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El cardenal Omella preside el funeral de Damián Iguacen, el obispo más longevo del mundo, fallecido con 104 años El cardenal Omella preside el funeral de Damián Iguacen, el obispo más longevo del mundo, fallecido con 104 años
Imagen del funeral

El cardenal Omella preside el funeral de Damián Iguacen, el obispo más longevo del mundo, fallecido con 104 años

Fue obispo de la diócesis de Teruel y Albarrracín
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El presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Barcelona, monseñor Juan José Omella, natural de Cretas, ha presidido este jueves la misa funeral de monseñor Damián Iguacen, el obispo más longevo del mundo, fallecido este martes, 24 de noviembre, con 104 años, en la residencia Saturnino López Novoa de Huesca, donde residía en los últimos años. Iguacén fue obispo de la diócesis de Teruel y Albarrracín.

Iguacen era obispo emérito de Tenerife, cargo que ostentó tras ser obispo de Barbastro y de Teruel, además de administrador apostólico en Huesca. La ceremonia, que ha tenido lugar en la Catedral de Huesca, ha sido concelebrada por el obispo de las diócesis de Huesca y de Jaca, monseñor Julián Ruiz; el obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez; el obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez, y el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano.

Asimismo, han concelebrado 23 sacerdotes y han asistido autoridades civiles encabezadas por el alcalde de Huesca, Luis Felipe, y la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar.

También ha acudido una representación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, con quien Damián Iguacen compartió los últimos años de su vida, "y todos ellos han dado calor y consuelo a los familiares presentes", ha informado la Delegación de Medios de Comunicación Social del Obispado de Huesca en una nota de prensa.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Barcelona ha expresado su "emoción" y ha dicho de monseñor Iguacen fue "un gran pastor que nos ha tocado a todos el corazón, como el también fallecido Javier Osés", obispo de Huesca entre 1977 y 2001, al que sustituyó como administrador apostólico el propio Omella.

Este último ha contado cómo durante un viaje con Iguacen, éste le preguntó si querría ser cardenal, algo a lo que Omella contestó rotundo que no y que tampoco se había planteado ser obispo, aunque ya lo era de la Diócesis de Barbatro-Monzón. "Ahora tiene que presidir su funeral un cardenal" y él estará diciendo: "Hay pillín, pillín, me tienes que presidir tú".

ESPERANZA

Omella ha apelado a "ese tono de gracia" porque "la vida nos lleva siempre a la sonrisa y la esperanza". Por su parte, el obispo de Huesca, monseñor Julián Ruiz, ha pronunciado la homilía y ha dado "gracias" por la vida Damián Iguacen.

"Fiel a su lema episcopal, El último de todos y el servidor de todos, predicó con su vida y sus palabras" y aunque no querría "que ni se cuente, ni se cante su vida", "tenemos que dar gracias al Dios de la Vida por don Damián y a don Damián por su vida y su testimonio", ha dicho monseñor Ruiz.

El obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez, ha lanzado un sentido mensaje antes de la conducción del féretro, portado por cofrades de la Cofradía de San Lorenzo, a la Capilla del Pópulo de la catedral, donde reposan restos mortales.

"Fue mi obispo durante siete años" y "cuando uno contempla su vida, nacido en Fuencalderas (Zaragoza) e hijo de un peón, hay que ver que es un milagro patente y un regalo. Dios se valió de muchas personas para que Damián fuese lo que conocemos y también hizo de él instrumento para que miles de personas llegasen a conocerlo", ha aseverado.

RITO EXEQUIAL

Desde la Delegación de Medios de Comunicación Social del Obispado de Huesca han subrayado que el rito exequial se ha desarrollado bajo la normativa sanitaria vigente para evitar la propagación de la COVID-19 y con un aforo limitado al 25 por ciento de la capacidad del templo.

Tras la conducción del féretro al interior de la catedral, frente al altar mayor, y el encendido del Cirio Pascual, se han colocado sobre el ataúd la casulla con la estola y la mitra que han recordado el desempeño de su ministerio episcopal.

A continuación, se ha hecho lo propio con el báculo pastoral como testimonio de los muchos kilómetros recorridos por monseñor Iguacen para estar siempre cerca de todos sus diocesanos. Por último, se ha impuesto el evangeliario que proclamó, predicó e hizo suyo como estilo de vida.

BIOGRAFÍA

Damián Iguacen Borau nació el 12 de febrero de 1916 en la localidad zaragozana de Fuencalderas. Cursó estudios en el Seminario de Huesca y se ordenó sacerdote en 1941. Su primer destino fueron diversas parroquias de la diócesis oscense. Se le recuerda especialmente en la de San Lorenzo. También se ocupó del vicerrectorado del seminario de esta ciudad y durante un breve periodo de tiempo fue administrador apostólico de Huesca.

En 1970, se le consagró como obispo en la Catedral de Barbastro. Cuatro años después, pasó a dirigir la Diócesis de Teruel y Albarracín y en 1984 se convirtió en prelado de Tenerife, de donde es obispo emérito. También ocupó diversos cargos en la Comisión Episcopal Española y publicó varios estudios y libros sobre el patrimonio histórico y sobre advocaciones marianas.

El pasado 11 de octubre cumplió 50 años como obispo. También fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Huesca.