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Las peñas turolenses sufren por segundo  año consecutivo una melancólica No Vaquilla Las peñas turolenses sufren por segundo  año consecutivo una melancólica No Vaquilla
Madre e hijo con la réplica del Torico. Bykofoto/Antonio García

Las peñas turolenses sufren por segundo año consecutivo una melancólica No Vaquilla

Las directivas explican que la clave para sobrellevar estos dos años es adaptarse a la situación actual
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Un año más, debido a la situación sanitaria que estamos viviendo por el covid, los turolenses dicen adiós a la mayor fiesta de la ciudad: La Vaquilla del Ángel. La gran celebración que tendría lugar entre los días 10 y 12 de  julio se ha convertido en carpas y barras sin montar, orquestas y charangas sin contratar y calles vacías sin teñirse de rojo. Aunque se han realizado algunos actos conmemorativos por parte de Interpeñas o el Ayuntamiento, como por ejemplo poner pañuelos rojos con el escudo de cada peña a lo largo de la plaza del Torico o la puesta del pañuelo por parte de  la peña El Agüelo, este año, al igual que el pasado, los peñistas, el resto de turolenses que viven las fiestas y los turistas no podrán disfrutar de La Vaquilla como lo hacían anteriormente. Las medidas continúan siendo un elemeto muy importante a tener en cuenta,  sobre todo en la  hostelería y sus aforos, un escenario muy notable durante estos días de celebración con los más allegados, además del gran despliegue policial. También Interpeñas ha querido hacer su pequeña aportación y ha puesto en marcha una semana de carácter cultural, con alguna charla y el concurso de fotografía, y el Ayuntamiento ha abierto el Museo de la Vaquilla de forma temporal. En general, actos muy puntuales que no implican una gran aglomeración de personas.

El año pasado la alcaldesa de Teruel Emma Buj, declaró que los turolenses fueron un claro ejemplo de comportamiento para el resto de los aragoneses y, aunque en estos momentos las cifras de contagios vuelven a subir, las peñas confían en los ciudadanos y su conducta ante las medidas impuestas. “Creo que el año pasado demostramos responsabilidad y este año volverá a pasar. Es complicado que lleguen estas fechas y no podamos celebrar algo que es tan nuestro, pero solo así conseguiremos superar esta situación”, dice Marta Cercós, presidenta de Nos An Soltao.

Además, muchos de los presidentes indican que hay que mirar a nuestro interior y seguir teniendo paciencia por el momento, además de confiar en la vacunación, ya que así sera la única forma de que podamos volver a disfrutar de La Vaquilla como hasta hace dos años la conocíamos.  Sin embargo, no solo los socios han sido los más perjudicados, sino también las peñas, que llevan dos años con una gran incertidumbre porque hasta poco tiempo antes no sabían si habría o no fiestas y los eventos para los asociados deben organizarse meses antes de La Vaquilla.

A finales de 2019, la mayoría de las directivas de las peñas comenzaron a cobrar las cuotas para La Vaquilla de 2020. Al no poder celebrarse, en la peña El Rescate las cuotas se reservaron para la próxima fiesta, al igual que en la peña El Campanico, donde dos de sus cuatro pagos de la cuota se abonaron durante esos meses del año y también se guardan para la siguiente Vaquilla. Sin embargo, otras como El Disfrute no llegaron a cobrar ninguna cuota. Además, algunas de las directivas aseguran que no saben lo que va a pasar con el año 2022, ya que en el caso de que se celebrase La Vaquilla, no todas orquestas, grupos musicales u hosteleros garantizan que vayan a seguir presentes.
 

