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El curso de Mindfulness la Universidad de Verano cumple una década El curso de Mindfulness la Universidad de Verano cumple una década
Alumnos del curso de la UVT ‘Mindfulness: teoría y práctica’ durante una de las sesiones

El curso de Mindfulness la Universidad de Verano cumple una década

Actividad plenamente consolidada
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El mindfulness o atención plena es una práctica que se ha mostrado eficaz en el manejo de las situaciones de estrés y por ello su práctica puede ser muy beneficiosa en estos momentos de crisis sanitaria donde surgen muchos miedos e inquietudes. Así lo destacó el instructor de mindfulness Miguel Ibáñez Ramos durante su participación esta semana en el curso de la Universidad de Verano de Teruel (UVT) Mindfulness: teoría y práctica, que ha llegado a su décima edición plenamente consolidado y que continúa impulsando esta disciplina dentro y fuera de Teruel.

Ibáñez explicó que el mindfulness no elude las situaciones, sino que “es todo lo contrario, lo que capacita al individuo es a penetrar en la realidad y en las circunstancias tal como son, con un desarrollo de la capacidad de aceptación”. En este sentido, el especialista remarcó que puede ser muy útil para afrontar las consecuencias de la pandemia. “Se trata de es una de las prácticas que tenemos a la mano, que no es costosa, que es sencilla para afrontar una circunstancia difícil como es esta”, añadió.

Miguel Ibáñez impartió esta semana una sesión teórica y otra práctica en el curso de la UVT. Abordó la relación entre meditación y ciencia y trabajó sobre la forma de superar las dificultades para sostener práctica.

Ibáñez recordó que la meditación es un tipo de práctica que tiene un origen muy antiguo y donde más se ha desarrollado ha sido en Oriente y que en Occidente ha sido difícil entenderlo. Entonces, el encuentro entre científicos que a su vez han sido meditadores y vinculados con la tradición  es “lo que ha permitido que se haya hecho una especie de traducción de muchos de esos procesos al lenguaje científico”, detalló el experto que recordó que el mindfulness tiene tres ámbitos de aplicación: el contexto terapéutico; el aspecto interrelacional que favorece las relaciones personales y el ámbito espiritual.

También se abordaron las dificultades que pueden surgir. “Es una práctica muy sencilla porque se trata básicamente de estar quieto pero sí que es verdad que todos nuestros sistemas están orientados a otra cosa, con lo cual intentar que poco a poco toda esa energía dinámica de pensamiento se tranquilice tiene su proceso”, explicó Ibáñez que detalló que al principio un gran nivel de dificultad es el propio cuerpo, que se mueve, tiene dolores y tensiones. “No estamos acostumbrados a la quietud”, comentó.

Respecto al curso de la UVT en el que lleva ya participando tres años, Miguel Ibáñez valoró especialmente la heterogeneidad del alumnado que aseguró que supone “una riqueza enorme”.

“La grandeza del mindfulness es que ha hecho que una práctica tremendamente minoritaria se haya convertido en una posibilidad para muchos, gente en muchísimos ámbitos y sobre todo compatible con una vida normal”, afirmó.

Este curso de la Universidad de Verano ha celebrado esta semana su décima edición y sigue despertando el interés, aunque en esta ocasión se ha tenido que reducir a 30 personas la matrícula y incorporar medidas higiénico-sanitarias a causa del coronavirus. Además de Miguel Ibáñez, el profesorado ha estado formado por Ana María de las Heras, de la  Universidad Popular de Logroño y co-directora del curso; David Alvear, psicólogo y profesor de la Universidad del País Vasco; Fernando Tobias, profesor de la Universidad de Comillas ICAI-ICADE (Madrid); Javier García Redón, terapeuta. Medicina Natural; Ivan (Sesha) Oliveros, filósofo y maestro de meditación y Estefanía Rodríguez..

Su directora y profesora del grado de Psicología en Teruel, Terebel Jiménez, recordó que hace diez años este fue un curso pionero y que desde el principio fue un éxito de matriculación. 

“Este curso interesa a la gente y todos los años hay gente que repite”, indicó Jiménez que añadió que el perfil del alumnado es muy variado aunque predominan profesionales de los ámbitos educativo y sanitario, con asistentes de Teruel, Zaragoza y otras provincias  como Alicante o Barcelona.

La directora del curso destacó que se aborda el mindfulness desde “distintos lugares” ya que se han tratado temas como la salud, la felicidad o la consciencia, entre otros.

Terebel Jiménez también subrayó que esta actividad también ha contribuido a que en Teruel se haya desarrollado esta práctica porque muchos alumnos preguntan dónde pueden seguir practicando y hay ya varios grupos estables de mindfulness en la ciudad.