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La CE plantea que el desarrollo territorial interno de cada país debe ser más equilibrado La CE plantea que el desarrollo territorial interno de cada país debe ser más equilibrado
El territorio debe estar más presente en la elaboración de políticas de cohesión a nivel interno

La CE plantea que el desarrollo territorial interno de cada país debe ser más equilibrado

El informe de Cohesión de la Comisión Europea considera que las comunidades locales han de ser tenidas en cuenta para alcanzar soluciones
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Europa crece y la cohesión entre los países que la integran mejora, pero no así en el interior de los estados, donde se manifiestan dos velocidades de desarrollo al confrontar el mundo rural con el urbano. Así lo recoge el 9º Informe de Cohesión de la Comisión Europea, que incide en la necesidad de que el desarrollo territorial sea más equilibrado a nivel interno de cada país miembro. Entre sus recomendaciones, recalca que las comunidades locales deben ser más tenidas en cuenta para la elaboración de políticas y poder alcanzar soluciones a situaciones como las que presenta España con la despoblación y los desequilibrios territoriales que afectan a provincias como la de Teruel.

El 9º Informe de Cohesión de la Comisión Europea hecho público el mes pasado constata que las políticas de cohesión de la UE siguen reduciendo las diferencias en las regiones y entre los Estados miembros de la Unión, pero advierte de lo que denomina “las disparidades a nivel subnacional”, es decir, dentro de cada país entre las grandes ciudades y el resto del territorio.

Esta advertencia es, en definitiva, un tirón de orejas a las políticas de cohesión que aplican los Estados miembros dentro de sus fronteras, puesto que si bien las brechas existentes disminuyen a nivel de toda la Unión, donde no terminan de hacerlo es en cada país miembro. Unas diferencias internas, advierte el informe, que están “aumentando” entre las grande regiones metropolitanas y el resto de regiones, algunas de las cuales advierte que “corren el riesgo de caer” en la “trampa para el desarrollo”.

Europa incide en ese sentido en su informe en la necesidad de combatir los desequilibrios territoriales con un modelo de desarrollo no tan concentrado en grandes ciudades, sino a través del impulso de urbes más pequeñas y medianas, a la vez que facilitando la accesibilidad de los servicios públicos en las zonas que más alejadas están de los núcleos urbanos de mayor tamaño.

En el documento, la comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, y el comisionado de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, constatan que la política de cohesión está ofreciendo resultados tangibles, al menos entre Estados, si bien alertan de los desequilibrios internos, y por ese motivo abogan por garantizar que “nadie se quede atrás”.

Apuntan en este sentido que “todos deberían poder aprovechar los beneficios de las transformaciones de nuestra economía, y ningún lugar debería ser olvidado o sentirse atrapado en una trampa del desarrollo”, de manera que mientras los Estados avanzan, determinadas partes de ellos se estancan por problemas como la despoblación, la falta de infraestructuras o una menor cobertura de servicios públicos que ayuden a asentar y atraer la población hacia ellos.

Como una enseñanza de cara a lo que deberían ser las políticas de cohesión en el futuro, el informe recalca que habría que adaptar las políticas a las “necesidades regionales” de cada territorio en función de sus realidades, así como promover una “ejecución más rápida”, simplificando y facilitando el acceso a los fondos, además de promover una mayor vinculación con las reformas y el rendimiento, “mejorando al mismo tiempo la dimensión territorial”.

Declive demográfico
Considera que factores actuales como la transformación y el declive demográfico, así como la dispersión del territorio, deberían ser tenidos en cuenta de cara a las futuras políticas de cohesión.
A este respecto, el documento manifiesta que “es necesaria una reflexión más profunda sobre cómo adaptar mejor la política a los diferentes perfiles económicos y características geográficas de las regiones para orientar estratégicamente las inversiones”.

Argumenta que hay una “necesidad creciente” de poder reflejar mejor “los múltiples desafíos de desarrollo, las necesidades de reforma y las diferentes circunstancias sociales y laborales para facilitar una programación más eficiente de los fondos de la UE en las regiones ultraperiféricas y escasamente pobladas, insulares, montañosas y fronterizas, en las zonas rurales y en las zonas afectadas por la transición industrial y más allá”. En definitiva, cumplir con lo que dictamina el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Sobre esta cuestión el 9º Informe de Cohesión de la Comisión Europea se muestra partidario de “promover un desarrollo territorial más equilibrado”, ya que lo que denomina “desarrollo económico subnacional”, es decir, el que se produce dentro de cada Estado miembro, “se caracteriza por una fuerte polarización entre las regiones capitales y los grandes centros metropolitanos, por un lado, y las regiones con menor densidad de población, por otro”.

Constata que el desarrollo se está centrando en determinados polos, que son los más poblados,  y que por tanto queda por sacar adelante “un importante potencial económico y de creación de empleos de calidad en las regiones rurales e intermedias menos desarrolladas”.

Mientras las zonas densamente pobladas atraen inversiones y garantizan una alta conectividad y nivel de servicios a quienes viven en ellas, no sucede lo mismo con las áreas alejadas, en las que deberían garantizarse los mismos accesos a servicios, y plantea como alternativa un modelo que potencie núcleos intermedios.

El informe señala a este respecto que “los desequilibrios territoriales podrían mitigarse con un modelo de desarrollo más policéntrico”, en el sentido de “construir sobre ciudades pequeñas y medianas y promover la accesibilidad de los servicios públicos en áreas alejadas de los grandes centros urbanos”.

Considera la CE en su informe que la cooperación regional podría reforzarse “fortaleciendo la capacidad de las autoridades” pertinentes a nivel territorial por ser las que conocen de verdad sus problemáticas locales, y deben participar activamente en la elaboración de políticas y propuestas de solución a problemáticas como la despoblación y el desequilibrio territorial.