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El Hogar San José reconoce que tenía comida caducada, pero dice que nunca ha ofrecido alimentos en mal estado El Hogar San José reconoce que tenía comida caducada, pero dice que nunca ha ofrecido alimentos en mal estado
Hogar San José de Teruel

El Hogar San José reconoce que tenía comida caducada, pero dice que nunca ha ofrecido alimentos en mal estado

Dice también que las monjas se fueron a Zaragoza cumpliendo protocolos de seguirdad
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La congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados, titular de la residencia de mayores Hogar San José de Teruel, reconoció en un comunicado enviado a los medios de comunicación que se levantó un acta de inspección en este centro por la existencia de comida caducada. Cuestión que está estudiando la Fiscalía.

La entidad aseguró en su nota que “hasta el momento de la intervención del centro, la (comida) que no estuviera en situación óptima era retirada antes de la preparación de los menús diarios” y añadió que nunca se ha producido ninguna intoxicación alimentaria en el centro, “ni se ha ofrecido a los residentes alimentos que no estuvieran en condiciones legales de consumo”. 

Asimismo, detalló que la congregación no estuvo presente en el momento de la inspección, por lo que se han impugnado dichas actas por los cauces correspondientes. También señaló que el 17 de abril se realizó una inspección sanitaria, sin reparo alguno, aunque para estas fechas la residencia ya estaba intervenida sanitaria y asistencialmente.

La entidad reconoció también el traslado a Zaragoza de dos religiosas tras dar positivo por Covid-19. Justificó la medida porque se hizo “para su mejor cuidado y atención (visto los antecedentes de falta de cuidado a las hermanas de la Comunidad durante los dos meses anteriores)”.

Asimimo, se detalló que el desplazamiento se realizó “en perfectas condiciones de aislamiento, con EPIs completos, conductor dotado de medidas de protección, desinfección del vehículo tras el traslado y, por supuesto, sin contacto con terceras personas hasta culminar su aislamiento en Zaragoza”. 

También indicó que fue la propia congregación la que, voluntaria e inmediatamente, comunicó a la Consejería de Sanidad y al IASS el desplazamiento realizado, sin poner reparo alguno para el traslado a Gea de Albarracín, una vez les fue requerido. 

“Queremos denunciar la campaña de falsedades y acoso que está viviendo en primera persona esta institución y las religiosas que forman parte de ella, aprovechando una intervención administrativa y el confinamiento de las hermanitas. Por ese motivo, nos reservamos la posible adopción de las acciones legales que procedan contra los responsables de estos hechos, en defensa de nuestra honorabilidad, nuestra trayectoria intachable y centenaria en Teruel”, concluyó.