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La hostelería en Teruel ha crecido al ritmo de los visitantes y se ha adaptado a sus demandas en los últimos 50 años La hostelería en Teruel ha crecido al ritmo de los visitantes y se ha adaptado a sus demandas en los últimos 50 años
Imagen del año 1994, cuando se llevaban las grandes fuentes llenas de alimentos

La hostelería en Teruel ha crecido al ritmo de los visitantes y se ha adaptado a sus demandas en los últimos 50 años

Proyectos como Dinópolis o las pistas de esquí fueron vitales en el despegue turístico y el sector busca ahora nuevos ganchos
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Cruz Aguilar

En la actualidad hay en la provincia de Teruel un total de 279 alojamientos hoteleros (hoteles, hostales y pensiones) y otros 279 restaurantes que en conjunto suman 8.355 camas y 19.210 plazas destinadas a servicios de restauración. Cuatro de cada diez hoteles de los que hay abiertos hoy se pusieron en marcha en la primera década del siglo XXI, en la que el turismo experimentó un crecimiento importante debido a la evolución propia del sector en el conjunto nacional y a la puesta en marcha de proyectos que dinamizaron el territorio, como Dinópolis. Otro punto de inflexión importante lo marcó la apertura de la Escuela de Hostelería en el año 1993 –este mes se cumplen 25 años de su inauguración oficial–, que supuso un antes y un después en la restauración turolense.

Los datos han sido facilitados por la Subdirección Provincial de Turismo del Gobierno de Aragón y corresponden a los establecimientos que están abiertos hoy.  No obstante, la cifra no varía mucho con respecto al total de alojamientos que han estado en funcionamiento en la provincia de Teruel a lo largo de la historia puesto que son pocos los que han cerrado sus puertas. En este sentido, el presidente de Teruel Empresarios Turísticos, Juan Ciércoles sitúa en torno al 10% el número de hoteles que han cesado su actividad y matiza que en la mayoría de los casos se ha debido a cambios en las infraestructuras de comunicación de las que dependían. En este sentido, la construcción de la A-23 supuso un varapalo para algunos de los negocios hosteleros que jalonaban la N-234.

Las cifras muestran que con anterioridad a 1980 solo había abiertos una veintena de hoteles y, de ellos, únicamente tres estaban operativos con antelación a 1970. Se trata de los establecimientos que siguen abiertos hoy y es posible que en ese momento hubiera otros que o bien han cerrado o cambiaron de ubicación, categoría o titularidad. En la década de los 80 el número de hostales, pensiones y hoteles se duplicaron, pasando a sumar 47. 

Según los datos publicados en DIARIO DE TERUEL el 16 de febrero de 1982, en el año 1981 había registrados en la provincia  cuatro hoteles de tres estrellas, tres de dos estrellas, cuatro de una y 39 hostales. A ellos hay que sumar las fondas y las casas de labranza. En la noticia se recoge que la oferta se incrementaba con “las viviendas particulares que en determinadas zonas veraniegas (Maestrazgo, Javalambre y Albarracín) ponen a disposición del turismo miles de plazas”. En cuanto a restaurantes, en ese año 1981 había 89 –de los que 39 continúan abiertos hoy– que en conjunto ofertaban 6.400 plazas, y dos cafeterías (que sumaban 121 plazas más).

Impulso ya en el siglo XXI

Volviendo al histórico de los datos facilitados por la Subdirección de Turismo correspondientes a los hoteles que todavía están abiertos hoy, la cifra contabilizada en los años 80 se incrementó considerablemente en la última década del siglo con 61 nuevos establecimientos. Esos 108 hoteles registrados hasta el año 1999 se convirtieron, durante la siguiente década, en 223. 

La crisis económica llegó tarde a la provincia o al menos esa es la lectura que se hace del número de establecimientos abiertos ya que el gran despegue del siglo XXI se inició en 2004, con 13 nuevas aperturas, y ya no decayó hasta 2010, con 9, a excepción de 2008 que, con 8, supuso una leve bajada en el crecimiento continuado. Por otro lado, en 2009, un año en el que buena parte del territorio nacional ya sentía los azotes más fuertes de la crisis, tuvo lugar el mayor repunte en lo que a la puesta en marcha de alojamientos hoteleros se refiere, con un total de 16.

En opinión de Antonio Aguilar, subdirector de Turismo en Teruel, en el despegue turístico de la provincia han influido varios factores. Uno de ellos es Dinópolis, pero Aguilar habla también del importante papel que ha jugado internet, que “ayuda a que sea conocido”.  Ciércoles va más allá y a los dinosaurios suma otras apuestas estratégicas del territorio, como Motorland, las pistas de esquí o el Balneario de Ariño: “Quién se hubiera imaginado –se pregunta– que por un pueblo minero fueran a pasar cada año miles de turistas”, dice. La clave está en “aprovechar los recursos y oportunidades de cada territorio”, manifiesta. A su juicio aún quedan filones por explotar, como el turismo de estrellas y hace hincapié en la importancia que tiene la realización de una promoción conjunta para toda la provincia.                 

En cuanto a las categorías de los hoteles, la mayor parte, el 73%, tienen dos o tres estrellas. Actualmente solo hay uno, el balneario de Segura de Baños, con cinco estrellas y doce con cuatro. En este sentido Antonio Aguilar destaca el interés de muchos hosteleros por incrementar la calidad de sus establecimientos. Hay numerosos ejemplos de hoteles que han realizado reformas con el fin de poder lucir más estrellas, entre ellos los dos Paradores de Turismo –Teruel y Alcañiz–.  También el presidente de la Asociación Teruel Empresarios Turísticos subraya el interés de los hosteleros por mejorar sus establecimientos y obtener con ello más estrellas. Desde la década de los 60 hasta hoy el sector ha evolucionado mucho: “No tienen nada que ver”, sentencia Ciércoles. 

Oferta para todos

Ciércoles destaca la importancia que tiene “redirigirse a ese turismo de calidad con perfil medio alto” pero a la vez ofrecer servicios “a ese otro visitante que viene a un albergue o pensión”. Así, “ese maridaje entre las dos clases de turismo es importante” porque “es difícil sobrevivir” con un solo tipo de clientela sentencia el responsable turístico.

En un momento en el que los usuarios se mueven más por los comentarios de otros clientes que por las estrellas o tenedores de un establecimiento, Antonio Aguilar destaca la importancia que tiene la clasificación oficial porque asegura “que se cumplen los requisitos mínimos que se tienen para esa categoría.