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Hace un cuarto de siglo que Teruel protagonizó la mayor movilización de su historia Hace un cuarto de siglo que Teruel protagonizó la mayor movilización de su historia
Una imagen para la historia en el recuerdo, la multitudinaria manifestación que recorrió las calles de Teruel la tarde del 29 de noviembre del 2000 con motivo de la huelga general. Antonio García

Hace un cuarto de siglo que Teruel protagonizó la mayor movilización de su historia

El 29 de noviembre del año 2000 los turolenses pararon la provincia con la gran huelga general
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Días atrás se cumplió el 25 aniversario de la mayor movilización que ha vivido Teruel en toda su historia, la de la huelga general del 29 de noviembre del año 2000, cuando la provincia se paralizó prácticamente y decenas de miles de personas salieron a las calles en sus municipios para manifestarse por su derecho a existir y que se prestase la debida atención a las inversiones públicas en infraestructuras y servicios. Fue una protesta sin precedentes, impulsada por la coordinadora ciudadana Teruel Existe, creada un año antes, con la implicación de los agentes sociales, puesto que los sindicatos y la patronal fueron de la mano alentados por la sociedad civil, que se hartó de aguantar y de ver pasar de largo las inversiones que iban a otros territorios y que no llegaban a la provincia.

Las políticas estatales de las dos primeras décadas de la democracia habían sido un agravio para los territorios poco poblados, puesto que el Estado lejos de corregir el olvido de la dictadura franquista y el desigual desarrollo territorial, siguió dejando de lado a provincias como Teruel, que de no haber sido por movimientos ciudadanos como el que surgió en 1999 con Teruel Existe, probablemente hoy estarían muchísimo peor de lo que están.
 

Concentración en la plaza del Torico el día de la huelga general del 29 de noviembre del 2000

El ingreso en la Unión Europea dos décadas antes, en los años ochenta, trajeron al país fondos de cohesión comunitarios para equiparar la situación de España a la del resto de estados miembros. Llegó mucho dinero para esa cohesión y se hicieron varios planes de infraestructuras para materializarla, pero que se quedaron en el papel. Muestra de ello es que cuando se produjo la huelga general del año 2000 en Teruel, esta era la única provincia de España sin un solo kilómetro de autovía y sin conexión directa por ferrocarril con Madrid.

Pasados veinticinco años se ha superado lo primero, aunque no ha habido forma de avanzar con las autovías más allá de la A-23, pero Teruel sigue sin estar comunicado con ferrocarril con Madrid. Se perdió la posibilidad cuando hubo la oportunidad de que el AVE entre Madrid y Valencia, financiado con fondos europeos para la cohesión territorial, pasase por Teruel, pero pasó de largo porque la política española no buscaba la vertebración sino dar respuesta a los grandes núcleos de población donde se concentraban los nichos de votos electorales con independencia de qué partido gobernase.

De hecho, aquella huelga general y las grandes manifestaciones con las que se cerró esa jornada histórica en los municipios turolenses más poblados, fue secundada por todos menos el partido que gobernaba en España entonces, el PP, que entendió erróneamente que la movilización iba contra ellos. Eso es algo que se ha repetido a lo largo de estos veinticinco años con los cambios políticos que ha habido cada vez que el movimiento ciudadano Teruel Existe ha llamado a salir a la calle.
 

La plaza de España en Alcañiz repleta de gente durante la concentración de la huelga general 

Aquella protesta histórica de la que hace una semana se cumplió un cuarto de siglo comenzó a fraguarse, sin ser conscientes los propios impulsores, un año antes, cuando distintas plataformas ciudadanas se unieron en una coordinadora, Teruel Existe, e hicieron un paro silencioso de 5 minutos en la capital turolense.

Fue el principio de un largo proceso que ha pasado por varios momentos de intensidad y de capacidad de movilización de la sociedad turolense, que llevó casi dos décadas después a que la ciudadanía apoyara también con sus firmas dar el nuevo paso que supuso que Teruel Existe entrara en las instituciones como agrupación de electores para intentar cambiar las cosas desde dentro, tras la dificultad de lograr hacerlo con las protestas en las calles.

