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La Guardia Civil no valoró la peligrosidad pese a vincular los robos con el tiroteo de Albalate La Guardia Civil no valoró la peligrosidad pese a vincular los robos con el tiroteo de Albalate
Feher, mirando a las cámaras de los medios, a su llegada a la sala de vistas. Pool/Efe/Antonio García

La Guardia Civil no valoró la peligrosidad pese a vincular los robos con el tiroteo de Albalate

Agentes reconocen que una nota interna los relacionaba y el entonces capitán de Alcañiz sostiene que la misma indica que se trabajaba bien
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La Guardia Civil no valoró en su justa medida la peligrosidad del delincuente que se movía entre Albalate y Andorra, a pesar de que dos días antes del triple asesinato tenía ya indicios de que los robos cometidos en numerosos masicos de la zona podrían haber sido realizados por el mismo individuo que había disparado y herido a dos personas el día 5 de diciembre. El juicio contra Norbert Feher que se celebra en la Audiencia Provincial con un jurado popular, enfocó buena parte de los interrogatorios a los guardias civiles que testificaron para saber si el operativo de búsqueda fue el adecuado entre los días 5 y 14 de diciembre, que fueron los que mediaron entre el tiroteo de Albalate del Arzobispo y la muerte en Andorra del ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. El día 12 se tenían ya indicios de que era el mismo individuo y que seguía moviéndose por la zona, pero los mandos que declararon manifestaron que no sospechaban el grado de peligrosidad que luego resultó tener.

Agentes del instituto armado que participaron en la investigación del tiroteo y de los robos reconocieron la existencia de esa nota interna, mientras que el entonces capitán de la compañía de Alcañiz aseguró que este tipo de documentos son internos y “no dan absoluta veracidad de nada”, y que en todo caso indicaría que se estaba “trabajando bien” en la investigación.

Durante la prueba testifical quedó claro que nadie valoró la peligrosidad del delincuente que se estaba moviendo por la zona, y a preguntas del abogado de la UAGA, Pablo Martínez, sobre si se avisó a los agricultores y habitantes de lugar sobre el riesgo que tenían, el capitán negó que se hubiera hecho comunicación alguna en ese sentido “porque yo no tengo conocimiento de que tenga una persona de este calibre por la zona en ningún momento”.

El cabo primero que esos días actuaba como jefe accidental de la policía judicial de la Guardia Civil de Alcañiz, y que fue quien redactó la nota informativa interna, aseguró que cuando lo hizo no tenían información de que se buscara a un tipo tan peligroso en España como Norbert Feher. A preguntas del abogado Jorge Piedrafita añadió que desconocían la orden de búsqueda internacional y de que se le buscaba en el país, a pesar de que esa información sí la tenía la Policía Nacional. Estimó que el instituto armado tampoco disponía de esa información. 

Los abogados Enrique Trebolle y Mariano Tafalla incidieron en esa cuestión y en los vínculos con organizaciones criminales durante el interrogatorio a los testigos de la Guardia Civil; y el capitán  jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Teruel dijo que “Teruel no tenía nada” de esa información, que no sabían “quién era en ningún momento” antes de su detención, ni el grado de peligrosidad que tenía.

A pesar de que el magistrado que preside el juicio con un Tribunal del Jurado llamó varias veces la atención a los abogados de la acusación para que no incidieran en esas preguntas sobre cómo se había desarrollado el operativo de búsqueda desde el primer tiroteo que hubo con dos heridos en Albalate, porque lo que se juzga es a Norbert Feher por el triple crimen de Andorra exclusivamente, los letrados insistieron en hacerlo y argumentaron que las familias quieren conocer “la verdad”.

Crimen organizado

En la segunda jornada del juicio, que se prolongó durante más de ocho horas, las interrupciones fueron constantes por parte del presidente al dirigir las acusaciones preguntas en ese sentido, además de pedir explicaciones de por qué no se indagaron los vínculos de Feher con el crimen organizado y si pudo recibir ayuda en España.

Todos los abogados de las acusaciones incidieron en ello, con especial insistencia por parte  de Enrique Trebolle y Mariano Tafalla, que incluso llegaron a pasarse algún papel durante los interrogatorios. Trebolle justificó su insistencia afirmando que tenía “una familia que quiere saber la verdad”, en referencia a la familia Iranzo, a la que representa, mientras que Tafalla manifestó que “gracias a este juicio se va a pasar un duelo” por parte de quienes perdieron a sus seres queridos.

No perdieron por ello una sola oportunidad cuando testificaron los agentes tanto de la policía judicial de la compañía de Alcañiz, incluido el capitán que estaba al frente de este puesto, como el oficial al frente de la unidad orgánica de la Comandancia de Teruel.

