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La Guardia Civil de montaña lleva este 2025 nueve rescates y cinco auxilios por extravío La Guardia Civil de montaña lleva este 2025 nueve rescates y cinco auxilios por extravío
El equipo de rescate de montaña de la Guardia Civil de Mora, durante una práctica de socorro en pared en el barranco de la Fonseca, en Rubielos de Mora

La Guardia Civil de montaña lleva este 2025 nueve rescates y cinco auxilios por extravío

Los puntos calientes se concentran en las zonas que atraen más deportistas, como Beceite o Albarracín
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Cruz Aguilar

Un total de nueve rescates, cinco de ellos en el término municipal de Beceite, ha llevado a cabo en la provincia de Teruel el Grupo de Rescate e Intervención de Montaña (Greim) de la Guardia Civil. A ellos se suman cinco auxilios por extravío y, hace apenas unos días, el rescate de un perro que fue tirado a un pozo en Calanda y que no está incluido en el listado al no tratarse de un ser humano.

A lo largo del año 2024 se realizaron 16 rescates en el territorio turolense y ocho intervenciones por extravío, la mayoría de ellas entre los meses de octubre y diciembre, vinculadas principalmente a la recogida de setas y en las que se atendió principalmente a buscadores de edad avanzada, según explicó el cabo primero y responsable del grupo especializado con sede en Mora de Rubielos, Honorio Barba.

Por otra parte, según precisó, los meses más complicados en el ejercicio pasado se concentraron durante el verano, julio, agosto y septiembre, derivados de una mayor actividad al aire libre. Por otra parte, entre en enero y mayo se llevaron a cabo varias actuaciones en la Sierra de Albarracín vinculadas a la práctica del boulder.

En lo que respecta a este año 2025, más de la mitad de los rescates han sido de mujeres. Uno de los más complejos, según relata Honorio Barba, tuvo lugar a comienzos de año en Mosqueruela, donde hubo que sacar a una pareja que se quedó atrapada en una zona rocosa junto a uno de sus perros tras intentar localizar a un segundo can que se precipitó por el barranco. La operación fue compleja puesto que hubo que realizarla con helicóptero y soplaba un viento de más de 80 kilómetros por hora, lo que complicó la estabilidad del aparato y de los operarios durante el proceso.

Buena parte de las actuaciones las llevan a cabo desde el Grupo de Rescate e Intervención de Montaña de Mora de Rubielos y algunas otras de las que requieren helicóptero, cuentan con el apoyo del equipo de Benasque, ya que resulta más sencillo desplazar la aeronave desde allí.

En el equipo de Mora de Rubielos hay seis agentes y como destaca su responsable, todos ellos cuentan con la misma formación, ya que la Guardia Civil tiene su propia escuela de rescate.

Un agente, en el Parrizal de Beceite, que es uno de los puntos calientes de Teruel

Los integrantes del grupo de rescate no sólo cuentan con formación específica, sino que además cada día realizan entrenamientos técnicos en los que recorren las zonas donde hay más accidentes y también las nuevas sendas y vías ferratas. El objetivo es, explica Barba, “reconocer el terreno”, rastrearlo lo mejor posible para atravesarlo rápidamente si se produce una emergencia allí.

La zona más conflictivas de la provincia de Teruel en lo que se refiere a rescates es Beceite, en primer lugar, seguido del Maestrazgo, cuyos parajes son los más transitados por los senderistas y, por tanto, como explica el agente del Greim Javier Estévez, “por una cuestión de estadística” al haber más usuarios se producen más accidentes. Fernando Hernández, del equipo de montaña, indica que esta zona turolense es la que ofrece paisajes y actividades más similares a las del prepirineo.

Otras zonas donde también son habituales los auxilios son los Estrechos del Ebrón y los del Río Blanco, entre Calomarde y Frías de Albarracín. Así mismo, varias de las salidas del equipo de élite de la Guardia Civil son para atender a los escaladores que practican boulder en las formaciones de rodeno de la Sierra de Albarracín.

Manuel Ortega, que también forma parte del equipo, matiza que muchas de las salidas se producen para atender a personas que realizan rutas que se promocionan como familiares pero que requieren cierta preparación.

En este sentido, en Formiche hay dos vías ferratas que son muy transitadas porque son horizontales, pero resultan muy largas para personas que son deportistas: “Hay muchas intervenciones ahí porque la gente no tiene ni fondo ni tiempo para concluirla y se les hace de noche”, indican desde el Greim.

Los consejos para no verse atrapados por la montaña son claros, y es no realizar actividades que están por encima de las posibilidades físicas de uno mismo.

En cuanto a los buscadores de setas, el responsable del Greim aconseja que salgan al monte con el chaleco reflectante del coche, que todo el mundo tiene a mano, y, si es posible, también con un silbato. Ambas cosas resultan muy útiles para una pronta localización.