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La escasa liquidez, los altos costes y la falta de lluvias preceden a la siembra del cereal La escasa liquidez, los altos costes y la falta de lluvias preceden a la siembra del cereal
Parcela de El Poyo del Cid en la que se aprecia la falta de precipitaciones que dificulta las labores previas a la siembra

La escasa liquidez, los altos costes y la falta de lluvias preceden a la siembra del cereal

Los agricultores solicitan ayudas directas por la sequía para hacer frente a la nueva campaña
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Los agricultores turolenses afrontan el inicio de la siembra del cereal de invierno más preocupados por la falta de liquidez para hacer frente a los altos costes de los insumos, como el gasóleo y los abonos, que por las condiciones agronómicas del suelo después de que la sequía redujera la cosecha de la pasada campaña un 67,5 %, porcentaje que se elevó hasta el 79,5 % en el caso de la cebada, el principal cultivo. En la mayor parte del territorio esperan ahora a que se cumplan las previsiones de lluvia para disponer del tempero necesario.

Ante la falta de liquidez de las explotaciones agrícolas, las organizaciones profesionales mantienen la necesidad de que se habiliten ayudas directas y no sólo créditos subvencionados. “Ante situaciones excepcionales, necesitamos medidas excepcionales. Los préstamos subvencionados son un parche porque lo que necesitamos son ayudas directas urgentes para afrontar la siembra”, aseguró el presidente de Asaja Teruel, José Manuel Cebollada.

En la práctica totalidad de la provincia no se ha iniciado todavía la siembra, ni siquiera la de leguminosas como la colza, porque los agricultores están esperando a que llueva para poder hacerlo con garantías. “Se ha podido labrar muy poco y en malas condiciones. Necesitamos tempero porque si no es mover los terrones de sitio”, argumentó Cebollada. “En condiciones normales, a partir del Pilar se comenzaría a sembrar trigos y centenos, pero no se ha sembrado nada”, dijo el secretario provincial de UAGA en Teruel, Alberto Escura.

“Salimos de una cosecha prácticamente nula y la más cara de la historia, por lo que existe un importante déficit de liquidez en las explotaciones”, aseguró el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche.

Roche considera que uno de los principales problemas es la reducción de los importes de los ecorregímenes, que recogen mermas considerables en las cantidades previstas para las principales prácticas a las que se pueden acoger, como la rotación de cultivos y el pastoreo.

Según el secretario de UPA, el Ministerio de Agricultura calculó que entre el 25 % y el 30 % de los perceptores no se acogería a los ecorregímenes. Pero en Aragón, por ejemplo, se han acogido de forma correcta hasta el 87 %. En la provincia de Teruel, la mayoría se acogió a la práctica de espacios de biodiversidad, que en las tierras de cultivo de secano requiere que la superficie total dedicada a fines no productivos alcance el 7%. “La labor de las organizaciones agrarias como UPA, que impartió cientos de charlas, sirvió para que en los primeros controles no se haya detectado muchas anomalías”, zanjó.

A pesar de la incertidumbre que impera en el sector, las organizaciones agrarias no esperan que se reduzcan las hectáreas de cultivo en la provincia turolense. “Al final, prepararemos la tierra y a finales de octubre comenzaremos a sembrar mejor o peor, pero necesitamos liquidez de forma inminente. Los importes que vamos a percibir de la PAC, sobre todo en el caso de la ganadería extensiva de ovino, van a ser menores de los esperados y no han llegado ayudas directas a la sequía”, aseguró, Alberto Escura.

En su opinión, la principal incertidumbre viene generada por los altos precios de los insumos, como fertilizantes y gasóleos, “porque venimos de la peor cosecha de la historia y con los precios de los cereales en descenso”.

En la Lonja del Ebro, la cebada cotiza a 236 euros la tonelada cuando llegó a alcanzar los 300 y por el girasol están pagando 380 euros la tonelada cuando se llegó a vender a 600, puso como ejemplos el presidente de Asaja Teruel.

Cebollada aseguró que algunos agricultores han tenido que hacer uso de los préstamos subvencionados, pero que es necesario que las administraciones públicas aprueben ayudas directas para hacer frente “a una situación excepcional” generada por la sequía, los altos costes de producción y la caída de los precios del cereal.

Y concluyó que, ante los “desorbitados” precios del gasóleo y de los abonos, los agricultores no saben a qué atenerse. “Si no se abona, la planta no crece. Pero si la campaña viene como la pasada, se pierde todo”, apuntó.