

Los primeros turolenses asoman la cabeza en el Alto Chacón con los trabajos arqueológicos
Los investigadores estudian la aparición de varios hornos y de unos silos datados en el siglo VIIILos primeros turolenses asomaron la cabeza este viernes en el yacimiento íbero romano del Alto Chacón, para mostrar cómo era su sociedad a través de los hallazgos que se están haciendo con las nuevas excavaciones arqueológicas en el sitio. La aparición de varios hornos, y los usos del lugar hasta por lo menos el siglo VIII al descubrirse unos silos de grano, son algunas de las nuevas líneas de investigación en las que trabajan los arqueólogos, tal como explicaron las directoras del yacimiento durante la jornada de puertas abiertas organizada por el Museo de Teruel, dependiente de la DPT.
Esta actividad, que consistió en visitas guiadas por la mañana y por la tarde, se llevó a cabo dentro de las VI Jornadas Europeas de Arqueología, cuyo objetivo es dar a conocer a la ciudadanía el patrimonio arqueológico y las labores de estudio que se llevan a cabo, en este caso impulsadas desde el Museo de Teruel.
En la visita de la mañana participó la vicepresidenta de la DPT, y diputada delegada del Museo de Teruel, Beatriz Martín, que realizó junto con la gente que acudió el recorrido guiado por las directoras del proyecto arqueológico del Alto Chacón, Marta Pérez Polo y Marta Blasco Martín.
Además de explicar lo que se conoce de la historia del asentamiento, las arqueólogas repasaron las distintas intervenciones científicas que se han hecho en el lugar desde finales de los años 60 del pasado siglo, y que fueron iniciadas por Purificación Atrián.
Este yacimiento íbero romano, que Marta Pérez calificó de “joya” por el gran interés que tiene tanto para su estudio como para ser visitado, tuvo una ocupación continuada desde el siglo V antes de Cristo hasta el I o II después de Cristo. No obstante, las campañas de excavación más recientes iniciadas en el año 2022 han sacado a la luz unos silos para el almacenamiento de grano que indica que el lugar tuvo otra fase de ocupación en el siglo VIII o IX después de Cristo.
Otra línea de investigación novedosa en la que trabajan los arqueólogos, y que pudieron conocer los visitantes durante la jornada de puertas abiertas, es la aparición de hornos tanto para trabajar metales como para el procesamiento de alimentos. En el primero se está trabajando en la actualidad al haber aparecido cenizas y escorias. Pérez lo mostró a la gente empleando un imán, que tras pasarlo por encima de la zona ennegrecida quedó impregnado de escorias de hierro.
A ello se ha sumado la aparición de elementos metálicos, bien para útiles agrícolas, o algún arma como la pieza de una lanza, si bien esta última clase de restos no son frecuentes. El análisis de los objetos ha permitido estudiar también dos hornos para procesar alimentos, donde se han identificado con avanzadas técnicas de laboratorio restos de comida procesada como masas panificadas, que bien podría corresponder a panes o gachas. Estos restos se conservan y ha sido posible estudiarlos porque las altas temperaturas de cocción acaban mineralizándolos y se evita su destrucción.
Datación con semillas
A ello se ha sumado el hallazgo de semillas que permiten hacer dataciones del lugar por tratarse de restos orgánicos, unido también a huesos de animales que ayudan a conocer las dietas de quienes vivieron allí. Tal como explicación las arqueólogas, siguen apareciendo restos de cerámica, que permiten comprender cómo era la sociedad que ocupó el Alto Chacón, aunque la estructura del asentamiento indica varias épocas diferentes de ocupación, desde las más antiguas donde tenía un peso importante la fortificación del lugar, porque era un sitio de frontera entre los territorios de los íberos y los celtíberos, hasta las más recientes de época romana en las que la muralla se abre tras la pacificación del territorio.
Entre los visitantes llamaron mucho la atención los objetos extraídos en las excavaciones y que mostró la codirectora de los trabajos, Marta Blasco. Entre ellos pudieron ver algunas fusayolas, las piezas que se utilizaban como contrapesos en los telares para la elaboración de textiles.
También partes del esqueleto de los animales como las tabas, el hueso del astrágalo, que en aquella época ya se utilizaba en los juegos de azar. Blasco mostró algunos de estos huesecillos que tradicionalmente se han empleado a modo de dados, que tenían una perforación en el centro. Más que como usos ornamentales, la arqueóloga explicó que permitiría llevarlas todas agrupadas con una cuerda para hacer uso de ellas cuando fuese necesario.
Por otra parte puso énfasis en los hallazgos de diferentes cerámicas a lo largo del tiempo, algunas de ellas importadas de otros lugares como Italia y que llegaron al Alto Chacón, lo que indica las rutas comerciales que había siguiendo caminos como el cauce del río Turia. A ello se suma el posicionamiento estratégico de este asentamiento, desde el que se controlan todos los accesos a la vega del río Guadalaviar en su confluencia con el Alfambra
Las explicaciones de las científicas hicieron ver a los visitantes que el trabajo de los arqueólogos permite visualizar un tiempo pasado y conocer cómo era la vida de quienes poblaron este asentamiento desde el siglo V antes de Cristo.
Aun así, sigue habiendo muchos interrogantes, como la última fase de ocupación emiral de los siglos VIII o IX después de Cristo, periodo al que corresponde el hallazgo reciente de silos para almacenar grano. Su presencia no está asociada a una ocupación habitacional, por lo que pudo utilizarse la meseta solo con el fin de guardar alimentos.
La vicepresidenta de la DPT, y diputada delegada del Museo de Teruel, comentó que en el marco de las VI Jornadas Europeas de Arqueología, la institución provincial quería promocionar los yacimientos arqueológicos que tiene a su cargo, como este del Alto Chacón, y los del Cabezo de San Pedro en Oliete, donde se hará otra campaña a mediados del verano, así como las excavaciones que desde finales de agosto se desarrollarán en el yacimiento de La Caridad en Caminreal. Martín incidió en que los yacimientos íberos “son parte de nuestra historia y de nuestra cultura, y una muestra de cómo hemos llegado hasta aquí”, de ahí el interés por su conocimiento y divulgación “como un museo al aire libre”.
La codirectora de la excavación, Marta Pérez, insistió en el valor del asentamiento para ser conocido por la ciudadanía al encontrarse a escasos kilómetros de la ciudad de Teruel. En las excavaciones están participando arqueólogos y estudiantes de varias universidades y se prolongarán hasta el 27 de junio.
Los participantes
Los participantes que hicieron el primer recorrido de la mañana en la jornada de puertas abiertas del Alto Chacón destacaron el interés del lugar, y la necesidad de que el yacimiento sea más conocido por la ciudadanía por el interés que tiene.
Mari Carmen Blasco comentó que había acudido porque quería conocer más del sitio. “Los que no tenemos mucho conocimiento de esto no acabamos de entender lo que son estas estructuras y las funciones que tenían”, comentó. Consideró que el Alto Chacón debería ser más conocido. “Creo que vivimos de espaldas a este yacimiento y vale la pena conocerlo”, dijo.
Pedro Víctor acudió con un amigo y recordó que la primera vez que acudió a este sitio fue hace casi 60 años. “Me lo enseñó Leocadio Brun, cuando yo era un crío y lo tenía de maestro en Las Anejas, y daba gozo verlo”, explicó. Reconoció que un lugar así “debería aprovecharse más y ser más visitado y promocionado porque es nuestra cultura”. Otro de los visitantes, Gonzalo Montón, indicó que asistió a la jornada por “curiosidad” debido su “importancia”, tras haberlo visitado años atrás con alumnos cuando era profesor.