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La Banda Santa Cecilia cumple 40 años: Don José y aquellos 22 músicos que devolvieron a Teruel su banda de música La Banda Santa Cecilia cumple 40 años: Don José y aquellos 22 músicos que devolvieron a Teruel su banda de música
Informaciones sobre el nacimiento de la banda de música de Teruel

La Banda Santa Cecilia cumple 40 años: Don José y aquellos 22 músicos que devolvieron a Teruel su banda de música

Así contó DIARIO DE TERUEL la andadura de la agrupación
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Decía Mariano Esteban Pueyo que una procesión o fiesta sin banda de música era como “comerse el pan a secas”, y desde la tribuna que le proporcionaba ser director de Lucha, antecesor de DIARIO DE TERUEL, apoyó hace cuatro décadas el proyecto de aquellos 22 músicos, dirigidos por José Martínez, Don José, para que la Banda de música de Teruel fuera de nuevo una realidad. El próximo fin de semana la Banda de la capital ofrecerá su concierto número 40 de Santa Cecilia, recordando aquel primero con el que se presentó la agrupación a la ciudad, iniciando así los actos en recuerdo a aquellos ilusionados con los que comenzó la gran familia de la banda en la ciudad.

La idea de retomar el proyecto de banda de música en Teruel, origen de la actual, se fraguó a lo largo de 1978 y en julio de aquel año podíamos leer una entrevista en el periódico al promotor y director, José Martínez, en la que contaba que la banda comenzaba a ser una realidad. Teruel, contra todos los pronósticos, posee una Banda de música, comenzaba aquella información publicada el 19 de julio del Lucha todavía, en la que José Martínez definía a la banda como modesta, pequeña y buena porque poseía unos atriles de una gran competencia profesional, secundados por un grupo de jóvenes que a su lado aprenderán los secretos nada fáciles de este tipo de conjuntos instrumentales.

En aquellos tiempos la banda realizaba sus ensayos en la parte alta del edificio del mercado de la plaza Domingo Gascón, en unos locales cedidos por el Ayuntamiento. 

El mayor problema entonces era la financiación y consecuencia de ello, la falta de elementos básicos como un local para ensayar o instrumentos dignos, porque muchos de ellos eran de la época del maestro Fabregat, se impone una renovación que es muy costosa pero está en vías de solución, decía esperanzado el director de la banda en aquella entrevista.

Don José mostraba en el texto su intención de que la banda se estrenase ante el público en las Fiestas del Jamón, pero finalmente el concierto no sería hasta el mes de noviembre.

En todo caso, la banda parecía ya una realidad, tal y como destacaba el periodista que hacía la entrevista, que para finalizar el texto decía que la Banda de Música ha sido la vedette entusiasmada de las pasadas Fiestas del Ángel. Ha sido la noticia más destacada.

Un empujón importante para la agrupación fue el festival taurino homenaje y en beneficio de la banda organizado el 29 de julio de aquel año por la Peña Taurina Justo Benítez, que el periódico calificaba en su crónica del lunes siguiente de éxito.

Puesta de largo

La banda había hecho algunas actuaciones en forma de pasacalles o en la plaza de toros pero la presentación oficial no llegó hasta el 19 de noviembre en el Teatro Marín, cedido para la ocasión por el Circulo de Recreo Turolense y en un evento, decía el programa, patrocinado por la Delegación del Ministerio de Cultura y en homenaje a Salvador Álvarez Moreno.

De aquel concierto el periódico recogió varias informaciones, tanto previas como posteriores, recalcando que el patio de butacas estaba repleto y que los músicos, a petición del público, acabaron incorporando al programa el pasodoble España cañí. El encargado de presentar aquella primera actuación de la Banda de Música de Teruel, todavía sin Santa Cecilia en su nombre, fue el director de Lucha, Mariano Esteban Pueyo, con una emotiva intervención que destacaba la capacidad de llevar adelante proyectos comunes, comparando esta iniciativa con otros grandes momentos de la ciudad.

 

Un discurso especial

Decía en su discurso el director del periódico de entonces, tal y como recogía la publicación en sus páginas días después: Hace aproximadamente medio siglo (decía aquel 19 de noviembre de 1978), José Torán de la Rad anunció en un círculo social madrileño su proyecto de construir la Escalinata de Teruel. Quedaron sus colegas tan perplejos por la magnitud de la obra que la creyeron una utopía y tras la sorpresa vino la mofa hacia Teruel. Alguien concluyó incrédulo: Eso es tan difícil como llevar a esa ciudad tan pequeña la Ópera. 

Poco tiempo después, recordaba Pueyo, Torán de nuevo en la tertulia, ante la admiración general anunció que en Teruel se estrenaba “La Bohem”, “Tosca” y “Madame de Buterfly”. No era imposible traer ópera como tampoco lo fueron construir la escalinata... traer las aguas... hacer el majestuoso viaducto. Lo importante es el hombre pletórico de voluntad, entrega y amor hacia su patria chica. Para desgracia nuestra, estos ejemplos a imitar son escasos en la historia de Teruel pero hoy se repite gracias al estímulo de estos músicos aglutinados por el gran entusiasmo y tesón de otro gran turolense, José Martínez Gil, organista de la Catedral y director de la banda. 

Y se refería también a la banda de la época del maestro Fabregat, que en 1918 consiguió el premio nacional de Banda y a su regreso salió para recibirles la banda de Zaragoza. Recordaba en su intervención nombres destacados de la historia musical de Teruel, como el canónigo Pacheu o el de Salvador Álvarez, homenajeado entonces, que había llevado la batuta desde que se quedó Teruel sin el director del cuerpo nacional.

Instrumentos viejos

Denunciaba que había músicos jóvenes con instrumentos viejos, llamaba a implicarse en el proyecto y pedía que la banda y el conservatorio se llamaran igual que los sonidos, de unos a otros en perfecta armonía para bien de Teruel. Y tras el concierto destacaba en su columna de Panorama turolense que lo más importante de todo consistía en haber formado una verdadera familia musical, con los músicos pero también sus esposas e hijos, con la motivación común de la música. El domingo, en el Marín, contra todos los pronósticos se demostró que el entusiasmo y la dedicación son capaces de hacer milagros. Sonaron con fuerza los instrumentos de la Banda”. Y casi 40 años después, lo siguen haciendo, más y con más fuerza.