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‘Iguanodon’, un gigante del Mesozoico con una larga presencia  en la provincia de Teruel ‘Iguanodon’, un gigante del Mesozoico con una larga presencia  en la provincia de Teruel
Reconstrucción en vida de ‘Iguanodon galvensis’ con sus crías en las instalaciones de Dinópolis Teruel

‘Iguanodon’, un gigante del Mesozoico con una larga presencia en la provincia de Teruel

El primer fósil de un dinosaurio descrito en España era de este género y se encontró en Utrillas; ahora se ha descubierto el más antiguo en Cabra
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Teruel ha vuelto a ser noticia paleontológica este mes por el hallazgo de los restos más antiguos que se conocen de Iguanodon en el registro mundial. Era a principios de abril cuando los paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis mostraban a la prensa en el lugar del yacimiento en Cabra de Mora los fósiles de este dinosaurio con una edad en torno a los 127-125 millones de años. Se trataba del último hallazgo de un gigante del Mesozoico muy ligado a la provincia de Teruel, puesto que los primeros restos de dinosaurio conocidos en España se describieron en el siglo XIX en Utrillas y se trataba precisamente de Iguanodon.

La historia de la dinosauriología turolense está íntimamente ligada a estos animales, ya que sus hallazgos han marcado diferentes hitos en la investigación paleontológica desarrollada en la provincia. Además, se trata de un dinosaurio icónico, puesto que fue el segundo género descrito en el mundo después de Megalosaurus.

Fue hace exactamente dos siglos cuando el médico inglés Gideon Mantell describió el género Iguanodon a partir de varios dientes que, por su parecido con los de la iguana actual, llevaron a ponerle ese nombre.

Mantell dio a conocer su hallazgo en febrero de 1825 y justo doscientos años después, los paleontólogos de la Fundación Dinópolis se encuentran excavando el que ahora ha resultado ser el espécimen más antiguo conocido por su edad geológica.

Los fósiles están siendo excavados en el municipio de Cabra de Mora en sedimentos de la Formación El Castellar pertenecientes al Cretácico Inferior. Al estudiar el sitio resultó estar por debajo de los niveles geológicos de los Iguanodon que se habían encontrado hasta ahora, lo que lo convierte en el ejemplar más antiguo desde el punto de vista geológico con esos 127-125 millones de años en los que se ha datado.
 

Paleontólogos de la Fundación Dinópolis en la excavación del yacimiento con restos de ‘Iguanodon galvensis’ de Cabra de Mora


Por las características de sus huesos se trata de la segunda especie conocida de este animal, Iguanodon galvensis, descrita en Teruel y cuyo nombre se refiere a la localidad turolense de Galve por ser allí donde se encontraron.

La primera especie que se describió, Iguanodon bernissartensis, procedía de numerosos yacimientos de un piso geológico que está por encima en el Cretácico Inferior, el Barremiense-Aptiense, en torno a 123-120 millones de años.

Más allá de que dos siglos después de su descripción haya aparecido en el municipio turolense de Cabra de Mora el Iguanodon más antiguo, los últimos hallazgos llevados a cabo por la Fundación Dinópolis colocan a este dinosaurio como uno de los animales más característicos del Cretácico en lo que hoy es la provincia de Teruel.

Es un dinosaurio que está ligado además a la provincia porque desde los inicios de la dinosauriología ha estado presente en Teruel y tiene el honor de ser además la primera especie identificada en España cuando se empezaron a conocer los dinosaurios en el siglo XIX.

Su historia se remonta a 1872 cuando el naturalista de Valencia Juan Vilanova i Piera manifestó poseer “dos huesos largos que probablemente pertenecen a Iguanodon”.

Este naturalista fue quien publicó los huesos, pero quien se los envió fue el médico de Montalbán Jerónimo Valduque. Fueron hallados dos años antes en una mina próxima a Utrillas, y probablemente sería un minero quien se topase con ellos y le llamase la atención su descomunal tamaño.

El hallazgo de estos fósiles se publicó en las actas de una sesión de la Real Sociedad Española de Historia Natural. Vilanova i Piera identificaba también en el mismo trabajo huesos de este animal en Morella (Castellón).

A finales del siglo pasado, los paleontólogos José Ignacio Ruiz-Omeñaca y Javier Pereda intentaron localizar estos fósiles en las colecciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y en el Museo de Geología de la Universidad de Valencia.

No dieron con ellos, aunque sí encontraron los apuntes que sobre estos fósiles hizo otro destacado paleontólogo de los orígenes de la dinosauriología española, José Royo y Gómez. Este científico llegó a dibujarlos y catalogarlos a principios del siglo XX. A partir de esos dibujos, Ruiz-Omeñaca y Pereda apuntaron la posibilidad de que no se tratasen de restos de Iguanodon sino de un terópodo, un dinosaurio carnívoro.