Exposición de los cabezudos en el museo temporal de La Vaquilla. Paula Aznar

Pedro Martínez, vocal de la peña El Despadre, afirma que desde el año 2020 tenían reservas pendientes: “Hemos negociado con los proveedores. Lo que hemos hecho ha sido pactar un contrato sine die para cuando puedan volver a actuar y así tener casi todo asegurado para la próxima Vaquilla”, explica. Lo mismo han hecho otras peñas como El Disfrute, El Rescate o Nos An Soltao, que añadieron que ya había mucho trabajo detrás, ya que antes del covid solo quedaban cuatro meses para celebrar La Vaquilla y, por tanto, tenían pactados contratos con charangas, orquestas y proveedores.

Por otra parte, debido a un segundo año con todo paralizado, la mayoría de las peñas han optado por no conmemorar La Vaquilla de forma individual. Sin embargo, hay alguna excepción como la peña El Rescate, donde su presidente Carlos Fernández, afirma que en estos momentos también es importante una pequeña parte tangible para recordar a los socios La Vaquilla, como por ejemplo repartir escudos y sudaderas con el escudo de la peña. “Cuando se van acercando estos días, aunque ya lo tienes asumido y sabes que la fiesta no se va a celebrar, pesa. Por eso, queremos que nuestros socios tengan algo que aunque no supla la carencia de La Vaquilla, lo vean y les pueda arrancar una sonrisa”, dice.

En Nos An Soltao, su presidenta Cercós declara que se les va a proporcionar una sudadera con el escudo de la peña a los socios. “Queremos que nuestros peñistas sientan que no nos hemos ido, que estamos aquí y que volveremos con más ganas que nunca”, señala.

Incertidumbre de cara a 2022

Todo apunta a que el año que viene La Vaquilla podrá celebrarse, pero muchas de las directivas de las peñas no tienen claro de qué manera se hará. “No sabemos a qué nos vamos a enfrentar ni qué tipo de restricciones habrá o incluso no sabemos si volveremos a verla como la conocíamos anteriormente. A pesar de que La Vaquilla es una fiesta de calle, no lo sabemos”, dice la presidenta de la peña El Disfrute, Úrsula López.

A esta incertidumbre se suma Marisa Vicente, presidenta de la peña El Campanico: “Es muy complicado planear cosas ahora, está todo muy en el aire y hay que ir viendo como evoluciona la pandemia. Tengo dudas de que La Vaquilla se pueda celebrar con normalidad”, afirma.

A pesar de ello, presidentes como Fernández (El Rescate) o Cercós (Nos An soltao), tienen las expectativas más altas en cuanto a la celebración en 2022 y tienen fe en que se pueda celebrar una Vaquilla con total normalidad, siendo optimistas pero a la vez prudentes con la situación. Además, Fernández asegura que El Rescate tiene una expectativa máxima a nivel de la peña y que a pesar de no conocer con exactitud el presupuesto del que van a disponer dentro de un año, la idea que tienen es mantener el nivel muy alto: “Como directiva es nuestro deber y vamos a pelear por que así sea. Aún no sé cómo lo haremos, pero la idea que tenemos es una expectativa muy alta.”, declara.

Por todo ello, las peñas y sus respectivas directivas continúan pendientes de todos los cambios y novedades de la pandemia. Muchas se fijan en fiestas patronales de otras localidades vecinas para hacerse una idea de cómo tienen que actuar. A pesar de ello, todos coinciden en que la mayoría de datos sobre qué va a pasar en el próximo año son especulaciones y es muy difícil saber qué va a suceder con exactitud. Piensan en varios posibles escenarios, pero quizá ninguno de ellos sea el definitivo para La Vaquilla de 2022.

“El año termina el lunes de La Vaquilla, ahí todo se reinicia” 

Aunque no todas las peñas hayan coincidido en los planes de pago de cuotas o en el contrato de las actuaciones y hosteleros, en lo que sí están de acuerdo es en el significado que tiene para ellos La Vaquilla. Aunque siempre ha sido un tema presente en las vidas de los turolenses, a día de hoy para estas fechas La Vaquilla se recuerda con un sabor agridulce, por un lado rememorando los momentos que ha vivido la ciudad de Teruel todos los años a principios de julio y, por otro, con un sentimiento de pena por no poder celebrarla al igual que se hacía en los años anteriores a 2020.

