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Nonito Vicente, el hombre que hizo de la Vaquilla su pasión y escribió la historia de las peñas Nonito Vicente, el hombre que hizo de la Vaquilla su pasión y escribió la historia de las peñas
Nonito Vicente -agachado- con su familia en la Vaquilla, a la que transmitió el amor por las peñas y la fiesta como una expresión de amistad

Nonito Vicente, el hombre que hizo de la Vaquilla su pasión y escribió la historia de las peñas

La capital llora la muerte por Covid de uno de los referentes en el estudio de la fiesta
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Nonito Vicente, uno de los impulsores de las peñas vaquilleras cuya historia dejó escrita en doce libros, falleció el martes en Teruel víctima del covid. Interpeñas expresó su pesar por la pérdida de quien fue una de las personas que trabajó para juntar a las distintas peñas para el engrandecimiento de la Vaquilla, además de haber dedicado buena parte de su vida a documentar la memoria colectiva de estas fiestas a través de sus publicaciones. El concejal de Fiestas, Javier Domingo, destacó el “legado muy importante” que había dejado y expresó las condolencias del Ayuntamiento de Teruel.

Nacido en Teruel en 1942, Nonito Vicente hizo de la Vaquilla su pasión porque entendió que estas fiestas están ligadas a la identidad de los turolenses, y trabajó desde siempre para juntar a todas las asociaciones de peñas vaquilleras para poder impulsar lo que hoy día es Interpeñas y engrandecer más esta celebración.

Además, se convirtió en su cronista, en el historiador que recopiló todo tipo de documentos, testimonios y fotografías para escribir la historia de las peñas vaquilleras de la segunda mitad del siglo XX y que plasmó en doce libros que constituyen una referencia de incalculable valor porque en ellos están inmortalizadas varias generaciones de peñistas a través del abundante material gráfico que fue recopilando con una paciencia encomiable.

En 2013 publicó su último libro sobre las peñas, pero seguía colaborando con todo el mundo que se lo pedía cuando había que hablar de la Vaquilla, incluido DIARIO DE TERUEL, con el que colaboró generosamente y le dedicó mucho tiempo en varios suplementos que pudieron hacerse en buena medida gracias a su ayuda, porque era el referente imprescindible al que había que acudir para conseguir fotografías históricas y otros materiales, ya que en su archivo había de todo en torno a las peñas y las fiestas.

Solo se perdió una Vaquilla en su vida, cuando hizo la mili y no le dieron permiso para poder acudir como lo deseaba. Su presencia estaba garantizada en todos los actos de la fiesta, aunque lo que más disfrutaba era el Lunes de Vaquilla porque lo consideraba el día más íntimo para ver y saludar a los amigos por todos los rincones de la ciudad.

Nonito Vicente había sido ingresado en el Hospital Obispo Polanco de Teruel tras contagiarse de covid y en los últimos días sufrió complicaciones hasta que en la mañana del martes se conoció su fallecimiento a los 78 años de edad.

El cronista de Teruel, Vidal Muñoz, amigo suyo desde la infancia, y que prologó todos sus libros sobre las peñas vaquilleras, recordó no solo su labor con las peñas sino también su faceta de deportista en su juventud, cuando era jugador del CD Teruel y era conocido por su potencia en su posición de interior izquierda.

Generosidad

Muñoz rememoró que siempre se lo encontraba en la calle cuando iba a comprar el diario Marca, y valoró su generosidad y amistad porque se llevaba bien con todo el mundo.

Sobre su labor de historiador de las peñas vaquilleras, el cronista de la ciudad dijo que los libros de Nonito Vicente tienen un “valor histórico fundamental”, porque se trata de una documentación sin la cual es imposible conocer la historia de las peñas desde la posguerra. Unos libros que enriquecía con sus colecciones de escudos, fotos, actas y todo tipo de documentos, además de recortes de prensa, que convierten esta obra en toda una “enciclopedia” de la Vaquilla.

Muñoz recordó que antes de entrar a imprenta, como prologaba sus libros, se los entregaba para que los pudiera ver y hacer aportaciones, pero él nunca las hizo porque los textos eran los adecuados para divulgar esa memoria colectiva de las fiestas forjada a través de las fotos y el recuerdo de varias generaciones. “Están escritos con la palabra del pueblo”, aseguró el cronista, quien valoró que todo ese trabajo quedará ahora ahí para el conocimiento, aunque reconoció que en los últimos volúmenes estaba ya cansado, pero él le animó a concluir su obra.

Como persona, Muñoz dijo que el fallecido había sido “un hombre fiel”, de los que conservaban la amistad y la forjaban por su manera de ser, y lamentó la gran pérdida que ha supuesto su muerte como otra víctima más de la pandemia.

El concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Teruel, Javier Domingo, manifestó que Nonito Vicente “ha dejado un legado muy importante de lo que es la principal fiesta de nuestra ciudad que es la Vaquilla”.

Domingó aseguró que había sido un “vaquillero de pro, de los que ha defendido a capa y espada nuestra fiesta, y del que muchos tendríamos que aprender cómo defender ese legado que es la Vaquilla”.

