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Los vecinos de Teruel defienden un modelo de ciudad que mejore la movilidad y sea más humano Los vecinos de Teruel defienden un modelo de ciudad que mejore la movilidad y sea más humano
La Federación Vecinal aboga por un modelo urbano de ciudad más humano y que mejore la movilidad

Los vecinos de Teruel defienden un modelo de ciudad que mejore la movilidad y sea más humano

La Federación considera que la situación actual es buen momento para adecuar la accesibilidad
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Una ciudad más amable, que tenga más en cuenta al peatón y unos ritmos de vida acordes con un municipio pequeño, es lo que plantea la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales de la Provincia para Teruel capital. Es el modelo que defiende el movimiento vecinal ante la revisión del planeamiento urbano, en el que pide que se tenga en cuenta la situación actual provocada por la pandemia del coronavirus para repensar los entornos urbanos, concibiendo estos priorizando a las personas por encima de otros intereses, y modificando entre otras cuestiones el modelo de movilidad que primaba hasta ahora.

El modelo vecinal está recogido en un documento que la Federación entregó el pasado verano al Ayuntamiento dentro de las aportaciones hechas a las propuestas generales del Avance de la Revisión del PGOU, donde tenía en cuenta la coyuntura actual provocada por la crisis de la Covid-19, y que ante la segunda ola ratifica la importancia de fomentar espacios urbanos que prioricen cuestiones como la movilidad y la accesibilidad.

En la exposición de sus argumentos, la propuesta incide en adaptar el urbanismo a la nueva situación. El documento señala que el momento que se vive por la crisis sanitaria “es otro factor que debería integrarse y llevarnos a replantear y repensar la ciudad creando un modelo más resiliente”.

El movimiento vecinal, que se ha revelado como uno de los más activos, solidarios e implicados durante la pandemia, argumenta que “los espacios urbanos y equipamientos necesitan una adaptación para garantizar el pleno uso del espacio público y para crear ciudades más humanas”.

Desde la Federación se entiende que otras muchas ciudades “ya están actuando en este sentido, apostando por un cambio de paradigma que permita la adaptación a la nueva situación”. Y eso supone “reducir el espacio destinado al vehículo privado para conceder mayor espacio al peatón, flexibilidad y reordenación del espacio público y potenciar nuevos modos de movilidad”.

En este sentido, las asociaciones vecinales consideran que la movilidad tanto rodada como peatonal en la ciudad presenta “ciertos problemas de conexión entre algunos barrios” por la propia orografía urbana y la estructura preexisten con viarios estrechos que no facilitan la accesibilidad.

Pone como ejemplo numerosos casos en barrios históricos como San Julián, el Arrabal o el Carmen, donde hay vías en las que la “prioridad absoluta” tanto para circular como para estacionar es de los coches, “mientras que el peatón queda relegado a un espacio ínfimo, que generalmente se encuentra bastante deteriorado y con multitud de elementos que dificultan más si es posible, un recorrido seguro y amable”. Estos elementos hacen que la accesibilidad sea “absolutamente imposible”.

Estudio de movilidad

Por ello piden realizar un “estudio exhaustivo de la movilidad con la intención de favorecer al peatón, buscando los criterios que permitan una ciudad lenta, ya que Teruel cuenta con el tamaño perfecto para favorecer una vida más fácil y agradable para el ciudadano”.

Dicho estudio, argumentan, debería complementarse con la regulación de mecanismos de diseño de estos espacios teniendo en cuenta dimensiones, tipos de pavimiento, y ubicación del mobiliario urbano entre otras cuestiones, “que garanticen espacios de calidad en toda la ciudad para evitar actuaciones tipo parche sin criterio que desvirtúan la imagen de la ciudad”.

En las calles estrechas se propone planificar “plataformas únicas en las que diferentes pavimentos delimiten el espacio para el peatón y para los vehículos y se elimine o reduzca, según casos, el aparcamiento en superficie”, en todos los casos buscando siempre “el mayor espacio posible para el peatón y garantizando la accesibilidad”.

