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El número de internos de la prisión contagiados crece hasta los 107 y 4 funcionarios han dado también positivo El número de internos de la prisión contagiados crece hasta los 107 y 4 funcionarios han dado también positivo
Internos en la tarde de ayer agitando vestimentas desde sus celdas en el centro penitenciario para llamar la atención exterior

El número de internos de la prisión contagiados crece hasta los 107 y 4 funcionarios han dado también positivo

La situación en el interior del recinto penitenciario es de calma tensa, hay ansiedad y mucha preocupación
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Entre este viernes y el domingo 80 trabajadores del centro penitenciario de Teruel van a ser sometidos a pruebas PCR en el centro de calud Ensanche, tras el importante brote de coronavirus detectado entre la población reclusa. Hay ya infectados 107 internos, de un total de 185, y cuatro funcionarios también han dado positivo. La situación en el interior del recinto penitenciario es de calma tensa, según manifiesta el personal, y desde la Delegación del Gobierno en Aragón aseguran que está todo controlado. Entre los internos hay mucha ansiedad y entre los funcionarios, preocupación.

En las próximas horas podría conocerse algún positivo más entre los internos porque el jueves faltaban por llegar todavía algunos resultados, aunque no se espera ya que el incremento siga la tendencia de los últimos días, cuando se pasó de los 51 casos que había el martes a los 104 del miércoles. El jueves esa cifra aumentó en solo tres personas más contagiadas entre el censo penitenciario, después de que se hayan hecho pruebas PCR a los 185 internos que cumplen condena en este centro o están en situación de preventivos.

Además, la Delegación del Gobierno informó de que cuatro funcionarios de prisiones han dado también positivo por Covid hasta el momento. Dos de ellos estarían vinculados con el brote de la prisión, mientras que en los otros dos casos los rastreos apuntan a que pudieron contagiarse fuera del centro.

Aunque en un principio solo se decidió hacer pruebas PCR a la población reclusa, mientras que en el caso de los funcionarios se limitaba a lo establecido en el protocolo marcado en la Comunidad Autónoma para solo aquellas personas que hubieran podido estar un contacto estrecho con un positivo o bien que mostrasen síntomas, se decidió finalmente realizarlas al personal de mayor riesgo por trabajar en contacto con los internos.

Las pruebas se van a realizar entre hoy y el domingo en el centro de salud Ensanche a un total de 80 trabajadores. El personal de la prisión había pedido esta medida e incluso algunos de ellos se han hecho PCR por su cuenta en los últimos días. La Asociación de funcionarios de prisiones Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) de Teruel ya pidió el miércoles que las pruebas se hicieran a todo el personal, alrededor de 140, y el jueves lo reiteraron.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, manifestó por la mañana a la prensa que las elevadas cifras de contagios de los dos últimos días en la ciudad habían coincidido con el importante brote localizado en la prisión, por lo que si se descontaba el efecto del mismo al estar muy acotado, el  resto estarían descendiendo.  

Buj comentó que “afortunadamente” todos los afectados “están bien”, son asintomáticos o tienen pocos síntomas, como ya informó el día anterior la Delegación del Gobierno, y aseguró que ante la situación vivida en la cárcel turolense había llamado a la consejera de Sanidad, Sira Repollés, y previamente a la Subdelegación del Gobierno. En ambos casos para pedir que a todos los trabajadores de la prisión se les haga también ese PCR, algo que consideró “importantísimo”.

“Son 140 familias que tienen que estar preocupadas”, señaló la alcaldesa, quien consideró esta cuestión prioritaria y aseguró que la consejera se había mostrado receptiva.

A media mañana, la Delegación del Gobierno informó ya de que se iban a hacer las pruebas a 80 trabajadores, entre ellos a todos los funcionarios de interior, por ser los que más en contacto han estado con los internos, así como a otros trabajadores que también desempeñan su labor muy en contacto con ellos como cocineros, auxiliares y personal de mantenimiento.

Al resto del personal, de momento, no está previsto hacerle las pruebas salvo en los casos que marca el protocolo por un contacto estrecho o la presentación de síntomas. No obstante, la Delegación del Gobierno aclaró que en función de los resultados de las 80 pruebas que se van a a hacer ahora, y de la tasa de positivad que resulte, podría decidirse si se hacen más controles.