El concejal comentó que había sido una noticia “muy triste” y que desde el Ayuntamiento querían transmitir “todo el apoyo a la familia y también a todos los vaquilleros que seguro que todos vamos a notar mucho esta pérdida”.

Interpeñas

El presidente de Interpeñas y amigo del fallecido, Carlos Perales, se mostró muy afectado por la pérdida de quien fue una de las personas que impulsó la creación de esta entidad que agrupa a todas las peñas vaquilleras de la ciudad.

Perales aseguró que “nadie se espera que se vaya un amigo y su muerte da una pena muy grande”. Comentó que siempre se había implicado mucho por la fiesta y el crecimiento de la misma a través de las peñas, algo que hizo desde sus inicios “cuando se formó Interpeñas”.

Desde la peña El Puchero, a la que pertenecía desde hacía décadas después de haber sido uno de sus fundadores, su presidente actual, Segundo Pascual, también expresó lo que suponía una “gran pérdida” porque Nonito era una persona “bastante apreciada” por todos y un “gran vaquillero”.

Pascual comentó que cuando fue ingresado días atrás ya vieron con preocupación la situación y al conocer su muerte aseguró que no tenía palabras para expresar lo que sentía. Indicó a preguntas de este periódico que cuando pase la situación de la pandemia ya habrá oportunidad de reunirse la peña y hablar de si se hace algo para recordarlo.

Vaquillero desde niño, afición que le inculcaron sus padres y que él transmitió a su vez a sus hijos y nietos, Nonito Vicente vivía las fiestas a lo largo de todo el año, porque era un trabajador incansable a la hora de recopilar documentos, testimonios y fotografías de todas las peñas a través de los numerosos peñistas que colaboraron con él y le ayudaron a ir completando el archivo gráfico de peñas más completo que existe sin lugar a dudas. 

En las cajas llenas de sobres perfectamente clasificados que conservaba Nonito Vicente como una de sus joyas más preciadas, está fotografiado todo Teruel a través de distintas generaciones. En su labor documental se preocupaba de identificar a cada una de las personas que aparecían en las imágenes, para lo cual anotaba por detrás los nombres de todos ellos. Charlar con él con estas imágenes en sus manos era acceder a auténticos árboles genialógicos de todas las familias turolenses a través de sus fotos vaquilleras.

Fue jugador de fútbol del CD Teruel y trabajó en la banca, en el Banco Aragón, después Banco Central, y allí se jubiló, aunque no dejó de trabajar porque entonces se dedicó en cuerpo y alma a lo que era su pasión, la Vaquilla, documentando y escribiendo libros.

La afición le venía desde niño, cuando iba recopilando ya todas aquellas cosas que tuvieran que ver con la Vaquilla. No tardó en fundar sus propias peñas con grupos de amigos, primero Los Chachos y después El Despadre, cuando ya tenía hijos y asumió que la fiesta había que empezar a vivirla de otra manera sin dejar de hacerlo con la intensidad de siempre pero conciliándolo con la familia. Si Los Chachos es un referente de peña con denominación de origen, El Despadre lo es de una peña familiar.

Generosidad

En su afán porque la fiesta fuese cada vez más grande a través de sus protagonistas, los peñistas, fue uno de los impulsores de la creación de Interpeñas para fortalecer el movimiento peñista y con ello dar más impulso a la celebración de la Vaquilla. Su buen trato con todo el mundo y su generosidad le permitió hacerse con una colección de documentos y materiales sobre la Vaquilla que nadie más ha conseguido reunir, y eso hizo que en 1991 fuese el responsable de la exposición que hizo Interpeñas sobre la fiesta.

Al año siguiente fue nombrado Peñista del Año 1992, que es como entonces se llamaba aunque después pasó a denominarse Vaquillero del Año, pero él siempre prefería la denominación originaria.

En su afán por compartir su colección, en 1993 presentó su primer libro, escrito conjuntamente con Manuel Marzo, sobre Los Trece, la primera peña vaquillera de la posguerra. También escribió el libro Los Marinos: 50 años de historia y su aportación a la Vaquilla 1951-2001, pero su obra magna fueron los doce volúmenes publicados de los 50 años de historia de las peñas vaquilleras turolenses: 1942-1992, en los que con paciencia y tesón fue desgranando la historia de las peñas vaquilleras entre esas dos fechas, y cuya colección terminó de publicarse en el año 2013. Para culminar esta obra se implicaron también, además de la editorial Aragón Vivo, el Ayuntamiento de Teruel e Interpeñas. 

Colaboró también con otras publicaciones como el libro Comarca Comunidad de Teruel, coordinado por Toni Losantos, o en los suplementos de Vaquilla de DIARIO DE TERUEL, a los que además de su conocimiento aportó rigor y sus fondos documentales fotográficos, que almacenaba perfectamente clasificados en el trastero de su casa como si fuese un archivo histórico en toda regla.

 A Nonito Vicente se lo ha llevado el covid pero permanecerá siempre en el recuerdo de todos porque a ellos y a su querida Vaquilla dedicó buena parte de su vida, y el legado que deja son años de estudio puestos al servicio del conocimiento de los turolenses y de sus antepasados que construyeron la fiesta tal como la conocemos hoy.