El primer semestre del año se cierra en Teruel con 468 muertes más que nacimientos

El número de nacimientos en la provincia de Teruel en el primer semestre del año se redujo un 11,8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el de defunciones se incrementó casi en el mismo porcentaje, un 11,5 por ciento. Entre enero y junio, nacieron 440 personas (214 niños y 226 niñas) y murieron 908 (486 hombres y 422 mujeres).

Los datos provisionales del Movimiento Natural de la Población, difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), confirman el saldo negativo en el crecimiento vegetativo de la población turolense en 468 personas durante la primera mitad del año.

Esta cifra es más desfavorable que la del mismo periodo de 2016, en el que la diferencia entre nacimientos y muertes fue negativa en 315 personas debido a la mayor mortalidad registrada en estos primeros seis meses de 2017 (94 personas más) y a la menor natalidad (59 menos).

De esta forma, en los primeros meses del año se retoma la tendencia decreciente en el número de nacimientos iniciada en 2011, solo interrumpida por un leve incremento experimentado en 2016, que terminó con 1.059, 73 más que un año antes.

Al contrario de lo que ocurrió en 2016, en el primer semestre de este año se ha reducido notablemente el número de alumbramientos y ha crecido considerablemente el de fallecimientos, lo que contribuye a agravar el problema demográfico que sufre la provincia.

El saldo vegetativo es todavía más negativo, al haber muchos más fallecidos que nacidos: 908 en el primer caso y 440 en el segundo. Esto quiere decir que no se produce una reposición de la población, ya que no nacen ni la mitad de las personas que mueren. Cabe precisar que de enero a junio no se produjo ninguna muerte fetal tardía ni ninguna defunción en las primeras 24 horas de vida. 

A pesar de estas cifras, el INE precisa que los primeros semestres de cada año se caracterizan por tener mayor mortalidad y menor natalidad que los segundos.

En el conjunto de Aragón, el número de nacimientos en el primer semestre de 2017 se redujo un 6,2 por ciento, hasta los 5.033, mientras que el de fallecimientos se incrementó un 9,3 por ciento, hasta los 7.517, lo que arroja un saldo vegetativo negativo de 2.484 frente a las 1.513 del mismo periodo del año anterior. 

Por otro lado, la cifra de matrimonios registrados en la provincia de Teruel durante el primer semestre del año se mantuvo estable respecto al mismo periodo del año anterior, con 168, de los que 70 corresponden al mes de junio.

Del total de enlaces celebrados, tan solo 46 se llevaron a cabo por el rito católico, lo que supone el 27,4 por ciento del total, mientras que 121 fueron exclusivamente civiles y uno se llevo a caso según otra religión.

Datos definitivos de 2016

El INE facilita, además, los datos definitivos de 2016, que reflejan una pérdida de población para la provincia de Teruel de 575 personas, ya que se registraron 1.059 nacimientos, frente a 1.634 muertes.

La tasa bruta de natalidad (número de nacidos por cada 1.000 habitantes) fue de 7,8, superior a la registrada en 2016 (7,2), pero por debajo de la media española que se sitúa en 8,8.

Entre tanto, la tasa de mortalidad se situó en 12,07, inferior a la de 2015 (13,02) pero muy superior a la media del Estado (8,7).

La esperanza de vida en la provincia de Teruel supera los 87 años para las mujeres y desciende hasta los 80 para los hombres. 

Durante 2016, Teruel tuvo una tasa de mortalidad infantil de 2,83; la edad media a la que se accedió a la maternidad fue de 30,9 años; y el índice de fecundidad fue de 1,39. 

En cuanto a los matrimonios, durante 2016 se registraron 386 entre personas de diferente sexo, 1 entre hombres y 1 entre mujeres; y la edad media de la primera unión se situó en los 35,34 años.

Tendencia común

La tendencia demográfica es común en el conjunto del Estado. El crecimiento de la población española sigue en números rojos. Según el Movimiento Natural de la Población difundido por el INE, a lo largo del primer semestre del año murieron en España 32.132 personas más de las que nacieron, el valor más elevado desde que en 2015 comenzó esta tendencia.

En concreto, de enero a julio nacieron en España 187.703 bebés (91.065 niñas y 96.638 niños), un 6,3 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior, consolidando así la tendencia decreciente que se inició en 2008 y que sólo se detuvo en 2014, con un leve incremento en el número de nacimientos.

Mientras, fallecieron en el mismo periodo 219.835 personas (109.912 hombres y 109.923 mujeres), un 4,5 por ciento más que en el mismo periodo de 2016, por lo que la diferencia entre muertes y nacimientos se ha acentuado: si en el primer semestre del año pasado se contaban 10.145 defunciones más que alumbramientos, en estos primeros seis meses de 2017 la brecha asciende a 32.132.

Los nacimientos sólo se incrementaron en este periodo en Melilla, con un 1,2 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Castilla y León (9,4 por ciento menos), Castilla-La Mancha (8,2 por ciento) y Comunidad de Madrid (7,9 por ciento) registraron los mayores descensos. Mientras, las defunciones subieron en todo el país, con especial intensidad en Ceuta (11,3 por ciento más), Aragón (9,3 por ciento), La Rioja (7,1 por ciento) y Castilla y León (7 por ciento).

El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) fue positivo en tres comunidades autónomas (Madrid, Región de Murcia e Illes Balears), así como en las ciudades de Melilla y Ceuta.

Las cifras de matrimonios registrados, tampoco fueron muy halagüeñas durante el primer semestre del año, con 68.769 frente a los 73.307 de 2016, lo que supone un 6,2 por ciento menos. Y de ellos, un 2,9 por ciento fueron de parejas del mismo sexo (1.966).

Los datos definitivos de 2016 reflejan una pérdida de población de 28 personas, ya que se registraron 410.583 nacimientos, frente a 410.611 muertes.