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Elsa Punset, escritora y divulgadora: “Si solo pudiera elegir una competencia enseñaría a elegir conscientemente” Elsa Punset, escritora y divulgadora: “Si solo pudiera elegir una competencia enseñaría a elegir conscientemente”
Elsa Punset firma libros el pasado jueves en el Teatro Marín tras su conferencia

Elsa Punset, escritora y divulgadora: “Si solo pudiera elegir una competencia enseñaría a elegir conscientemente”

“La sociedad necesita recuperar la capacidad de relacionarnos sin dañarnos”
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La escritora y divulgadora Elsa Punset ofreció este jueves en Teruel una conferencia y llenó el Teatro Marín, donde interactuó con el público que salió con varios mensajes claros.

-Ha ofrecido una conferencia en Teruel titulada Propuestas para vivir en tiempos extraordinarios. ¿Cuáles son esas propuestas?

-Pasamos años intentando cumplir las expectativas de los demás: de nuestros padres, de la sociedad, incluso de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Y es necesario hacerlo, porque solo tropezando y equivocándonos empezamos a descubrir qué no somos: es la primera parte de la vida. La segunda parte de nuestra vida empieza cuando dejamos de mirar fuera y empezamos a escucharnos dentro. Cuando ya no buscamos aprobación, sino verdad. Hay grandes preguntas que nos ayudan pasar de la primera a la segunda parte de la vida, cuando puedes crecer. Pregúntate: ¿qué deseo de verdad, al margen de mi entorno, mis complejos y mis circunstancias? ¿Dónde necesito crecer y fortalecerme? ¿A qué miedo tengo que enfrentarme para lograrlo? ¿Es un miedo realista o es algo que arrastro de mi pasado? Y por último, ¿qué precio habré de seguir pagando si no me decido a crecer y volar?

-Estas cuestiones ¿tienen en cuenta lo individual o lo colectivo?

-Ambos, porque lo individual y lo colectivo se retroalimentan. Por ello, si yo pudiera enseñar una sola competencia emocional en todas las escuelas del mundo, enseñaría a elegir conscientemente porque cada elección tiene consecuencias. Imagina que enseñas a los niños a preguntarse cada día: ¿Qué ropa eliges ponerte? ¿Quién la ha hecho? ¿A qué coste para el planeta o para otras personas? ¿Qué comes? ¿Contribuye a una cadena que cuida la vida o que la destruye? ¿Cómo hablas a los demás? ¿Desde la escucha o desde la necesidad de tener razón? Elegir desde el amor es tomar decisiones que no dañen innecesariamente a otros. Es vivir con más conciencia, más coherencia, más respeto. Nuestra sociedad necesita recuperar la ternura, que es la capacidad de relacionarnos sin dañarnos. Enseñar eso desde la infancia -con ejemplos reales y con acciones diarias- cambiaría el mundo.

-Es una experta en inteligencia emocional, ¿cómo se lleva con la inteligencia artificial?

-Es un reto apasionante al que, como individuos y como colectivo, estamos empezando a despertar. Durante siglos, los humanos hemos definido nuestra existencia en función de lo que hacíamos, de lo que producíamos, de lo que lográbamos. Pero ahora, en la era de la inteligencia artificial, ese modelo se desmorona. Ya no somos el centro del mundo, ni la especie más productiva, ni la más inteligente. ¿Qué es ser humanos? ¿Qué lugar nos queda? Es un reto apasionante y me encanta estar aquí para vivirlo.

-La IA ¿es una revolución para la que estamos preparados?

-No, no estamos preparados para esta nueva oleada tecnológica que nos está transformando la vida. Piense que todas las anteriores tecnologías tardaban al menos un par de generaciones en hacerse corrientes, como pasó con la electricidad, por ejemplo. Tardó dos generaciones en llegar a todos los hogares. La velocidad en la que estamos inmersos está generando problemas de salud mental serios: ansiedad, estrés, desconexión, soledad… ¡Hay mucho por pensar y por hacer! Así que como decía el explorador polar Ernest Shackleton, cuánto más difíciles las cosas, más optimistas hay que ser, porque el optimismo nos lleva a buscar soluciones.

