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Juegos bélicos 'Ludo Belli' bajo la lluvia en la Escalinata. Bykofoto / Antonio García

"¡Espero que hayáis almorzado, porque nos volveremos a ver en el infierno!"

Los recreacionistas medievales recuperaron con ganas los combates a espada tras la pandemia
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“¡Espero que hayáis almorzado, caballeros, porque nos veremos en el infierno!”, gritaba con sentimiento un recreacionista en los combates medievales que tuvieron lugar este sábado por la mañana en el campamento de la Escalinata. Tras el paréntesis del año pasado por la pandemia, los grupos, aunque con menos participantes, recuperaron con muchas ganas las recreaciones que acompañan a las representaciones de Las Bodas de Isabel de Segura.

La lluvia molestaba, no tanto por cuantiosa sino por persistente al ser un agua que iba calando poco a poco en los huesos, pero eso no impidió que la Compañía Almogávar Teruel Frontera mostrase su destreza con las armas junto con otros grupos recreacionistas llegados de otras partes de España y de Francia.

Francisco Oliver, de los almogávares de Teruel, comentó que tenían “muchas ganas” de volver a la carga y con “mucha ilusión” al retomar este tipo de actividades en la calle. “Significa volver a la normalidad, y el agua no nos va a parar, porque el agua es vida”, comentaba antes de iniciar la exhibición que hicieron en la Escalinata.

Otros años habían participado más de un centenar de personas, mientras que ayer eran 67, pero cundían con sus atuendos y armas como si fueran más de cien. “Es la gente que se ha apuntado”, comentó Oliver, quien destacó la presencia de grupos de otros lugares, con especiel referencia a los franceses por el esfuerzo que habían hecho para viajar a Teruel.

Del grupo francés Los Señores de Hautpoul acudieron 10 recreacionistas. Aunque en otras ediciones han llegado hasta tres o cuatro grupos, volver a contar con participación gala es un indicio de que las cosas vuelven poco a poco a la normalidad, según opinó Oliver.
 

Un halcón Harris volando entre los brazos entrelazados de unos niños en la exhibición de cetrería. Bykofoto / Antonio García


De España participaron también cuatro recreacionistas llegados de El Pla de Quart, en la Comunidad Valenciana. Además, se contó con el grupo Domus Navarro de Calatayud y las compañías almogávares de Almansa, Zaragoza y Valencia, entre otros.

Todos los participantes destacaron el hermanamiento que existe entre estos grupos, que viajan de ciudad en ciudad para colaborar en estas recreaciones. Javier Boluda, de El Pla de Quart, valoró precisamente el rigor con que se hacen las cosas en Teruel. “Dentro de la fiesta más global, la ciudad tiene varios campamentos y nosotros acudimos siempre a este porque son muy rigurosos”, señaló Boluda.

Además de la indumentaria, elogió que se respeten “lo que eran los materiales” que se utilizaban en la Edad Media y que se huya de los disfraces para recrear la ropa que se utilizaba entonces. “Las armas son de época, son reproducciones, y a nosotros nos gusta ese aspecto recreacionista que tiene aquí la fiesta”, comentó este miembro del grupo valenciano, quien recalcó que Las Bodas de Isabel de Segura son una de las celebraciones más extendidas que hay “porque son rigurosos”.

Actividad

Aunque llevan ya un tiempo retomando la actividad en celebraciones de este tipo, Boluda precisó que este fin de semana es de las primeras fiestas recreacionistas que se celebran con una normalidad parecida a la que había antes de la pandemia. “Hemos venido con ilusión y esperamos que este año se puedan hacer todos los eventos de este tipo que hay programados en otros lugares”, concluyó.

Por la parte francesa, uno de los representantes del grupo recreacionista de los Señores de Hautpoul comentó que se habían hecho 800 kilómetros, solo para llegar ayer, aparte de los otros tantos que tendrán que hacerse hoy de regreso. Y es que el castillo de Hautpoul, un pueblo cátaro, se encuentra a unos 20 kilómetros de Carcassonne. De hecho, este año querían haber visitado el cementerio cátaro de Fuentespalda, pero la lluvia se lo impidió y tendrán que aguardar a otro año.

“¡Un dragón, un dragón!”, gritaba uno de los almogávares de Teruel señalando al cielo mientras sobrevolaba en esos momentos el Óvalo un helicóptero. Las ganas de recrear lo que aquellas gentes del siglo XIII sentían se traslada entonces a la explanada que hay entre el edificio de la DGA y la Escalinata.

Juegos bélicos y aves rapaces

Allí recrean, como en otras ocasiones, el Ludo Belli, que Oliver recuerda que son los juegos bélicos que se hacían en los campamentos medievales. Pero antes representan una escena de humor en laque las mujeres se enfrentan a ellos con sartenes para recordarles que son ellas las que mandan, en una confrontación en la que sale también escocido un monje.

Se hicieron tres ejercicios de combate en la recreación, uno de ellos consistente en formar dos líneas de batalla frente a frente para pelear, y otro el denominado juego de “matar al rey”, en el que tres grupos tenían que demostrar su destreza. Por último, el grupo francés hizo una recreación de combate cuerpo a cuerpo.

La exhibición se hizo a pesar de la lluvia, al igual que la que estaba programada a continuación con rapaces, si bien solo se utilizó un halcón Harris debido a la precipitación. Esa ave rapaz, llamada Casper, fue suficiente no obstante para hacer las delicias de un público al que no importó mojarse para verla volar e interactuar con ellos. Su instructor además se metió a la gente en el bolsillo por las ganas que puso sin importarle acabar completamente chopado.

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