Sin refuerzos

Las mismas fuentes indicaron que la situación dentro del recinto penitenciario está bajo control y descartaron por el momento refuerzos, aunque también reconocieron que todo dependerá del resultado de los test que se hagan hasta el domingo y la evolución en los próximos días.

La asociación de funcionarios de prisiones TAMPM-Teruel pidió a través de su cuenta de Twitter la intervención de la Unidad Militar de Emergencias en el centro, que en otros lugares ha llevado a cabo labores de desinfección de este tipo de instalaciones tras producirse un brote. 

Desde la Delegación del Gobierno aclararon que de momento no había constancia de que se fuese a pedir, y precisaron que en caso de hacerlo sería la propia dirección del centro junto con Instituciones Penitenciarias quien lo hiciese. El subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, acudió a la prisión para hablar con su directora y conocer de primera mano la situación.

Todas las visitas están suspendidas, lo mismo que los permisos desde el pasado 12 de enero en este caso, y sobre la situación dentro de los módulos penitenciarios volvieron a comentar, como el día anterior, que había algunos internos más nerviosos, pero que todo estaba controlado.

Personal del centro comentó que ante la ansiedad que viven los internos que han dado positivo y que no pueden salir de sus celdas, donde están aislados, ha habido algunos episodios de tensión que han consistido en gritos, arrojar enseres a los patios, aporrear las puertas e insultar a los funcionarios. Al menos habría constancia de un incidente regimental.

Desde la Delegación del Gobierno explicaron que muchos servicios los están llevando los propios internos que no están enfermos, y que sí se está dejando salir dentro de los módulos a los que están contagiados, de dos en dos, para poder llamar por teléfono a sus familiares o comprar en el economato.

Entre el personal, que está muy preocupado por la situación que se está viviendo aunque lo asumen con resignación y están dando todo de sí, se está pidiendo un refuerzo porque hay sobrecarga de trabajo, ya que al estar los positivos aislados en sus celdas no dejan de llamar para pedir algún tipo de asistencia. La comida se les da en las mismas celdas y solo salen de forma controlada y por turnos para poder hacer las llamadas telefónicas o comprar.

Trabajadores de interior del centro indicaron que para poder aislar a los que han dado positivo, se está recurriendo a más dependencias y el personal no da abasto, y que se está atendiendo gracias al esfuerzo y la implicación de los funcionarios. El centro, tras la ampliación que se hizo, tiene capacidad para más de 500 reclusos aunque se sigue manteniendo la población de antes, en torno a 200, pero para poder atender más módulos sería preciso reforzar las plantillas, que de entrada ya sufrían un recorte de años precedentes.

Un estado de ánimo expresado a través de los barrotes agitando vestimentas

A primera hora de la tarde del jueves este periódico fue testigo de la situación de ansiedad y el estado de ánimo que están viviendo algunos internos cuando desde una loma cercana se hicieron fotografías del centro penitenciario. En uno de los módulos empezaron a asomarse reclusos por las ventanas y a agitar prendas de vestir entre los barrotes, silbando y llamando la atención. Algunos pedían “ayuda” voz en grito, mientras que otros reclamaban atención hacia la situación que estaban viviendo. Fue un episodio momentáneo al detectar que alguien les estaba prestando atención desde fuera, pero funcionarios del centro comentaron que por la ansiedad que están viviendo los internos, este tipo de situaciones se han repetido más veces cuando algunos comienzan a gritar, a aporrear las puertas o a insultar a los funcionarios desde dentro de sus celdas, además de haber arrojado objetos al patio.

La mayoría de los casos detectados son asintomáticos o leves, según han señalado desde la Delegación del Gobierno. Por el perfil de algunos internos y por sus necesidades pueden presentar mayores problemas y requerir la intervención de los funcionarios para tranquilizarlos, situación que no es extraordinaria sino que se da otras veces, pero que en estos casos presenta un riesgo por estar contagiados de Covid y producirse un contacto estrecho. Los servicios para atenderlos están cubiertos y los internos no tienen carencias.