El Círculo de Recreo Turolense pretende recuperar el esplendor de hace un siglo

El Círculo de Recreo Turolense recreó este sábado la inauguración en 1922 del Casino de la plaza de San Juan, obra del arquitecto Antonio Rubio, con el propósito de volver a ser un centro cultural y de debate que contribuya, ahora como entonces, a la modernización de la ciudad. Así lo aseguró el actual presidente, Mariano Giménez, que dio vida en la recreación a su homólogo hace un siglo, Ángel Garzarán.

La recreación de este sábado supone el acto principal de las Jornadas del Centenario organizadas por el Círculo de Recreo Turolense con el objetivo de devolverle su carácter de ateneo cultural para la ciudad y de captar socios. En la actualidad, 200 personas forman parte de esta asociación sin ánimo de lucro fundada en 1856, justo la mitad de las que lo eran en 1922, cuando ocupó el edificio del Casino obra del arquitecto Antonio Rubio construido junto al Teatro Tenor Marín inaugurado cuatro años antes.

El acto comenzó con la llegada de los representantes institucionales actuales y de los recreacionistas que dieron vida a sus homólogos de hace un siglo en coches clásicos a la plaza de San Juan. Entre estos últimos estaba la viuda del tenor Marín, la soprano conocida como La Volpini; el presidente del Círculo de Recreo Turolense, Ángel Garzarán; el alcalde de Teruel, Isidro Salvador Mallén; el obispo, Juan de Antón de la Fuente; el presidente del Consejo de Ministros, José Sánchez Guerra; y la infanta Isabel de Borbón La chata.

Todos ellos firmaron en el libro de honor del Casino antes de proceder a recrear la inauguración con el corte de cinta por parte de la infanta -a la que dio vida Covadonga Galeote- acompañado de los alcaldes y del presidente de la asociación “en un encuentro intertemporal”, según narró el conductor del acto, Jorge Moradell.

El presidente, Mariano Giménez, indicó que en los últimos años han conseguido sanear las cuentas de la asociación y devolver la actividad cultural al Teatro Marín. Su propósito ahora es que no se limite a ser un club social, sino que se convierta en uno de los principales focos culturales de la ciudad y en un espacio de debate independiente fuera de los espacios exclusivamente políticos y confesionales.

Para ello, añadió, necesitan contar con socios activos, por lo que invitó a los turolenses a asociarse dado que la actual tasa de reposición es insuficiente. “La cuota es barata y el retorno es inmenso. Nos hemos propuesto alcanzar los 400 socios que tenía hace 100 años y que pueda contribuir al desarrollo intelectual y social de la ciudad”.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, aseguró que el Círculo de Recreo es parte de la historia de la ciudad y que el edificio que lo acoge fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) aragonés junto al Teatro Marín. Añadió que los círculos de recreo han contribuido desde su creación a modernizar el país y que en los mismos se han cerrado negocios, se ha debatido sobre política y se ha desarrollado la cultura.

“Cien años después, las salas del Círculo de Recreo Turolense siguen llenas de vida y de cultura. ¡A por cien años más!”, dijo la alcaldesa.

Y es que los círculos de recreo que se constituyeron por toda España tras la Primera Guerra Mundial se convirtieron en centro de las relaciones comerciales y de las manifestaciones culturales de la época en un país que trataba de modernizarse.

El acto contó también con la participación de la Agrupación Musical Ciudad de Teruel, que interpretó el himno de España en la plaza de San Juan, y de la rondalla Sonar Turolense que actuó en el Teatro Marín tras los discursos institucionales.