El proyecto en las laderas del Ensanche de la capital propone un balcón en la plaza de toros y un paseo de cornisa

El proyecto de Restauración Ambiental, Intervención Paisajística y Acondicionamiento para el uso público de las Laderas de Teruel, redactado por la UTE Cerouno y Omgeving, valora en casi 3,5 millones de euros las actuaciones a realizar en las zonas verdes comprendidas entre el primer Ensanche y el barrio de San Julián, un espacio de cerca de 54.000 m²  con diferentes problemáticas que el proyecto viene a solucionar, donde se plantean nuevos miradores, uno de ellos derribando las instalaciones del depósito municipal de coches para hacer  el Balcón de la Plaza de Toros. El proyecto ha tenido en cuenta además que en el futuro habrá una solución mecánica para conectar el parque de San Antón de San Julián con el Ensanche.

El proyecto básico, que ya tiene el Ayuntamiento, plantea diferentes acciones a llevar a cabo.

Entre los conflictos detectados se encuentra el abandono de distintos espacios con mala visibilidad y pendientes acusadas en zonas como la ladera situada bajo el Viaducto Nuevo. También, la erosión y lavado de vegetación por escorrentías de evacuación de aguas en la ladera situada bajo el edificio de Obras Públicas o la plaza de toros. Otros problemas son la anchura insuficiente de aceras en puntos como la ronda Liberación; espacios susceptibles de actos vandálicos como el acceso a la cuesta de la Enriqueta; la falta de unificación del mobiliario, la pavimentación y el vallado; la necesidad de integrar los corredores verdes ya existentes en la recuperación del sistema; la falta de optimización del espacio viario o la baja calidad en la relación entre el peatón y los equipamientos y espacios verdes.

Para hacer frente a estos conflictos el proyecto propone una serie de oportunidades entre las que figura repavimentar e integrar el comienzo del viaducto de Fernando Hué en el sistema verde urbano. En la misma línea, se considera que el parque San Antón debe integrarse en el espacio público verde de las laderas, donde además se plantea que hay que reintegrar el patrimonio arquitectónico de las casas cueva en el tejido urbano.

Los redactores plantean asimismo una idea novedosa como es la apertura de la calle Málaga al sistema peatonal que se propone a la hora de recuperar las laderas. Para ellos habría que reordenar, limpiar y adaptar el solar destinado a depósito municipal de vehículos.

En el otro extremo de la zona a actuar, el proyecto contempla mejorar la conexión del oeste del barrio del Ensanche con el borde de la ribera del río Turia y establecer espacios recreativos de deportes emergentes con pistas de  pump truck y el skatepark aunque habría que compatibilizar esta idea con la posibilidad de que el futuro auditorio de la ciudad se construya en la explanada de Cofiero.

La estrategia que plantea la  UTE Cerouno y Omgeving pasa por intervenir para dotar a las laderas del Ensanche de un “rol activo en la vida urbana de la ciudad”.

Alguna de las medidas planteadas retoman ideas concebidas hace casi un siglo, como la que planteó Luis González en los primeros diseños del Ensanche de 1930 y convertir la “trasera” en un balcón con un paseo de cornisa a lo largo de todo el recorrido de cota alta de las laderas. En este paseo habría zonas de ensanchamiento para admirar las vistas y disfrutar del paisaje estableciendo puntos para el encuentro.

Gestión de escorrentías

El proyecto plantea la gestión de las escorrentías, uno de los problemas que más preocupa a los vecinos que viven en las zonas más bajas de la ciudad. Así, el proyecto plantea transformar el problema de las escorrentías de aguas incontroladas que provocan una erosión agresiva en las superficies de las laderas en un argumento para desarrollar el proyecto con medidas como la construcción de zanjas y diques de contención o una balsa de retención e infiltración en la ladera bajo la ronda Liberación. Una calle, para la que se propone la pacificación del tráfico con un solo carril de acceso restringido como una medida para prolongar el parque de los jardincillos de Fernando Hué hacia la ladera.

El proyecto plantea distintas áreas de actuación y hasta once secciones donde llevar a cabo las acciones planteadas. En la ladera Este la rampa de acceso a la cuesta de la Enriqueta propone derribar dos tramos de rampa para rellenarlo con sustrato vegetal y ampliar la acera de la zona. En la ladera más próxima considera que hay que hacer diques de contención para frenar la fuerte escorrentía. Dentro del planteamiento de hacer un paseo de cornisa, la plaza de toros dejaría de ser un obstáculo y se propone la rehabilitación de la trasera de los toriles para adecuarlo al uso recreativo. Para darle continuidad, ve necesario actuar en el patio trasero del polígono de viviendas de la calle Martín Aldehuela, que es una vía paralela a la carretera San Julián.

Ladera Norte

En la ladera Norte, además de habilitar un nuevo mirador que será el Balcón de la Plaza de Toros el camino en cornisa irá en voladizo. Se plantea además la recogida de aguas pluviales de los bloques de la calle Málaga para evitar el barrido que el agua hace en superficie sobre el sustrato vegetal. Se propone asimismo reparar las cuevas existentes en la zona. En el área verde entre los dos viaductos se desarrollará el parque de la Huerta de San Julián que será compatible con el futuro ascensor urbano.

Ladera Sur

En la ladera Sur el paseo de cornisa irá a lo largo del límite a la residencia de ancianos de los Paúles. Se plantea en esta zona mejorar el muro de contención  de la calle Cofiero y plantea un equipamiento deportivo como muro de contención con cubierta transitable permitiendo la visibilidad horizontal desde el mirador situado frente al parque Los Fueros. Se considera necesario, asimismo, la pacificación del tráfico en este tramo de la calle José Torán con un carril de circulación y otro de aparcamiento y dos carriles bici en ambos sentidos.

El proyecto básico de acondicionamiento de las laderas plantea actuaciones de limpieza y retirada de escombros, urbanización de andadores y espacios peatonales,  acondicionamiento de laderas y revegetación.

Todo ello para hacer brillar el anillo verde del Ensanche de Teruel. Un recorrido verde de 1,8 km de longitud, pensado para que en unos años sea utilizado por los turolenses y por los visitantes.