Han pasado a la historia, no obstante, como huesos de Iguanodon, los primeros que se identificaron como pertenecientes a un dinosaurio en España. Bien es cierto que ya en 1858 se catalogó como perteneciente a un tiburón un diente que, décadas después, se asignó a Megalosaurus, el primer dinosaurio descrito a nivel mundial en Inglaterra en 1824.

El segundo hito destacable de la presencia de Iguanodon en la provincia de Teruel fueron las investigaciones desarrolladas a mediados del siglo XX por el paleontólogo francés Albert Felix de Lapparent, cuando en Galve se dieron noticias de los hallazgos de fósiles de dinosaurio por parte del vecino de la localidad José María Herrero.

Lapparent publicó en 1960 en el número 24 de la revista Teruel un artículo en el que identificaba abundantes huesos de Iguanodon bernissartensis del yacimiento de La Maca en Galve, así como otros de un saurópodo indeterminado del afloramiento de Las Zabacheras, sobre el que apuntaba ya que podía tratarse de un nuevo género, tal como sería descrito décadas después en 1987 cuando se publicó el nuevo taxón Aragosaurus ischiaticus.

Ejemplar de referencia

El Iguanodon de Lapparent se convirtió en otro de los especímenes de referencia de este género en España, si bien, en el año 2011, el paleontólogo José Ignacio Ruiz-Omeñaca publicó en la revista Estudios Geológicos que esos fósiles tenían unas características que lo diferenciaban de ese genero y los asignó a un nuevo taxón de iguanodontoideo que bautizó como Delapparentia turolensis.

El tercer hito sobre los Iguanodon en la provincia de Teruel tuvo lugar en junio de 2015 cuando los paleontólogos de la Fundación Dinópolis publicaron una nueva especie de Iguanodon que bautizaron como Iguanodon galvensis, asociada, además, a una guardería de dinosaurios.

Ese fue uno de los hallazgos más espectaculares de la reciente paleontología turolense, puesto que los fósiles encontrados en la mina de arcilla de Galve y que sirvieron para describir la nueva especie son de varios ejemplares: un individuo adulto, un juvenil y 13 crías que se encontraban en su primer año de vida. El trabajo apareció publicado en la revista Cretaceous Research. Es a esta misma especie, Iguanodon galvensis, más antigua que la bernissartensis, a la que pertenecen los fósiles que se han encontrado ahora en Cabra de Mora y que son los más antiguos del registro mundial desde el punto de vista geológico.

Ha sido el último hito destacado de la larga trayectoria de Iguanodon como uno de los dinosaurios más representativos de la provincia de Teruel. Estos animales se estima que medían unos 10 metros de largo y eran cuadrúpedos, aunque también podían mantener una postura erguida.

 

Vértebras del ‘Iguanodon’ que describió Albert Lapparent a mediados del siglo pasado y que se exhibe en Galve


Junto a sus huesos se ha hallado la impronta de sus pisadas en diversos yacimientos de icnitas, en algunos casos mediante rellenos, lo que ha permitido conocer incluso cómo era su piel formada por escamas.

Eran animales comedores de plantas, fitófagos, que se caracterizaban por tener unas extremidades fuertes y robustas. Algo característico de los mismos era la presencia de un pulgar en la mano de forma cónica a modo de un robusto punzón. En El Castellar se han llegado a encontrar rellenos en los que es visible este espolón.

Para los investigadores, el importante registro de fósiles de huesos y de icnitas de estos animales en diferentes municipios turolenses está convirtiendo a la provincia, y en particular al Maestrazgo, en un lugar idóneo para conocer las dos especies de Iguanodon que por el momento se conocen.

El año pasado, los paleontólogos de la Fundación Dinópolis ya publicaron también otro artículo en el que determinaron que Iguanodon galvensis era un dinosaurio de referencia del Cretácico Inferior gracias a los descubrimientos realizados en la provincia, que apuntarían a la existencia de dos formas de grandes ornitópodos en lo que hoy es el suroeste de la Cuenca del Maestrazgo. Todo ello vuelve a apuntar hacia la singularidad de la riqueza dinosauriológica de la provincia con un registro único en el mundo.

La especie

Iguanodon galvensis era un dinosaurio de formas robustas y de hábitos herbívoros puesto que su alimentación estaba basada en las plantas. Era uno de los grande vertebrados que vivieron durante el Cretácico Inferior en lo que hoy es la provincia de Teruel, donde está muy representado en el registro fósil, asociado a su vez a las pisadas dejadas en los afloramientos de icnitas.

A partir del estudio de fósiles y de huellas, la Fundación Dinópolis ha hecho una de las reconstrucciones más realistas de cómo eran estos animales que en vida midieron en torno a los 10 metros de longitud, caminaban de forma cuadrúpeda, aunque podían ponerse también en posición bípeda, y poseían un espolón en el pulgar de la mano a modo de un cónico punzón.

 

Reconstrucción de ‘Iguanodon’ entre restos de fósiles