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El salón de la moda sostenible de Teruel homenajea a los trabajadores que tuvo Confecciones Teruel, filial del Corte Inglés El salón de la moda sostenible de Teruel homenajea a los trabajadores que tuvo Confecciones Teruel, filial del Corte Inglés
Foto de grupo de los antiguos trabajadores de Confecciones Teruel que recibieron el homenaje de Dister

El salón de la moda sostenible de Teruel homenajea a los trabajadores que tuvo Confecciones Teruel, filial del Corte Inglés

Emilio Mateo ofreció un taller sobre tejido con paja de trigo, cáñamo y esparto
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Unos 60 ex trabajadores de Confecciones Teruel, predominantemente mujeres, se dieron el sábado en el Casino Turolense para recibir el Retal de Plata, un homenaje que les ofreció el salón de diseño y moda sostenible de Teruel Dister 2020, en un fin de semana en el que además tuvo lugar el primero de los talleres previstos, a cargo del artesano del cáñamo y el esparto, Emilio Mateo. A partir de este miércoles Dister 2020 retomará la actividad con varias ponencias y talleres; sobre la tecnología láser en el desgaste de ropa vaquera, fotografía de moda, joyería, complementos, y además se inaugurará la tercera exposición del salón, titulada La inspiración del agua. Joyería Sostenible, que podrá verse entre el 10 y el 27 de marzo en la sala de exposiciones del edificio de Bellas Artes. 

Retal de Plata

Dister 2020 quiso homenajear a los trabajadores que en su día tuvo Confecciones Teruel, empresa textil filial del Corte Inglés que abrió sus puertas en 1975 y que llegó a tener casi 700 trabajadores, la mayor parte de ellos mujeres. Cerró sus puertas a finales de 2016, con solo once empleados en nómina.

Acudieron unas 60 ex empleadas, a un encuentro en que también estuvieron presentes Luis Aparicio, presidente de la Federación de Industrias Textiles de Aragón y Antonio Jiménez, vicepresidente y profesor de diseño.

El acto comenzó con un discurso de bienvenida por parte del director de Diter 2020, Javier Hernández, que con sus palabras trasladó a los presentes hasta 1975, año en el que se anunció la apertura de la fábrica, aunque su puesta en marcha se demoró hasta marzo del 76. Entre otras cosas, recordó las líneas de autobuses que se fletaron entonces para recoger a los trabajadores que vivían en los pueblos y que en algunos casos realizaban viajes de más de 60 kilómetros para llegar hasta la fábrica, como sucedía con los vecinos de Caminreal.

También rememoró como la marea verde – haciendo alusión a los uniformes que vestían los trabajadores de la fábrica- cubría la zona de la vega del río cada vez que los empleados entraban o salían de Confecciones Teruel. Y las dificultades a las que tuvieron que enfrentarse, como trabajar en verano sin aire acondicionado y realizando tareas como el planchado de ropa o los tiempos que debían cumplir a rajatabla en la cadena de producción.

El papel de las mujeres

Hernández insistió en que todos los trabajadores jugaron “un papel crucial en el desarrollo industrial de Teruel en aquellos años”. Además, recordó que la mayoría de trabajadores que hicieron esto posible fueron mujeres, en su gran mayoría jóvenes, que salieron de sus pueblosy sus casas para ponerse a trabajar. Así lo ratificaba Encarna, una de las empleadas que con solo 16 años se incorporó a la fábrica textil.

El director de Dister también quiso subrayar la precisión y el buen hacer con el que cosían cada una de las prendas y los resultados impecables que obtenían, para después hacer una alusión al presente, asegurando que hoy en día muchos estudiantes de diseño y de moda no tienen problemas a la hora de crear el patrón o visualizar la pieza de ropa, pero sí cuando se trata de coserla.

“Por todo esto la ciudad os debía un reconocimiento a vuestro trabajo”, dijo Hernández dirigiéndose al público, y eso es precisamente lo que quiso hacer este fin de semana Dister, en su afán por significar acciones enfocadas al diseño que se han desarrollado en Teruel. “Porque el diseño hace la vida más bella y vuestro trabajo contribuyó precisamente a eso”, cerró el director de DISTER.

 

Taller de esparto y paja

Por su parte ayer domingo la cita se trasladó del Casino de Teruel al Centro de Ocio Labordeta, donde el artesano Emilio Mateo, de Alobras, ofreció un taller sobre el uso tradicional de los tejidos de cáñamo, esparto y lino, y del trabajo con paja de trigo.

Mateo fue nieto de Miguel Maya, un artesano de Alobras de quien todavía conserva piezas realizadas en 1880. Alforjas, banastos, recipientes para guardas semillas, telas de lana utilizadas para la fermentación y tejidos antiguos realizados con hebras de cáñamo y lino y antiguos telares de volante. Algunas de esas piezas, junto a otras realizadas por el propio Emilio Mateo, se expusieron durante el taller, que se prolongó aproximadamente hasta las 20.30 horas. 

Aunque durante su intervención Emilio Mateo habló largo y tendido sobre el cáñamo y el esparto, materiales a los que “antes o después tendremos que volver, porque es insostenible el uso que se está haciendo de los plásticos y de los materiales sintéticos”, en opinión de Mateo, el taller propiamente dicho lo impartió sobre la técnica para tejer cestos de paja de trigo. “Es una técnica compleja, porque además solo puede aprovecharse la paja desde la espiga hasta el primer nudo, que como mucho son de 15 a 20 centímetros”. Mateo demostró cómo, tras hidratar la paja para que adquiera flexibilidad, la teje hasta que el cesto va adquiriendo la forma deseada. 

“Mi idea es que este tipo de técnicas no se pierdan, porque forman parte de nuestro patrimonio, y están generando bastante interés, porque suelen pedirme a menudo que ofrezca este tipo de talleres”, explicó Mateo, quien aclara que ese tipo de técnicas no se pueden utilizar en la industria actual porque no se pueden mecanizar sus procesos, y la cantidad de horas de trabajo necesarias encarecería muchísimo el producto. “Hay un sistema de tejido con paja y sogueta que sí se podría industrializar parcialmente, que además aprovecha toda la paja, pero aún así la sogueta hay que hacerla a mano”. 

Lo que, en opinión del artesano de Alobras, sí que tendrá mercado en el futuro textil, son los materiales como el cáñamo, lino, esparto, mimbre o la sarga. “No son caros ni difíciles de cultivar y antes o después tendremos que volver a ellos, porque el abuso de los plásticos y de los tejidos sintéticos es ya insostenible. Además para la provincia de Teruel podría ser una oportunidad, porque esos cultivos se pueden adaptar muy bien a ella”.