Síguenos
La UCA apuesta por “reforzar las oficinas de atención al consumidor en las comarcas” La UCA apuesta por “reforzar las oficinas de atención al consumidor en las comarcas”
José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón, el pasado viernes en Teruel

La UCA apuesta por “reforzar las oficinas de atención al consumidor en las comarcas”

El responsable de la asociación, José Ángel Oliván, reclama una mayor implicación de algunas administraciones
banner click 244 banner 244

José Ángel Oliván es el presidente de  la Unión de Consumidores de Aragón (UCA) y el pasado viernes estuvo en Teruel para hablar del Impuesto sobre Contaminación de las Aguas (ICA), gracias a un convenio con la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Teruel. La organización vela por los intereses de los ciudadanos aragoneses. 

-Estamos en época “oficiosa” de rebajas, porque actualmente no es obligatorio un mismo de periodo para todos los establecimientos. Esto ¿perjudica o beneficia a los consumidores?

-La modificación de la normativa que hacía referencia al periodo de rebajas fue una petición de las grandes superficies y perjudica al pequeño comercio, que se ve obligado a bajar los precios en el periodo de venta alto, como es en navidades. Determinadas empresas medianas y grandes empiezan las rebajas una semana antes de Reyes. El pequeño comercio se ve arrastrado a hacer una venta más barata en un momento en el que se compra mucho. Por contra, para los consumidores es mejor porque vamos a comprar más barato en una época en la que se compra sí o sí. Al modelo de rebajas habría que darle una vuelta más.

-¿Y cómo tendría que ser en su opinión?

-Las rebajas como las conocíamos antes ya no tiene sentido y su ordenación tendría que afrontarse en su totalidad. A lo largo de todo el año hay ofertas comerciales, y las rebajas son una de ellas, como también los descuentos, saldos y otras que recoge la ley y que pueden estar todo el año y pueden convivir. Saldos, rebajas, ofertas especiales y prendas de temporada “season”, conviven en la misma tienda. Es muy importante recordar que las prendas tienen que estar perfectamente separadas, marcadas y señaladas cuales son de un tipo y de otro. Han desaparecido las rebajas como la manera que tenían los comercios para eliminar los stocks de temporada antes de iniciar la siguiente ha desaparecido porque ya no existen las temporadas, conviven muchas maneras de vestir y además la crisis ha creado la cultura del bajo coste, e incluso hay cadenas que se han especializado en vender a bajo coste y con mucho éxito. Ahora la gente más que buscar la marca mira el precio. Las rebajas tienen un punto de curiosidad pero están perdiendo su personalidad. En el caso de los productos tecnológicos además han sido sustituidas por el black friday, en noviembre. 

-¿Siguen siendo las tecnologías las que registran mayor número de reclamaciones por parte de los consumidores?

-Sí, porque hay que tener en cuenta una cosa que a veces se olvida: en España hay más números de telefonía móviles que habitantes. Se están rondando los 60 millones de línea para una población de 47 millones y además es un mercado concentrado en cuatro o cinco compañías. Eso produce que esas compañías no tengan presión competitiva para mejorar su calidad  y eso da para todo tipo de reclamaciones. Hay un fenómeno que nosotros llamamos la rueda que consiste en que muchos consumidores van pasando de una compañía a otra, enfadados por el trato que se les da, y finalizan en la inicial.

-¿Las reclamaciones son las de siempre?

-Ha cambiado la tipología de la reclamación. Ya no son por tarifación por minutos o segundos, por ejemplo. Ahora son los SMS Premium, los problemas con facturaciones sobre todo con el roaming, cuando se sale del ámbito de la UE. La pelea perpetua son los recargos por permanencia. 

-¿El porcentaje de reclamaciones es alto?

-Las reclamaciones que se presentan sí, hay un alto porcentaje que se resuelve en los tribunales de arbitraje, pero nos molesta que siempre es sobre los mismos temas. Planteamos al gobierno la necesidad de establecer algún tipo de mecanismo para que esto no ocurra y se pueda obligar a la empresa para que tenga esos comportamientos, porque solo un porcentaje pequeño de los usuarios va a reclamar, pero los afectados por los abusos de las personas es mayor.

-¿Son los turolenses reclamadores a la hora de buscar soluciones a sus problemas como consumidores?

-Son cada vez más reclamadores, intentamos transmitir el mensaje de “no clames, reclama”, porque no hay que protestar en el sitio ni enfadarse con el trabajador que está al teléfono sino que hay que poner una reclamación que es lo que va a hacer más daño a la empresa y va a tener que soltar el dinero. Esto se está haciendo con bastante éxito y Teruel está en la media del resto de población que reclama en Aragón, donde hay una media que no es mala. Hacemos una utilización de los medios que la administración pone a nuestro alcance. Otra cosa es que la administración no pone los medios suficientes.

-¿Qué medios haría falta?

-Se tendrían que reforzar las oficinas de atención al consumidor en algunas comarcas y deberían reforzarse por parte de las instituciones no solo el Gobierno de Aragón, también la Diputación provincial como se hace en otros lugares de España y las comarcas. No es un tema en exclusiva del Gobierno de Aragón y de algunos ayuntamientos como el de Teruel. Tienen que involucrarse todas las administraciones porque la defensa de los derechos de los consumidores al final es el de los intereses de los ciudadanos. Nosotros reclamamos que la Diputación de Teruel y las comarcas aporten más fondos para que haya una buena red pública de atención a los consumidores, una red de profesionales, que los hay pero que a veces están con contratos precarios o a tiempo parcial y que están haciendo, sin embargo, una atención muy buena a sus vecinos.

-Desde la UCA se han movilizado con una campaña informativa sobre el Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA) a nivel de todo Aragón. 

-Es un problema que no está afectando a todos los aragoneses, no solo a los zaragozanos que ahora también lo tienen que pagar, por eso nos oponemos al modelo del Gobierno de Aragón, no a la depuración de las aguas. Nos oponemos a este mecanismo de impuesto, defendemos que sea una tasa.