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Los integrantes de la Soga y la Baga cuentan los días para volver a cumplir con la tradición Los integrantes de la Soga y la Baga cuentan los días para volver a cumplir con la tradición
Lidia Sánchez, Rubén López y Jesús Ros, con una de las sogas nuevas junto a la imagen de un toro ensogado. Bykofoto/Antonio García

Los integrantes de la Soga y la Baga cuentan los días para volver a cumplir con la tradición

Este año se han renovado las sogas y habrá nuevas incorporaciones a la hora de sacar los toros
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Los miembros de la Soga y Baga estrenarán para la Vaquilla de este año nuevas sogas para el desarrollo del festejo taurino popular que es la esencia de las fiestas. Fabricadas en polipropileno, está trenzada en blanco y rojo, el color del escudo de la ciudad, una composición que ya se utilizó en las anteriores cuerdas. Fue en 2017 cuando se decidió cambiar a estas combinación. Anteriormente se había utilizado la tradicional soga de cáñamo.

Rubén López, Lidia Sánchez y Jesús Ros son tres de los integrantes de la Soga y la Baga, una agrupación que mantiene viva la tradición, cuyo futuro parece no peligrar. Cada año dos o tres integrantes dejan de participar activamente por distintas circunstancias, pero otros jóvenes les cogen el relevo, primero incorporándose a la baga y luego, en años posteriores, pueden dar el paso a la soga.

Para ellos, la Vaquilla que están esperando con más ahínco es la que comienza en la madrugada del domingo, con el traslado desde la plaza de toros hasta los corrales de la Nevera, en la ronda Damaso Torán, algo más de un kilómetro de distancia que recorren esa madrugada en siete ocasiones, con los cuatro toros y los correspondientes regresos para trasladar al siguiente animal.

El ritual comienza unas horas antes. Si para los turolenses la merienda de los domingos por la tarde en la plaza de toros se ha convertido en un festival de colores, el de los cientos de disfraces que llevan los participantes al festejo taurino de esa tarde, para ellos es el momento de comprobar cómo se comportan los animales que se exhiben durante la merienda y tratar de prever qué harán durante el traslado. Aunque saben que es impredecible.

La soga se ‘cose’ al toro con una cuerda de cáñamo. Bykofoto/A. García

El traslado comenzará a las 5:30 horas y se prolongará durante varia horas en función del juego que den los animales. El recorrido se hace por la calle Málaga, la avenida Sagunto, el viaducto nuevo, la ronda Ambeles y el inicio de la ronda Damaso Torán hasta los corrales de la Nevera. Allí se irán dejando los animales para que descansen hasta la tarde.

En cada corral disponen de un pequeño depósito para beber agua. Los cosedores sujetan las sogas en la testuz de las reses con una fina cuerda de cáñamo y sujetan las sogas a unos pequeños pilares.

A las 18 horas del lunes comienza el tradicional traslado de toros ensogados por las calles del Centro Histórico de la ciudad. “El objetivo  es que el toro corra en la plaza del Torico sujeto solo por la soga”, recuerda Jesús Ros. Pero hasta allí se conduce también amarrado con la baga.

Los integrantes de la soga y la baga se distribuyen en dos grupos, unos para la soga y otros para la baga. Son un máximo de 12 componentes en cada grupo. En el caso de la soga se van alternando los equipos y en la baga lo que cambia son las posiciones.

La soga y la baga se unen de tal forma que haya juego entre ellos pero a la vez esté sujeto el animal. De la destreza de la mano que las sujetan depende el traslado, manos expertas y trabajo en equipo que hacen que el festejo se desarrolle con seguridad.

Cada lunes de la Vaquilla son cuatro toros los que salen hasta el momento del descanso cuando los vaquilleros consumen el tradicional regañao en las calles del Centro Histórico.

Jesús Ros muestra cómo se sujeta la soga en los corrales. Bykofoto/A. G.

El recorrido fijo es el que sale de los corrales y finaliza en la plaza del Torico, pero este se puede ampliar más en función del juego que dé en cada salida el animal.

Tras el descanso vuelven a salir los mismos toros y se pasan por la plaza de la Catedral, donde se retira de nuevo la baga al animal que se piensa que puede dar juego a los corredores. Si alguno de los toros no reúne las condiciones se sustituye por los sobreros, dos toros que se trasladan hasta Teruel por si alguno de los cuatro elegidos en una primera selección no reúnen las condiciones para correr.

Desde el año 2005 el Ayuntamiento de Teruel ha confiado en la ganadería de Adell Piquer para seleccionar las reses que correrán por las calles de Teruel el lunes de la Vaquilla del Ángel. Avellano, Macareno, Reforzado y Valiente esperan en la finca de Castellote a ser trasladados y los turolenses que son aficionados a este festejo taurino cuentan los días para verlos recorrer las calles de la ciudad confiando una vez más en la labor desinteresada de los integrantes de la soga y la baga. La cuenta atrás ha comenzado.