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Carolina López nació en Teruel pero vive en Barcelona

"Para diferenciar literatura erótica de pornografía basta aplicar el sentido común"

Carolina López es autora de Palabras en las nubes
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Carolina López nació en Teruel aunque está afincada en la provincia de Barcelona. Aunque su día a día laboral en una gestoría tiene poco que ver con la literatura, escribe por pura pulsión natural y como terapia para entender e interpretar cuanto ocurre a su alrededor. Recientemente acaba de publicar su ópera prima, Palabras en las nubes, una serie de relatos cortos que ha presentado en Teruel.
- Descríbame ‘Palabras en las nubes’?
- Es un título que define bien el contenido del libro. Realmente son textos y palabras que han surgido en momentos extraños, como si hubieran estado por ahí suspendidos siempre esperando a que los cogiera. Son unos 16 relatos cortos, algunos más o menos largos pero en general muy fáciles de leer, en su mayoría eróticos, o más bien sensuales. Excepto un par de historias, todo es muy sutil, muy sugerido...
- ¿Entonces la etiqueta ‘literatura erótica’ no lo engloba del todo?
- No del todo. Muchos relatos son eróticos, pero también hablo del amor, de emociones, de los recuerdos que lamentablemente te quita el tiempo o de las raíces, ya que también hay un relato ambientado en Royuela, el pueblo de mis padres. Es un libro muy emocional, no exactamente autobiográfico pero en el que hay muchas cosas mías. 
- ¿Lo ha presentado ya en Barcelona?
- Pues no, ya que es mi primer libro y para mí era muy especial. Lo he impreso en Terueligráfica y me hacía mucha ilusión que la primera presentación, que el primer momento en el que vea a alguien sujetando un libro mío fuera en Teruel, porque representa mis raíces y es una tierra que adoro. 
- ¿Por qué ha elegido el género del relato corto para estrenarse?
- Soy muy impulsiva en la escritura, y rara vez me siento a escribir. Más bien voy atrapando ideas, sensaciones o recuerdos que me surgen, los apunto donde puedo y cuando tengo un minuto los ordeno, a veces tal cual me han venido a la cabeza, a veces ficcionando un poco. Pero en cualquier caso son pequeñas ideas cada una de las cuales suele precipitar una historia corta, sin conexión necesaria entre ellas. Y de algún modo me venía bien escribirlas con pinceladas sensuales y eróticas, como una especie de terapia. De hecho estoy escribiendo una novela larga, de la que tengo unas 300 páginas, pero por circunstancias de la vida me quedé bloqueada con ella. Y como he llegado a tener un buen número de estas historias cortas que me satisfacían, y me decidí a reunirlas en un volumen. 
- La literatura erótica, o más bien todo lo erótico, siempre causa cierto revuelo. ¿Separa conceptualmente erotismo de pornografía?
- En realidad mis textos los podría leer cualquier adulto sin escandalizarse... Es verdad que a veces la línea entre sensualidad y pornografía es muy delgada, pero yo creo que se trata de ser honesto y, sencillamente, utilizar el sentido común. 
- Obras como ‘50 sombras de Grey’ han generado pasiones y odios a partes iguales...
- Esos temas nunca son del gusto de todos, y esa saga fue polémica porque rozaba el machismo extremo. Yo leí esos libros y, aunque hubo momentos en el pude sentirme ofendida como mujer por ciertas actitudes narcisistas, hubo otros que me atrajeron. Lo mejor que tiene es que ha abierto un mundo bastante desconocido, porque que esté oculto no significa que no exista, sino que es tabú. Y la literatura, igual que el sexo, debe ser libre y al margen de tabús. 
- ¿Escribe para mujeres, para hombres, o no escribe para ningún género en particular?
- No creo que una forma de escribir o un género determinados estén dirigidos a hombres o a mujeres. Las emociones, el sexo y el erotismo pueden explicarse de mil maneras, pero son lo mismo para un hombre que para una mujer. 
- ¿Qué le aporta personalmente ver publicada su primera obra?
- Para mí poder dedicarme a la literatura es uno de mis sueños, pero ahora estoy a punto de cumplir otro, que es ver a un lector sosteniendo en sus manos un libro escrito por mí. Creo que es algo que me completa. Cuando yo he leído un libro que ha conseguido remover algo dentro de mí siento que es pura magia, y pensar en la posibilidad de hacer yo esa magia me parece un auténtico lujo. Yo empecé escribiendo en un blog, y aunque no tuve muchísimos lectores, sí que había gente de México o Estados Unidos que entraban regularmente a leerme. Ese instante en el que personas del otro lado del mundo empleaban parte de su tiempo para leer lo que yo había escrito me parecía algo enorme.