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El Museo de Teruel acoge una muestra sobre el atentado a la Casa Cuartel de Zaragoza El Museo de Teruel acoge una muestra sobre el atentado a la Casa Cuartel de Zaragoza
Un uniformado observa los contenidos de la exposición del Museo de Teruel. Miguel Ángel Artigas

El Museo de Teruel acoge una muestra sobre el atentado a la Casa Cuartel de Zaragoza

La iniciativa pretende ser un homenaje y un gesto de recuerdo
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El Museo Provincial de Teruel inauguró recientemente la exposición 30 aniversario del atentado terrorista contra la Casa Cuartel de Zaragoza, muestra que se abrió en la capital del Ebro el pasado 11 de diciembre para “mantener en el recuerdo” a las once víctimas mortales del atentado con coche bomba del Comando Argala, “y a todas las víctimas de la banda terrorista ETA”, como afirmó el Teniente Coronel de la Guardia Civil en Teruel, José Soler, durante el acto oficial.
En torno a las 6 de la mañana del 11 de diciembre de 1987 cuatro etarras de un comando itinerante, dirigido por Henri Parot y bajo las órdenes de Francisco Múgica Pakito, José María Arregui Fiti y José Antonio Urruticoechea Josu Ternera, explosionaron un coche bomba con 250 kg de Amonal derrumbando gran parte del edificio situado en el barrio de La Jota de Zaragoza, causando once muertos, entre ellos 6 menores de edad, y 74 heridos, algunos de ellos de gravedad. Fue el atentado más sangriento de la banda terrorista en Aragón, donde han perdido la vida 16 personas a manos de ETA.
La exposición, organizada por la Guardia Civil de Aragón, Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Diputación Provincial de Teruel, podrá visitarse hasta el próximo 10 de junio.
La muestra consta de abundante material fotográfico y de ejemplares de las portadas y las páginas de información que publicaron periódicos aragoneses como Heraldo, El Periódico o El Día, así como todas las cabeceras de Madrid, durante aquellos días. Fotógrafos como Arturo Burgos, Ángel de Castro, Eduardo Bayona, Vicente Jorcano, Rogelio Allepuz o Javier Cebollada, inmortalizaron escenas dantescas del desescombro y la retirada de los cadáveres y heridos desde pocos minutos después de la enorme deflagración, que causó daños en numerosas calles colindantes y se escuchó en toda la ciudad.
También se puede ver una reproducción aproximada del automovil que los etarras aparcaron junto a una de las fachadas del acuartelamiento, con el maletero cargado de explosivos y dos detonadores por si la mecha que encendió Henri Parot fallaba, además de equipo y reproducciones de material incautado a ETA, o un audiovisual que recuerda a través de testimonios personales las dramáticas horas posteriores al atentado, desde las 6.10 horas cuando explotó la bomba hasta las 17.00 horas, cuando se sacó de los escombros a Ángel Alcaraz, última de las víctimas mortales.
Durante la inauguración oficial, José Soler recordó que la Guardia Civil ha sido el colectivo más afectado por el terrorismo, que “quedan 300 acciones de ETA sin resolver, sobre las que tiene que caer todo el peso de la Ley”, y que “los asesinos todavía no han pedido perdón” a pesar de que “han teatralizado su disolución”. “Pero ETA no se ha disuelto”, aseguró. “A ETA se le ha derrotado. Pero durante 50 años ha provocado un daño terrible a la sociedad y debemos esforzarnos por no blanquear ni olvidar lo ocurrido”.