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El curso de verano de la Fundación Dinópolis suscita un gran interés El curso de verano de la Fundación Dinópolis suscita un gran interés
Alumnos del curso de Paleontología durante la visita el lunes por la tarde al Museo de Dinópolis

El curso de verano de la Fundación Dinópolis suscita un gran interés

La matrícula es limitada y hay alumnos que repiten por la experiencia que aporta
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El curso de paleontología de la Universidad de Verano de Teruel sigue suscitando un gran interés por su contenido práctico, lo que obliga a limitar el número de alumnos y que algunos vuelvan a hacerlo año tras año por la experiencia que aporta. De hecho, hay estudiantes universitarios que acaban realizando prácticas de verano en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, que es la que lo organiza.

La edición número diecisiete de este curso, denominado Prácticas en excavación de dinosaurios, comenzó el lunes y se prolongará hasta el viernes. Excepto en la jornada del lunes, el resto de la semana alternarán las excavaciones y las prospecciones de fósiles con las sesiones teóricas, en las que conocerán los avances científicos a nivel mundial que se están haciendo desde Teruel en el campo de los dinosaurios.

El Castellar vuelve a  ser el municipio que acoge las actividades a partir de este martes debido a su riqueza paleontológica y a la implicación que ha tenido para utilizar la misma como un recurso de desarrollo de la localidad con iniciativas como el Dinopaseo, un museo a cielo abierto que incluye también la visita a unas icnitas (huellas de dinosaurio) declaradas BIC y cuyo afloramiento fue acondicionado para poder ser visitado por el público hace dos años.

El director del curso y de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, destacó que era una formación práctica y “personalizada” la que se daba, lo que requiere un seguimiento de los alumnos en los yacimientos que excavan, motivo por el cual la matrícula está limitada y todos los años hay más solicitudes que plazas.

En total participan 22 alumnos, algunos de los cuales repiten dado el alto grado de satisfacción existente, como es el caso de Juan García Palou, estudiante del grado de Geología en la Universidad Complutense de Madrid, que es el cuarto año que lo hace.

Luis Alcalá incidió además en que la excavación en la que están participando los alumnos es un yacimiento que va a ser objeto de una intervención con vistas al desarrollo del geoturismo en El Castellar, municipio que cuenta ya con otros atractivos del mismo tipo centrados en la paleontología para atraer visitantes durante todo el año.

En este sentido, Alcalá comentó que El Castellar ha sabido ver el potencial que tiene su riqueza fosilífera y se están desarrollando proyectos como se hacen en otras partes del mundo para mostrar los recursos que posee. “El Castellar ha comprendido que ha merecido la pena invertir en paleontología”, dijo el director del curso y de la Fundación, quien recordó que con anterioridad ya se han llevado a cabo otras actuaciones con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite).

A juicio del paleontólogo, este municipio ha sabido aprovechar un “rasgo distintivo” que posee por la paleontología y explotarlo con un éxito que reconoce la propia población. “Otros municipios no han tenido esa agilidad y están perdiendo oportunidades”, precisó.

Esta tendencia es mundial, ya que en otros países también se hacen actuaciones geoturísticas en torno a yacimientos paleontológicos para atraer visitantes y es una tendencia al alza. “En todo el mundo sirven estos sitios para el desarrollo territorial y quienes sean más astutos se llevarán el gato al agua”, dijo.

La paleontología como un recurso de desarrollo territorial es uno de los enfoques que tiene este curso, y que puso de manifiesto el paleontólogo Alberto Cobos en la primera conferencia que impartió.

Iniciativas de desarrollo

Cobos, que es secretario del curso, recordó que en el mismo se ofrece una visión general, sin profundizar en nada en concreto, e incidiendo en que la paleontología permite impulsar iniciativas de desarrollo territorial como ha sucedido con Dinópolis a gran escala, y como ocurre con el Dinopaseo de El Castellar a un nivel más pequeño. 

A este recurso se sumará próximamente “la ruta del dinosaurio”, que hará visitable el afloramiento de fósiles de estegosaurios del yacimiento de San Cristóbal, donde intervendrán los alumnos. Cobos recalcó que aquello que diferencia este tipo de actuaciones de otras en las que los dinosaurios solo son “tramoya”, es que “detrás hay investigaciones científicas”.

Contenido práctico

Algunos de los alumnos participantes destacaron el interés del curso por su contenido práctico y la atracción que sienten por la paleontología, como fue el caso de Natanel Jiménez y Berto Gil, de Zaragoza y Castellón respectivamente, que asisten por primera vez. Otras alumnos comentaron que querían conocer experiencias paralelas a su campo de estudio y de formación, como Andrea Mateo, de Alicante, y Cristina Bardají, de Zaragoza y técnico en restauración.

Jiménez, que estudia Biología en Salamanca, comentó que ya quiso hacer el curso el año pasado y no pudo, y que le atrae su contenido “práctico” ya que se quiere dedicar profesionalmente a la paleontología. Gil, que estudió Magisterio en Teruel y ahora estudia Biología Ambiental en Barcelona, comentó que lo que más le atraía era también la parte práctica.

Andrea Mateo aseguró que había participado en excavaciones arqueológicas y quería conocer ahora cómo se trabaja en paleontología, cuestión sobre la que también mostró su interés la restauradora Cristina Bardají.