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Los adolescentes que más tiempo pasan en Instagram están más insatisfechos con su vida Los adolescentes que más tiempo pasan en Instagram están más insatisfechos con su vida
La investigadora del Campus de Teruel Terebel Jiménez, en uno de los talleres de mindfulness en el IES Segundo de Chomón, la pasada semana

Los adolescentes que más tiempo pasan en Instagram están más insatisfechos con su vida

Los primeros resultados de una investigación del grupo ERA revelan los riesgos de las redes sociales
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Los adolescentes que más tiempo pasan en Instagram en su día a día son los que menos satisfechos están con su propia vida, lo que se conoce en Psicología como insatisfacción vital y esto puede llegar incluso a que quieran morir. Este es uno de lo primeros resultados que se han obtenido en el proyecto nacional de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades Acoso, ciberacoso entre iguales y en parejas adolescentes: de la regulación emocional a la ideación suicida que codirige la profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel Terebel Jiménez, miembro del grupo ERA (Emoción, regulación, ajuste).

“Actualmente, Instagram es la red social en la que más se relacionan los adolescentes y los que más tiempo pasan en ella están más insatisfechos con lo que han hecho en su vida, lo que han alcanzado y cómo están las cosas ahora”, explicó Terebel Jiménez que advirtió que esa insatisfacción vital es una de las variables predictoras de la ideación suicida y de otros problemas psicológicos.

Los propios jóvenes explican lo que les ocurre ya que este estudio tiene una parte cuantitativa con una muestra de 3.000 chavales de 12 a 18 años de varias provincias españolas, entre ellas Teruel, y otra cualitativa a través de entrevistas grupales con unos 90 adolescentes y 30 profesores. “Nos lo han dicho muy claramente, ellos afirman que en Instagram la gente solo muestra lo bonito de la vida y entonces se agobian porque se comparan”, detalló la investigadora de la Facultad de Teruel.

Proyecto

En el proyecto, los jóvenes también advierten de que las redes sociales han multiplicado ciertos problemas como la posibilidad de hacer daño a otras personas, de meterse con alguien porque ya no pasa solo en el instituto sino que continúa fuera. “Los más pequeños dicen que desconectan y que lo ignoran, pero los mayores reconocen que cuando reciben ataques o caen mal en redes sociales están todo el día con eso en la cabeza”, señaló Jiménez.

“Esas rumiaciones, esas ideas que quedan dando vueltas en tu mente y en las que te desvalorizas si te atacan son aquellas que se han visto como proyectoras de ideación suicida”, explicó la investigadora.

Este proyecto comenzó en 2019 y aunque iba a finalizar este año se va a alargar hasta 2024 por la repercusión de la pandemia. Participan la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), la Universidad de Zaragoza, la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y la Universidad de Valencia. Junto a Terebel Jiménez, la otra investigadora principal es Estefanía Estévez.

Los profesores del Campus de Teruel implicados en este estudio, además de Jiménez, son Ginesa López, Sonsoles Valdivia, Sebastián Lombas y Celeste León.

El proyecto incluye dos estudios principales. Uno cuantitativo, realizado durante los años 2020-2022 a través de cuestionarios de autoinforme, con una muestra de cerca de 3.000 preadolescentes y adolescentes de entre 12 y 18 años, escolarizados en centros educativos de Educación Secundaria Obligatoria de las comunidades autónomas de Andalucía (Sevilla y Córdoba), Aragón (Teruel y Zaragoza) y Comunidad Valenciana (Alicante y Valencia). Y otro cualitativo que es el que se encuentra actualmente en desarrollo en 2023, que se está realizando con cerca de 90 adolescentes y 30 profesores.

Entrevistas

Para este último estudio se realizan entrevistas grupales llamadas grupos focales de entre seis y nueve componentes, en los que se preguntan de forma abierta distintas cuestiones sobre el uso de redes sociales, beneficios y riesgos para sus vidas, cómo ven ellos a las personas implicadas en situaciones de maltrato entre compañeros, qué hacen cuando las observan, y qué pueden hacer sus adultos de referencia, entre otras cuestiones. Estas preguntas también se plantean, de forma similar, a grupos de profesores que colaboran con el proyecto.

En esta investigación se están  analizando variables como la autoestima, la depresión, el estrés, la ansiedad social, la satisfacción vital, la empatía, la inflexibilidad psicológica, las necesidades psicológicas básicas, los estereotipos de género, el clima escolar, la presión de los iguales, el clima familiar, los estilos educativos parentales y la motivación escolar, entre otras.

También se examinan las dinámicas grupales y las características de todos los implicados en situaciones de intimidación: víctimas, agresores y espectadores testigo de las situaciones de acoso. Además, en este proyecto se tienen en cuenta variables del profesorado como el desgaste, la motivación y la satisfacción laboral.

“Realmente estamos preocupadas porque el suicidio es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes en España y cada vez son más jóvenes”, resaltó Jiménez que explicó que esta investigación no analiza los casos clínicos de personas que se han intentado quitar la vida, sino en población general. Asimismo, la investigadora indicó que no se abordan los intentos de suicidio sino de forma más amplia la ideación suicida. “Nos interesan los planes y las sensaciones de mejor no estar aquí o ver como única salida dejar de estar vivo”, detalló.

La experta del Campus de Teruel indicó que la regulación emocional que centra la labor del grupo ERA tiene mucho que ver para explicar por qué ciertos contextos relacionales pueden suponer un riesgo para unos chavales y para otros no y también la inflexibilidad psicológica.