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Los obispos españoles publicarán el domingo una pastoral coordinada desde Teruel sobre la situación grave de la despoblación Los obispos españoles publicarán el domingo una pastoral coordinada desde Teruel sobre la situación grave de la despoblación
De izda. a dcha., Antonio Gómez Cantero, Vicente Jiménez y José María Albalad, en la presentación de la pastoral. EP

Los obispos españoles publicarán el domingo una pastoral coordinada desde Teruel sobre la situación grave de la despoblación

Llaman a apoyar al medio rural con fórmulas de desarrollo sostenible
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Los obispos de las seis diócesis aragonesas publicarán el próximo domingo una carta pastoral conjunta que aborda el problema de la despoblación y su incidencia en la vida de la Iglesia, el primer documento de estas características que se elabora en España y que ha sido coordinado por el obispo de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez Cantero. 

Los obispos valoran “los grandes esfuerzos” que administraciones, asociaciones, movimientos y emprendedores realizan por mejorar la vida en el medio rural y asentar población y animan a los políticos a continuar en esa línea “escuchando a las personas del medio rural”. El objetivo debe ser mantener entre todos “la casa común, la tierra que habitamos” mediante la búsqueda de un desarrollo sostenible que sustente el necesario equilibrio económico, afirman.

El documento, titulado La Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural. Nazaret era un pueblo pequeño, fue presentado en Zaragoza por el Arzobispo de Zaragoza, el obispo de Teruel y Albarracín y el director de la Oficina de Comunicación de la Iglesia en Aragón (Oficia), José María Albalad.

Vicente Jiménez subrayó que en esta comunidad “no hay ningún pueblo que esté desatendido” y cada domingo o cada 15 días un sacerdote acude a cada localidad. “Somos pocos, pero no poco”, dijo, ya que en los pueblos “hay mucha vida y la cultura rural es muy rica”. Añadió que no corresponde a la Iglesia “dar soluciones técnicas, ni políticas”, algo que atañe a los gobiernos, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, con los que sí hay que “buscar una sana y leal colaboración”.

Preocupación

El arzobispo comentó que en la Conferencia Episcopal Española “hay preocupación por cómo evangelizar y dar esperanza a las pequeñas comunidades, pero lo rural es distinto en Castilla, Galicia o Aragón”, si bien ya hay obispos de otros territorios que han pedido que se les envíen esta carta. Apuntó también que este documento da continuidad a una carta anterior, publicada hace tres años, titulada La Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo de Aragón, porque las seis diócesis aragoneses ya tienen un “recorrido” de trabajo conjunto.

El nuevo texto tiene 41 páginas y 122 puntos. Se divide en tres bloques, uno en el que se realiza una mirada a la realidad desde el punto de vista social, cultural, económico, político y eclesial. Para abordar la situación de los pueblos, la llamada España vaciada, se ha acudido a estudios sociológicos, a los vicarios generales y de pastoral de cada diócesis, así como otras aportaciones de las comunidades de la Iglesia.

Una segunda parte, titulada Lectura creyente de la realidad pastoral, mira “con los ojos de la fe” la situación, también teniendo en cuenta los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, y una tercera La pastoral de los pueblos pequeños propone acciones.

 

Minorías creativas

El prelado indicó que esta carta quiere ser un reconocimiento y agradecimiento “a todas las personas que optando por permanecer en los pequeños pueblos”, quienes “han sido y siguen siendo los transmisores y referentes de nuestra fe” y un “cántico a las minorías creativas”, en palabras de Benedicto XVI, que están siendo estas comunidades de los pueblos.

El obispo de Teruel y Albarracín remarcó que “no es cuestión de número, sino de vitalidad”, puesto que hay parroquias de pueblos pequeños “que son más vitales que otras de las ciudades”.

También estimó que “todas las confluencias son necesarias” y aseguró que valoran “los grandes esfuerzos que las administraciones están haciendo por mejorar la vida en el mundo rural”, así como de asociaciones, movimientos y emprendedores que apuesta por asentar población. 

Los obispos animan a los políticos a que “sigan en esa dirección y estén muy atentos a estos pequeños núcleos”, siempre “escuchando a las personas del medio rural”. Se trata de mantener entre todos “el respeto a la casa común, la tierra que habitamos”, en la búsqueda de un desarrollo sostenible que sustente el necesario equilibrio económico.

Antonio Gómez esgrimió, igualmente, que estas pequeñas poblaciones “pueden ser un pequeño resto, pero nunca les gustaría llegar a ser un residuo”, para hacer referencia al título de la carta y explicar que Nazaret significa brote y esta carta “pretende ser el nutriente de estos pequeños brotes, que son nuestros pueblos, para que florezca una nueva primavera”.

El director de Oficia precisó que en Aragón hay 300 sacerdotes rurales, del total de 756, a los que hay que sumar 185 sacerdotes que también son miembros de órdenes religiosas. A través de ellos, se atiende a 1.316 parroquias con el apoyo de padres y madres de familia y otros miembros de la Iglesia, que se encargan de las denominadas asambleas dominicales, que tienen lugar cuando no se puede celebrar la misa, en las que “se escucha la Palabra de Dios y se recibe la comunión”.

Por su parte, Albalad puso el ejemplo de Ignacio Hernández, párroco de Albarracín, que atiende once localidades, y del sacerdote Sergio Pérez, de 43 años, responsable de la Unidad Pastoral de Daroca, integrada por 28 pueblos, tres residencias de ancianos, un monasterio y la prisión ubicada en el municipio de Daroca, quien cuenta con el apoyo de otro sacerdote, así como de religiosas consagradas y laicos.

Además, se refirió a la figura de los animadores de la comunidad a la que se han recurrido en algunas diócesis, que suman 28 en la de Teruel y Albarracín y 67 en la de Barbastro-Monzón. En esta última suponen el mismo número que los sacerdotes.