Los vecinos ponen como ejemplo calles como la Jardinera, que proponen que sean viales de sentido único para poder ampliar así las aceras “para mejorar la calidad del espacio y garantizar un espacio funcional, seguro, accesible y amigable”. Algo que consideran se podría extrapolar a otras partes de la ciudad, ya que entienden que “no es tolerable que los recorridos hasta un equipamiento docente o el ascensor que comunica el barrio con el centro de la ciudad, resulten una carrera de obstáculos, muchas veces insalvables y que ponen en peligro la seguridad del peatón que la mayoría de veces tiene que hacer uso de la calzada”.

Recuerda en este sentido el documento con las aportaciones de la Federación que el acceso por la calle de la Jardinera “cuenta con aceras de dimensiones inaceptables o carece en algunos tramos de ellas”, de la misma manera que la calle Rosario, que va a parar al ascensor “resulta inaccesible para la mayor parte de los ciudadanos del barrio de San Julián”, ya que “no existe permeabilidad y el peatón se ve obligado en la mayoría de casos a buscar itinerarios alternativos”.

Para el movimiento vecinal, el espacio urbano “debe garantizar una conectividad que facilite el acceso de la mayor cantidad de personas de forma segura”. Afirman a este respecto que la accesibilidad universal debe ser considerada como “fundamental” y así debería garantizarla el nuevo PGOU en toda la ciudad.

La Federación reconoce que si se prioriza al peatón se perderán plazas de aparcamiento, pero argumenta que eso no puede ser un obstáculo, motivo por el cual plantea “incentivar, promover y definir espacios para la construcción de edificios de aparcamiento aprovechando áreas residuales y solares vacíos”.

Considera en este sentido la Federación que estos edificios “se pueden integrar en todo tipo de entornos” como se ha visto en otras ciudades, y en las zonas donde escasean espacios verdes puede jugar un doble papel de estacionamiento y de jardín vertical. Plantean incluso la posibilidad de incorporar espacio público en altura.

Incide igualmente la Federación en que para subsanar los problemas de movilidad por la orografía de la ciudad, mecanismos como los dos ascensores que ya existen son una solución, a los que habría que sumar “rampas móviles u otros mecanismos” en sitios como las conexiones de San Julián con el Ensanche, la zona de Cofiero y el Jorgito y la Muela.

Por otra parte, plantea la necesidad de solucionar intersecciones de viales para mejorar la seguridad como en el cruce de la rambla y la carretera de San Julián, o las calles del Carmen y Valparaíso, y por último insta al fomento de la movilidad eléctrica, tanto en autobús como con bicicletas y patines. 

Impulso a la movilidad eléctrica facilitando el acceso y zonas para el estacionamiento

Entre las propuestas que hace la Federación Vecinal para mejorar la movilidad urbana en Teruel se plantea el fomento de la movilidad eléctrica, tanto en autobús como con bicicletas o patinetes, y el establecimiento de puntos de recarga, zonas de aparcamiento para bicis en zonas de afluencia de personas como calles comerciales, zonas educativas y edificios culturales, y puntos de alquiler de bicicletas en áreas estratégicas de la ciudad.

Espacios de esponjamiento, vallados de solares expositivos y mejora paisajística

El documento que ha elaborado la Federación Vecinal en el que plantea su modelo de ciudad incluye numerosas aportaciones a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana con propuestas concretas sobre los modelos de ocupación del suelo, mejora paisajística de los accesos a la ciudad y la recuperación de zonas como el entorno de las Arcillas y la vega del Turia, además de plantear propuestas concretas en materia de comunicaciones con el desvío de mercancías ferroviarias por fuera del casco urbano, o la recuperación de infraestructuras hidráulicas para el disfrute de los vecinos, además de la necesidad de abordar cuestiones como los sectores con un elevado número de viviendas ilegales.

Abogan igualmente los vecinos por una regeneración urbana que haga de la ciudad un espacio sostenible, con la búsqueda de espacios de esponjamiento ante la escasa dotación de zonas verdes. Proponen además una mejora estética de los solares con “vallados-expositivos” que incluyan información visual del patrimonio artístico y cultural de la ciudad.