiedad” y una “tensión horrible” y considera que ha sufrido una doble discriminación, “por ser mujer y racial”, ya que es inmigrante peruana. Su marido es andaluz y decidieron regresar a la tierra de él, donde han rehecho su vida. Ella reconoce que “va mejorando”, pero que ha tenido muchas dificultades para socializar a raíz de aquello.

Comentó que ahora que se ha hecho justicia quiere que se sepa, “que no se quede en el olvido ni escondido, que salga a la luz”, y animó a las mujeres que sufren agresiones sexuales como le ocurrió a ella que denuncien y no se callen. “La costumbre es que cuando pasa algo así te tienes que callar la boca, y más cuando eres inmigrante”, lamentó, pero insistió en que no hay que guardar silencio, “hay que denunciar y no tener miedo, aunque se pasa mal al principio”.

Sentencia

La sentencia del Juzgado de lo Penal de Teruel es contundente  al reconocer que hubo abuso sexual por parte del profesor cuando ella estaba inclinada apoyando los brazos sobre una mesa, hablando con otra compañera, y el acusado sin su consentimiento “metió la mano por su entrepierna alcanzando la parte genital, siendo manoseada por encima de la ropa, propinándole finalmente una palmada en la nalga”. Considera igualmente acreditado que tras ser atendida por el médico de atención primaria, y acudir a la Unidad de Salud Mental de Alcañiz, presentó una baja compatible con el trastorno de ansiedad generalizado.

Así lo acreditaron los informes de la Unidad de Salud Mental de Alcañiz, a cuyos profesionales relató la víctima “varias situaciones de acoso sexual continuado al poco de iniciar el taller de empleo”, según recoge la sentencia. En la vista, la víctima ya manifestó que tuvo problemas con ese profesor desde la primera semana, que la llamaba “tontita” delante de todos y le decía que no pasaría al segundo módulo. La sentencia considera “coherente” el relato de la víctima, a lo que se suma lo que vio el otro profesor en su declaración como testigo, que distinguió “un tocamiento sin ningún género de dudas”.

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