Los miembros de las junta s de las peñas describen la fiesta como un símbolo de tradición, amistad, familiaridad y fraternidad con la población turolense. Es una parte de todos los que comparten esta emoción. Unas fechas en las que reunirse con personas allegadas que no viven en la misma ciudad y, sobre todo, un sentimiento difícil de explicar para los que son puros vaquilleros, aquellos que, aunque hayan tenido que emigrar a otros lugares por estudio o trabajo, siempre sacan un pequeño hueco para asistir a la puesta del pañuelo y poder revivir La Vaquilla una y otra vez.

A pesar de la incertidumbre por causa de la situación sanitaria por el covid, miran hacia 2022 con optimismo y actitud positiva dentro de las peñas  y expresan su deseo de recibir las fiestas con más ganas que nunca, ya que La Vaquilla, a pesar de cualquier circunstancia o atemporalidad, tan solo se había paralizado una vez con motivo de la Guerra Civil española antes de 2020.

Además de todas estas características, muchos de los presidentes de las peñas han ido más allá con la definición de qué es para ellos La Vaquilla. Con unas palabras muy sentimentales, la presidenta de la peña El Disfrute, Úrsula López asegura que para ella lo más complicado es explicarle a gente que no es turolense lo que de verdad significa La Vaquilla.

“Siempre está en la mente”

“Al final muchas personas que nunca la han vivido desde dentro te dicen: ‘Qué más da, es solo una fiesta’, y no es así. La Vaquilla es encontrarte con seres queridos que no ves en todo el año y el tiempo se reinicia. Para mí el año no acaba el 31 de diciembre, acaba el lunes de la Vaquilla y esto es casi todo lo que necesito para seguir con el siguiente año. Es algo inexplicable, solo los que somos turolenses y en especial los que somos vaquilleros lo entendemos y lo sentimos de esta manera, para el resto es muy complicado de explicar”, afirma.

También quiso expresar preocupación por la situación de que muchos jóvenes que empezarían a salir estos años de la No Vaquilla, no la vivan cuando se recupere de la misma manera en que la ha vivido ella y que no tengan ese sentimiento tan característico de los vaquilleros: “Ojalá todos los jóvenes  que hubieran empezado a disfrutar de la fiesta en estos dos años puedan vivirlo algún día y sobre todo vivirlo y sentirlo de la misma manera que a día de hoy lo siento yo”.

Por otra parte, Carlos Fernández, presidente de la peña El Rescate, destaca que La Vaquilla siempre es una conversación fija en las reuniones de amigos en el día a día: “La Vaquilla no es algo que lo tengas en boca permanentemente, pero sí en la mente y por eso es un claro tema de conversación cada vez que sales a echar unas copas. Para mí casi todo está relacionado con esto y ese es el significado que yo le doy”, afirma. Además, también resalta que las peñas tienen un papel fundamental y que sin ellas no existiría la fiesta tal y como la conocemos: “Son la máxima expresión de La Vaquilla”, dice.

Además, Marta Cercós, presidenta de la peña Nos An soltao, destaca la idea de La Vaquilla como la unidad de los turolenses por un mismo sentimiento, algo a lo que obviamente ayudan las peñas: “Estas son las que hacen que te sientas dentro de una gran familia. Una familia que comparte la misma emoción”, afirma.

Con todo esto, los directivos aseguran que su opinión y definición sobre qué significa para ellos esta fiesta es prácticamente la misma que la de todos aquellos turolenses que son vaquilleros. No todos han vivido la fiesta desde pequeños, como es el caso de López, presidenta de El Disfrute, pero sí un sentimiento que se ha ido desarrollando con el paso de los años y las vivencias en los días de La Vaquilla.

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