Lo hicieron además después de que declarara el padre de la primera víctima que fue abatida por Norbet Feher, el ganadero José Luis Iranzo, cuyo progenitor, del mismo nombre, reclamó “justicia” y se quejó afirmando que “nadie me ha dado explicaciones”.

El principal motivo de las preguntas fue una nota informativa interna de la Guardia Civil, cuya existencia no se conoció hasta noviembre del año pasado cuando la encontró la viuda del agente Víctor Jesús Caballero entre sus papeles, en la que se relaciona al autor del tiroteo de Albalate con los robos de los masicos.

La nota informativa 301 fue terminada de redactar el día 12 de diciembre de 2017, dos días antes del triple crimen, y el 13 se difundió internamente. La comunicación fue enviada también al teniente coronel que estaba entonces al frente de la Comandancia de Teruel, y al general de zona, según reconoció el que en aquel momento era el capitán de la compañía de Alcañiz, Horacio Requena, que fue uno de los testigos que declaró durante más de una hora. Fue ante el que más insistieron los abogados, y hubo momentos en los que dio la impresión de que más que un testigo parecía otra cosa ante la intensidad del interrogatorio de los letrados.

Durante la vista se vio que a pesar de que en los meses previos la Policía Nacional había hecho indagaciones en Málaga y Cádiz sobre el entorno de delincuentes relacionados con Feher, y que en la Comunidad Valenciana también policías locales se movían en la misma línea, en Teruel nunca se relacionó lo que estaba pasando entre Albalate del Arzobispo y Andorra con la posible presencia del criminal serbio fugado de la justicia italiana, donde fue juzgado cuando ya estaba en prisión provisional en España y condenado a cadena perpetua por el asesinato de otras dos personas.

Interrogatorios

La jornada del martes del juicio fue intensa al prolongarse durante más de ocho horas, pese a lo cual no pudieron declarar todos los testigos que estaban citados y que lo harán hoy, con lo cual la vista acumula ya un cierto retraso a pesar de la insistencia del magistrado presidente a todas las partes para que agilicen los interrogatorios, no se repitan y se ciñan exclusivamente  a los hechos que se juzgan, que es exclusivamente lo ocurrido la noche del 14 de diciembre.

El primero en testificar fue el padre de José Luis Iranzo, que relató cómo al llegar aquella mañana al mas de la familia encontraron una ventana rota y avisaron a la Guardia Civil, cómo su hijo acudió al cuartel a denunciarlo y después por la tarde acompañó a varios agentes a las cuevas de Valdoria, entre los que estaban el capitán de Alcañiz, por si el delincuente al que buscaban se encontraba allí.

Este testigo y los agentes que intervinieron esa tarde declararon también sobre el desarrollo de aquella trágica jornada a partir de que se cometieron los tres asesinatos, aunque esta tipificación penal deberá valorarla el jurado popular en su veredicto.

A través de las declaraciones se apreció la frialdad con la que actuó Feher, el nerviosismo que llegó a hacerse patente entre los agentes al desconocer el terreno, ser de noche cerrada y sentirse como blancos desprotegidos ante la peligrosidad del criminal.

Todos coincidieron en que en el escenario del crimen de los dos agentes Feher los emboscó refugiándose él en la oscuridad. Fueron los primeros en ser auxiliados y trasladados a Andorra sin saber si todavía vivían en los propios vehículos de la guardia civil, y luego regresaron a por el cuerpo de Iranzo.

Responsabilidad patrimonial

Las acusaciones particulares incidieron mucho en las testificales de los agentes de la Guardia Civil, no solo para la reconstrucción del crimen sino para buscar la verdad sobre el operativo, algo que las familias reclaman. En este juicio se piden a Feher, aparte de la prisión permanente revisable y otras penas privativas de libertad, indemnizaciones por la responsabilidad civil y el daño causado, aunque el acusado es insolvente. Los letrados quieren que en el juicio afloren también cuestiones relativas al operativo y por qué no se tomaron otras medidas para dar con el criminal desde el primer tiroteo en Albalate hasta el de Andorra nueve días después y con el resultado de tres muertos. Por la vía administrativa tienen pendiente una reclamación de responsabilidad patrimonial del Estado que no se resolverá hasta que concluya la vía penal.

En la jornada del martes se vio que para el día 15 de diciembre se había preparado una batida con el Grupo Rural de Seguridad, y el capitán de Alcañiz dijo que se habían hecho otras búsquedas con los medios disponibles en la zona así como “infinidad” de cuestiones. Los letrados de la acusación aprovecharon también para introducir preguntas sobre lo idóneo de los chalecos o el hecho de que les acompañasen civiles, ante lo que respondió que fueron esas personas las que voluntariamente quisieron ir sin que se lo pidieran ellos.