Durante el año 2000 la actividad del movimiento ciudadano fue intensa. Las reuniones de la plataforma ciudadana en el antiguo mercado de Domingo Gascón, en el local de la Federación de Vecinos de Teruel, se prolongaban hasta cerca de la medianoche y allí fueron surgiendo iniciativas que llevaron a los portavoces del movimiento a mantener distintas entrevistas con representantes institucionales, entre ellos el actual monarca, Felipe de Borbón, cuando era príncipe.

En Andorra, la manifestación del día de la huelga general se celebró por la mañana. Antonio García

Fue en una de esas largas reuniones en el local de la Federación Vecinal abarrotado de gente cuando surgió la iniciativa al cumplirse un año del paro silencioso de cinco minutos. Había que ir a la huelga general en la provincia, algo inédito hasta la fecha.

Agentes sociales

El movimiento ciudadano instó a los agentes sociales, sindicatos y organizaciones empresariales, a unirse para sumarse al malestar expresado por los turolenses. La huelga no la podía convocar técnicamente Teruel Existe y fueron los sindicatos UGT, CCOO, CSIF, UAGA y Asaja los que la convocaron. Se habló con las organizaciones empresariales y se llegó a un entendimiento para hacerlo posible porque los beneficios para todos podían ser mucho mayores que las pérdidas de productividad que generase la protesta.

Así nació y fue posible la huelga general del 29 de noviembre del año 2000, con la que Teruel copó las páginas de los rotativos y los informativos de las televisiones para mostrar imágenes inéditas que no han vuelto a verse y que difícilmente volverán a producirse, como el Viaducto Nuevo lleno de manifestantes al entrar en el Ensanche mientras en la plaza San Juan todavía se divisa una multitud de gente que no ha llegado a la Glorieta. En la capital fueron más de 30.000 personas, sin hinchar las cifras, mientras que en Alcañiz fueron alrededor de 3.500 las que salieron a las calles bajo la lluvia, y en Andorra más de 2.000.

Aquello fue el inicio de una colaboración entre los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, y las organizaciones empresariales turolenses. Estos agentes sociales se convirtieron a partir de esa fecha en los interlocutores ante las administraciones para trasladar las demandas y reivindicaciones de la ciudadanía turolense. Fueron los que elaboraron el documento de necesidades de infraestructuras y servicios de la provincia y los que dialogaron con Moncloa, con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que culminó en el Plan de Actuación Específico para Teruel de 2005, incumplido en su mayor parte.

Corte de carretera en la N-234 a la altura del polígono La Paz en la capital. Antonio García

En la reciente concentración convocada por la patronal para reivindicar las ayudas al funcionamiento autorizadas por Europa se recordó con la boca pequeña aquella gran movilización, que parece imposible que vuelva a repetirse, a pesar o debido precisamente a esos incumplimientos y el sentimiento generalizado de que en las instituciones no se escucha a la provincia. Eso precisamente es lo que llevó a Teruel Existe al dar el salto de 2019 con todo el riesgo que entrañaba.

Recuerdo

La huelga general del 29 de noviembre del 2000 fue un momento emocionante en el que la gente, tal como manifestó durante todo el día en las protestas y por la tarde en la manifestación, clamaba por luchar para cambiar la situación de abandono de la provincia.

El clamor fue unánime por parte de casi toda la ciudadanía. Los sindicatos estimaron que el paro había sido secundado por el 90% de la población. Pero es que se movilizó toda la sociedad. La Cuenca Minera Central con su larga tradición reivindicativa por la minería otorgó un apoyo total a la huelga y sus principales municipios cesaron la actividad desde las primeras horas del día.

Hubo cortes en distintas carreteras que produjeron importantes retenciones, sobre todo en la N-234, que en ausencia de la autovía Mudéjar en aquel entonces, era la principal vía de comunicación, muy saturada, que tenía la provincia. A pesar de ello no hubo incidentes, mientras que los conductores afectados aguantaron la protesta con resignación.

Los estudiantes también se movilizaron con una cacerolada por las principales calles de la ciudad. Y los bares y comercios cerraron ofreciendo una imagen insólita tanto de la capital como de otros municipios. Hubo diferentes actos de protesta durante todo el día, pero lo contundente y más emocionante fue por la tarde, cuando una riada de más de 30.000 personas se manifestaron por las calles de la capital.