Diez días después del colapso del inmueble quedan cinco familias por realojar

El Ayuntamiento de Teruel realojó ayer a otras dos familias de las afectadas por el derrumbe del pasado 13 de junio del edificio del número 21 de la calle San Francisco y colindantes. Además, otra familia encontró alojamiento por su cuenta. De esta forma, diez días después del suceso, queda pendiente encontrar una solución habitacional para cinco familias que son en total diez personas, si bien estas cifras podrían varias ya que vecinos que en un primer momento no solicitaron ayuda a los servicios sociales porque tenían una alternativa para vivir, con el paso de los días y la previsión de que la situación se alargue, sí han contactado para pedir apoyo.

Desde el consistorio recordaron ayer que el proceso comenzó con 31 familias pendientes por realojar y ahora son cinco.

El día en que se produjo el colapso de este inmueble de cinco plantas construido en 1974, se ofreció la primera acogida a los afectados en la residencia de Cáritas en el Colegio San Nicolás de Bari y en hoteles y algunos de los damnificados fueron acogidos en casas de familiares.

Los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Teruel iniciaron los trámites para poder ofrecer una solución habitacional a medio plazo a estas familias y los primeros realojos se produjeron tres días después, en viernes, 16 de junio. Tres unidades familiares se trasladaron a los pisos cedidos por la Diputación Provincial de Teruel y una pareja de personas mayores ingresaron en la residencia Javalambre del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).

A lo largo de esta semana se han realizado de forma progresiva realojos por parte de los Servicios Sociales del Ayuntamiento en viviendas de alquiler cuyos técnicos han visitado previamente todos los pisos para garantizar que reunían las características idóneas para las necesidades de cada familia. Asimismo, algunos otros afectados han buscado ellos mismos la solución.

El plan de realojo ha contado con dos fases. En la primera hasta el lunes, se atendieron a familias que estaban en recursos como el Colegio San Nicolás o la casa Madre Rafols, donde se tuvo una especial atención hacia las personas mayores y las familias con niños. La segunda parte arrancó el martes y se mantiene abierta hasta que se de solución a todos los afectados.

En el edificio Amantes, que se hundió, vivían trece familias que eran propietarios y ésta era su vivienda habitual y otras cinco que estaban en régimen de alquiler. Pero, además, ha habido que dar atención a los vecinos de las fincas del número 19 que quedó dañada y a los de una de las escaleras del número 23-25, la que linda directamente con el inmueble siniestrado y sobre la que ahora apoyan los escombros.

Por otro lado, los afectados por el derrumbe continúan trabajando para poder habilitar un número de cuenta que pueda canalizar la ayuda que la sociedad turolense con garantías.

Mientras, la Asociación de Vecinos del Barrio del Carmen y colindantes celebrará el 4 de julio una asamblea extraordinaria para analizar la posibilidad de crear un grupo de trabajo y plantear que se lleve a cabo una rehabilitación integral de la calle San Francisco y alrededores.