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Piden hasta ocho años de prisión por una agresión con una oreja cortada de un mordisco en Rubielos de Mora Piden hasta ocho años de prisión por una agresión con una oreja cortada de un mordisco en Rubielos de Mora
El acusado, este martes en la Audiencia Provincial de Teruel, durante el juicio que quedó visto para sentencia

Piden hasta ocho años de prisión por una agresión con una oreja cortada de un mordisco en Rubielos de Mora

La acusación ve tentativa de asesinato al intentar aplicar la llave conocida como "mataleón"
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Un vecino de Rubielos de Mora juzgado este martes en la Audiencia Provincial de Teruel se enfrenta a una petición de pena de entre 2 y 8 años de prisión tras haber agredido a otro en esta localidad y haberle cortado parte de una oreja de un mordisco. Mientras la Fiscalía y la defensa tipificaron los hechos como un presunto delito de lesiones, el abogado de la víctima pidió que el acusado fuese condenado por un supuesto delito de asesinato alevoso en grado de tentativa, ya que según esta parte el agresor le aplicó una llave mataleón para intentar asfixiarlo y matarlo. El caso quedó visto para sentencia tras una sesión que se prolongó durante cuatro horas, por la gran cantidad de testigos que fueron citados, en la que el acusado pidió perdón y dijo estar arrepentido, mientras que la víctima expresó sus miedos de que quiera ir a matarlo de nuevo.

El acusado, P. C. A., llegó a estar en prisión provisional durante varios meses por estos hechos, ocurridos a finales de 2020. Luego salió en libertad a la espera de juicio, aunque con una orden de alejamiento e incomunicación con respecto a la víctima, que aseguró que se siente provocado por el agresor y que teme por su vida. Declaró en el juicio que desde que el agresor salió de la cárcel merodea por el pueblo, y se mostró convencido de que al final “va a venir a matarme”.

Ambos pertenecen a familias muy conocidas de Rubielos de Mora y lo ocurrido tuvo mucha trascendencia en la localidad puesto que pasó en el aparcamiento de un establecimiento hostelero muy frecuentado. Las versiones que dieron fueron discrepantes sobre cómo aconteció todo, ya que era de noche y el estacionamiento estaba a oscuras. No obstante, los informes de los médicos forenses no dejaron lugar a dudas de que el acusado fue el que agredió, puesto que algunas lesiones como las que presentaba en las manos no eran de recibir golpes sino de dar puñetazos.

Ganas de acabar

Los dos expresaron sus ganas de acabar con la situación que están viviendo desde entonces, en el caso de la víctima porque lo vive como una pesadilla que se repite e indicó que sufre ataques de ansiedad y de pánico, mientras que el agresor dijo que no podía hacer una vida normal al tener una orden de alejamiento. Al final del juicio, en su turno de la última palabra, manifestó que quería “terminar ya con esto” y que pagaría lo que tuviese que pagar.

Los hechos juzgados ocurrieron la noche del 30 de octubre de 2020 en un establecimiento hostelero de Rubielos de Mora al que la víctima había acudido a por unas pizzas, y el acusado se encontraba allí con su familia. Cuando la víctima salió al aparcamiento, vio cómo otro vehículo, a cuyo volante se encontraba el acusado, golpeaba su coche al hacer una maniobra. Según la víctima fue intencionado, mientras que el acusado dijo que no. En ese momento a la víctima le acompañaba un amigo que los dejó solos para que arreglaran entre ellos el parte de incidentes para los seguros.

A los cinco o diez minutos, cuando el amigo se encontraba dentro del local con más personas, entró ensangrentada la víctima pidiendo auxilio, y detrás le seguía el acusado amenazándole de muerte, tal como ratificaron varios de los allí presentes en la vista oral celebrada este martes.

Aparcamiento

Lo que ocurrió en el aparcamiento exterior, que estaba a oscuras, nadie lo vio, y las versiones de los dos implicados fueron distintas. El acusado dijo que le pidió perdón “veinte mil veces”, pero que se calentaron y todo estalló cuando la víctima lanzó un insulto contra su madre. Ahí se liaron y acabaron rodando por los suelos.

El acusado, según la acusación particular, intentó estrangular a la víctima aplicando una llave denominada mataleón, que se practica en artes marciales y que consiste en agarrar a alguien por el cuello por la espalda y apretar hasta dejarlo sin oxígeno e inconsciente. Además, le arrancó parte de la oreja izquierda de un mordisco, aunque el autor dijo que no fue consciente de que lo había hecho ni de haberlo estrangulado.

La víctima, que declaró muy atemorizada en el juicio, dijo que antes de aquello se sentía amenazado porque el acusado le miraba “asesinamente” cuando se encontraba con él, e incluso le había dicho que iba a matarlo, después de que hubiese corrido el rumor por el pueblo de que se había enrollado con su esposa.

Amenaza de muerte

En su declaración, la víctima dijo que cuando fue a por la documentación del coche para hacer el parte, el otro le cogió por el cuello por detrás y le dijo: “Te voy a matar, por mis hijos de esta no sales”. Aseguró que acabaron en el suelo y que su agresor “empezó a apretar como un auténtico animal” y sintió que se moría por la falta de oxígeno hasta que perdió el conocimiento.

Al recuperar la consciencia huyó hacia el local para entrar y pedir ayuda, tal como ratificaron ayer otros testigos que se encontraban allí y que declararon en la vista. Los mismos corroboraron además que el agresor entró detrás de él amenazándole y gritándole que lo iba a matar.

Los peritos forenses constataron en su informe la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima, por lo que tuvo que ser trasladada al Hospital Obispo Polanco para ser atendido. Precisaron que las lesiones no conllevaron riesgo vital y que por la intensidad de las mismas todo apunta a que no pudo defenderse.

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