-Acaba de publicar un libro Alas para volar, que parte de una experiencia personal y que se ofrece como una guía transformadora para volver a empezar. ¿Cuándo aconseja que se dé ese paso de volver a empezar?

-Siempre he querido entender qué nos ayuda a no perder la alegría y fuerza con la que nacemos porque aunque tengas suerte y tu vida sea relativamente fácil, la vida siempre es complicada. Todos arrastramos heridas emocionales, tropiezos, amores averiados, pérdidas… ¿Qué nos ayuda a seguir adelante? Hace dos años, yo estaba en uno de esos momentos complicados, con cambios y pérdidas. Me fui a mi refugio de vacaciones en Galicia. Sentía que necesitaba un tiempo de reflexión antes de poder cerrar capítulo, cambiar de etapa, volver a empezar. No tenía ganas de ocuparme de nada ni nadie, pero nada más llegar, abrí la puerta de casa y allí estaba: en el umbral, un pequeño gorrión desplumado que se había caído del nido. Dicen que un pájaro siempre trae un mensaje. Así que Lo acogí en casa. Nadie creía que iba a sobrevivir. Durante todo el verano, convivimos intensamente, él y yo. Los pajarillos, como los bebés, comen muy a menudo. Tienen que aprender a volar, a bañarse, a ser autónomos. Él lo hizo con una valentía y una personalidad que me inspiraron. Cuando ayudas a una especie diferente a ti, ganas una familia entera. Además, mi gorrión me recordó algo fundamental: seas pájaro o humano, debes vivir con todo lo que tienes, aunque nadie crea en ti, aunque te digan que no se puede. Escuchar tu propio instinto, seguir tu propio camino, no dejar que otros te aparten de lo que llevas escrito dentro. No se puede vivir con las alas rotas. Por ello, cuando mi gorrión recuperó su libertad, decidí contar esa experiencia en mi libro, Alas para volar, que es una metáfora sobre la libertad emocional.

-¿Cuáles son las señales que nos indican que hay que reiniciarse?

-Vivimos centrados en activar los circuitos de placer inmediatos, porque es lo que le interesa a la economía de consumo: redes sociales, comida ultraprocesada, compras impulsivas… Todo eso nos da un subidón rápido de dopamina, pero a la larga nos deja vacíos, irritables, adictos a estímulos constantes. El reto es dejar de vivir solo en ese modo de “recompensa rápida” y empezar a activar también nuestra capacidad para la alegría y la felicidad. Por eso es importante mirar tu vida con objetividad y preguntarte: ¿estoy equilibrando placer, alegría y felicidad? ¿Estoy sosteniendo hábitos que me nutren de verdad? Estos hábitos tienen que ver con los vínculos que te sostienen, la risa compartida, los abrazos sinceros, el tiempo de calidad sin pantallas, el contacto con la naturaleza, el sentido de propósito, la calma, el juego, el movimiento, la gratitud…

-Estamos en vísperas de la Navidad, ¿el inicio de un nuevo año es un buen momento para volver a empezar?

-La Navidad es uno de esos momentos simbólicos que nos ayudan a empezar nuevas etapas y eso lo conseguimos si logramos desarrollar nuevos hábitos. Porque a todos nos pasa: nos suenan muchas ideas, tenemos mucha información, pero si no la integramos en nuestra vida cotidiana a través de hábitos, ¡no sirve de nada! Por eso digo que el conocimiento no cambia el comportamiento. Tardamos tiempo en construir hábitos: lo conseguimos de forma muy incremental y práctica. Así que si quiere hacer algo diferente este año, ¡elige y construye un par de nuevos hábitos!