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Los habitantes de los barrios rurales de Teruel celebran poder ir al huerto Los habitantes de los barrios rurales de Teruel celebran poder ir al huerto
Una mujer con dos niños pasea por un camino en San Blas, el pasado domingo

Los habitantes de los barrios rurales de Teruel celebran poder ir al huerto

El respeto y la colaboración vecinal, claves durante el confinamiento
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Coronavirus aparte, los vecinos de los barrios rurales de Teruel estaban preocupados por no poder acudir a sus huertos y era una de las mayores dudas que planteaban a los alcaldes de las pedanías con mayor población de Teruel. Desde el pasado viernes ya pueden acudir a cuidar de sus tierras y comprobar cómo han afectado las lluvias de abril y el abandono durante más de un mes sin poder trabajarlos.

La atención médica era otro de los asuntos que más dudas suscitaban, pero con tarjeta sanitaria electrónica y un teléfono de contacto pueden consultar sus dudas, ser atendidos y si es necesario el médico acude a casa. El servicio de botiquín farmacéutico se ha mantenido durante este periodo de estado de alarma.

La limpieza y la desinfección de las calles de esta pedanías se llevan a cabo o bien por parte de las brigadas municipales que riegan las calles con una pickup de las brigadas municipales o con voluntarios que han ofrecido sus tractores para desinfectar periódicamente con producto que pone el Ayuntamiento de Teruel. Esto ocurre en localidades como Villalba Baja o Villaspesa. 

La alcaldesa pedánea de Villaspesa, Sonia Navarro, dio las gracias a la familia Gámiz que “sale todas las semanas a fumigar tanto la travesía como las calles y las zonas comunes con agua y la lejía que lleva el Ayuntamiento. Eva, la alguacila, va detrás con una fumigadora de mochila e incide en los sitios por donde puede pasar más gente”.

La limpieza se refuerza además los lunes y jueves, que es cuando va la farmacéutica para atender el botiquín. También en las proximidades de la panadería, que abre todos los días y hace el mantenimiento de las instalaciones municipales, que ahora están clausuradas, para cuando se puedan utilizar.

Como en Villaspesa, en otros barrios rurales son también los alguaciles los que es encargan de la limpieza y desinfección de las calles y zonas comunes.

Al igual que en Teruel, en pedanías como Villalba Baja o Villaspesa salen a aplaudir a las 20 horas en agradecimiento a los trabajadores que durante este estado de alerta están en primera línea en la lucha contra el virus. Es un momento en el que los vecinos se ven y comentan desde la distancia la jornada. En Villaspesa, guardan un minuto de silencio por los fallecidos antes de empezar a aplaudir.

Una docena de voluntarios del programa Aislados pero no solos se ocupa en los barrios rurales de personas mayores o que por ser personal de riesgo no puede salir a la calle, pero más allá del programa son muchos los que se ocupan de sus vecinos más próximos. “Como no tenemos tienda, cuando vamos a comprar a Teruel les preguntamos a nuestros vecinos si necesitan algo y se lo traemos”, cuenta Belén Sandalinas, alcaldesa de Villalba Baja.

Preocupan sobre todo las personas mayores que viven solas y de ellos están pendientes vecinos y alcaldes pedáneos.

En Villaspesa, la asociación La Unión ha repartido mascarillas que entregó la Federación de vecinos. Y también en Villalba Baja y en otras pedanías han pasado puerta por puerta a entregar mascarillas. 

En San Blas, el barrio pedáneo de mayor población, su alcalde Javier Cañete, destaca el buen comportamiento de la gente que en general se está portando siguiendo la normativa. Allí llegó a ir la UME a desinfectar las calles al principio del estado de alarma y cuando la semana pasada permitieron salir a los niños, se utilizaron caminos y pistas aprovechando que están a menos de  un kilómetro de los domicilios . 

Como apunta el alcalde de Caudé, Santiago Gonzalvo, en estas localidades corrales y jardines de las casas han servido de alivio durante la etapa de confinamiento, sobre todo para niños y mayores. En este barrio, además de no haber podido salir a los huertos hasta este viernes, lo que más preocupa es que en junio se pueda salir a cosechar los campos sin problemas.

Los mayores salieron ya el sábado a la calle a “estirar las piernas”. En los barrios rurales, como en el resto de pueblos de la provincia, lo pueden hacer sin limitaciones de franjas horarias, durante una hora y en un radio de un kilómetro. A la hora de hacer deporte sí que se ha pedido que se siga el mismo horario que en el casco urbano de Teruel, de 6 a 10 horas y de 20 a 23 horas.