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La aventura Erasmus es más acogedora en Teruel por el tamaño del Campus La aventura Erasmus es más acogedora en Teruel por el tamaño del Campus
Ecem Hatipoglu, Natasha Bondo y Eva Hovestadt (de i. a d.) son tres de las alumnas Erasmus del Campus de Teruel

La aventura Erasmus es más acogedora en Teruel por el tamaño del Campus

Los estudiantes admiten que esperaban estar en Zaragoza pero que luego se sienten muy a gusto
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Conocer otras culturas y otros sistemas universitarios es para la mayoría de los jóvenes europeos que participan en el programa Erasmus una de las principales motivaciones. Quienes llegan en esta aventura al Campus de Teruel reconocen que cuando hacen su solicitud piensan que van a estar en Zaragoza y les sorprende mucho estar en una ciudad y un centro universitario tan pequeño comparado con sus lugares de origen, pero la experiencia es positiva y se sienten muy acogidos.

La Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel acoge este primer cuatrimestre del curso a 25 alumnos extranjeros de nueve países. La alemana Eva Hovestadt, la danesa Natasha Bondo -ambas estudiantes de Psicología-, y la turca Ecem Hatipoglu, alumna de Bellas Artes, son tres de estas jóvenes que han apostado por su formación en este centro.

España era el destino que tenían claro las tres chicas pero reconocen que cuando tuvieron plaza en la Universidad de Zaragoza pensaban que estarían en la capital aragonesa, una ciudad y una Universidad grande y que se llevaron una gran sorpresa cuando comprobaron que debían estar en una pequeña y alejada ciudad, Teruel.

Pero Eva Hovestadt asegura que ahora no cambiaría este destino ni siquiera por Madrid y que estar en un sitio pequeño tiene algunos inconvenientes, pero también ventajas muy interesantes. 

“En mi Universidad en Alemania hay muchísimos alumnos Erasmus y al final forman un grupo entre ellos y no se integran, apenas se relacionan con los alemanes, que tampoco tienen mucho interés porque estos estudiantes no hablan bien el alemán. Por eso, a mí me gusta estar en Teruel, porque hay menos Erasmus y eso te lleva a relacionarte más con los españoles, además los turolenses son muy acogedores y te ayudan mucho”, comenta.

De esta forma, también se aprende más el idioma y es que Eva explica que esta muy interesada en la psicología comunitaria y por eso hablar varias lenguas es muy necesario para ella. En Teruel solo hay tres alemanes en el Campus y por eso la mayor parte del tiempo habla español o inglés.

Natasha Bondo señala que le gusta el programa Erasmus porque el sistema universitario en España es muy diferente al de Dinamarca y le gusta tener distintas experiencias. Aunque sí que le causó mucha sorpresa comprobar que aquí en España en general la gente no habla inglés. En su universidad se habla al cincuenta por ciento inglés y danés. Ella no sabía casi nada de español y la principio fue un shock para ella pero recibe material en inglés de sus profesores y puede hacer los exámenes en este idioma.

La joven turca Ecem Hatipoglu destaca que la formación fuera de su país puede darle más oportunidades en su futuro laboral y que la mayoría de los jóvenes turcos salen a otros países de Europa.

Junto a las diferencias culturales están también las académicas. Natacha explica que en sus país la formación universitaria es mucho más práctica, que se trabaja a partir de proyectos y por ello la formación en España es más académica y le recuerda más a su etapa en el instituto.

En cambio, para Eva, en Alemania todo es más teóricos, incluso las prácticas. Aunque es este caso la gran diferencia está en el sistema de evaluación. En su país hay un gran examen al final del semestre que es lo que marca la nota. Sin embargo, aquí en Teruel hay diferentes pruebas como prácticas o trabajos y todo se evalua y cuenta junto a los exámenes para el resultado final.

Por su parte, Ecem explica que la metodología didáctica en Bellas Artes está marcada por la propia disciplina y todo se basa en los proyectos, los trabajos plásticos y tanto en Turquía como en Teruel se trabaja en grupos muy pequeños.

La ciudad les ha resultado acogedora y les parece muy bonita pero señalan que para los jóvenes españoles puede resultar un poco aburrida porque no tiene la oferta de ocio y cultura que puede haber en una capital más grande.

También han aprovechado para conocer otros lugares de España como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia o Salou, entre otros.

A nivel personal, el aprendizaje de este intercambio internacional llega desde aspectos muy diferentes. Natasha recuerda que gracias al Erasmus se puede conocer a jóvenes de diferentes países y esto hace recordar que “el mundo es más grande de lo que muchas veces pensamos que hay muchas culturas y mucha gente diferente. Algo que se olvida cuanto uno está en su país”, comenta.

Por su parte Eva destaca que ha aprendido mucho de sus compañeras de piso españolas. Para ella una de las grandes diferencia entre este país y el suyo es que en Alemania la gente está siempre muy estresada, ella misma lo está, y aquí se toman las cosas con más calma y esto le ha ayudado a relajarse.

Su compañera danesa le da la razón en esto y señala que para ser una buena psicóloga es importante ser capaz de tener esa tranquilidad.

A Ecem le ha llamado especialmente la capacidad para disfrutar de la vida que tiene los españoles. “La gente en España es más feliz, le gusta salir y relacionarse con los demás, en Turquía la gente solo piensa en trabajo, trabajo y trabajo y veces es necesario tomarse las cosas con más alegría”, asegura.

Sin duda se trata de una experiencia muy enriquecedora que también están viviendo ahora medio centenar de alumnos turolenses que están ahora estudiando en países como Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido, Francia, República Checa, Bélgica, Grecia o Noruega, entre otros destinos.