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Los cuidados de la Tierra y la paz como único camino, en el Congreso Nacional de Bioética Los cuidados de la Tierra y la paz como único camino, en el Congreso Nacional de Bioética
Carmen Magallón y Julián Casanova, junto a Concha Thomson, en el inicio del Diálogo mantenido en la tarde de este viernes en el auditorio del Centro San Julián

Los cuidados de la Tierra y la paz como único camino, en el Congreso Nacional de Bioética

La XVII edición, a la que asisten más de 200 profesionales de distintos ámbitos, se clausura hoy
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El cuidado del planeta o la paz como el único camino para la paz abrieron y cerraron la segunda jornada del Congreso Nacional de Bioética, cuya décimo séptima edición se está celebrando en Teruel desde este jueves y hasta hoy que se clausurará con una conferencia de Diego Gracia Guillén, considerado el padre de la bioética en España.

Más de 200 asistentes, profesionales de diferentes disciplinas, están participando en este congreso que se celebra en el Centro Cultural San Julián, que ha puesto el Ayuntamiento de Teruel a disposición de la organización.

La jornada de este viernes comenzó con una conferencia de Antonio Campillo, filósofo, sociólogo y escritor murciano que habló sobre Cómo habitar la Tierra: de la posesión al cuidado. Estuvo presentado por Inmaculada Plaza, directora del Instituto de Estudios Turolenses, entidad que coorganiza el congreso, junto a la Asociación de Bioética Fundamental y Clínica y el Colegio Oficial de Enfermería de Teruel.

El tema que se está abordando en esta edición es cómo contrarrestar la violencia, deliberando para un cuidado responsable y Campillo lo puso en el contexto de la sociedad actual, donde la Tierra no es propiedad de nadie y sus habitantes “somos inquilinos que estamos de paso”, donde los bosques tienen derecho pero el poder extremo lo tienen los países en posesión de armas nucleares.

Campillo explicó la “economía rosquilla” frente al crecimiento ilimitado y abogó por llevar el cuidado “más allá del ámbito privado”.

Para cerrar su intervención, el sociólogo murciano recordó a Jane Goodall, recientemente fallecida, y a Greta Thunberg, como ejemplos de dos generaciones de mujeres valerosas que luchan por la paz entre los pueblos y por la habitabilidad de la Tierra para todos los seres vivientes. Tampoco se olvidó de su región y recordó el movimiento social que está defendiendo el Mar Menor, al que cada año se le da un abrazo simbólico. Con una recogida de firmas y una iniciativa legislativa popular se logró que el Congreso de los Diputados de España aprobara una ley que dotara de personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor y su cuenca. Es el primer caso en Europa y un claro ejemplo de cuidado del planeta, desde la base social.

De paz también hablaron dos turolenses, el catedrático de Historia Contemporánea de Unizar, Julián Casanova y la presidenta de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, Carmen Magallón en un diálogo moderado por Concha Thomson, presidenta del comité organizador de este congreso.

Magallón ofreció una mirada histórica sobre cómo amplificar las voces de paz, mientras que Casanova lo hizo sobre los caminos de la violencia, centrándose en el siglo XX.

Con este diálogo finalizó esta segunda jornada del congreso, que se clausurará este sábado, tras las dos últimas mesas de debate y la conferencia de clausura de Diego Gracia Guillén, que hablará sobre responsabilidad y ciudadanía.