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Piden tres años de cárcel por apuntar con una pistola simulada a dos sanitarias Piden tres años de cárcel por apuntar con una pistola simulada a dos sanitarias
En primer plano los dos acusados a su llegada ayer al Juzgado de lo Penal

Piden tres años de cárcel por apuntar con una pistola simulada a dos sanitarias

La defensa pide la absolución porque considera que la acción no es un delito
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Las acusaciones pidieron este martes tres años de prisión para el hombre que apuntó con la réplica de una pistola a una médica y una enfermera cuando le estaban atendiendo en su domicilio de Burbáguena, el 2 de mayo de 2020, en el juicio que se celebró el martes en el Juzgado de lo Penal de Teruel y que quedó visto para sentencia. La defensa solicitó su absolución por considerar que lo ocurrido no tiene la gravedad suficiente como para ser objeto de delito. Por su parte, el fiscal pidió cuatro meses de prisión.

El abogado del sindicato CSIF que representa a la enfermera agredida, Juanjo Carrascón, explicó que solicitó para el acusado dos años de prisión por un delito de atentado y uno más por lesiones psicológicas y para su hermana que también increpó a las sanitarias, un año por delito de resistencia.

Asimismo, Carrascón pide una indemnización a su clienta en concepto de responsabilidad civil de 16.340 euros y en el caso de la médico, su abogado solicita   al hombre 15.260 euros (10.260 euros por las lesiones y 5.000 por daños morales) y a su hermana, 3.000 euros por daños morales.

El abogado de la enfermera resaltó que “lo mejor” del juicio  es que las dos sanitarias (que declararon tras un biombo para no verse las caras con sus agresores) “han puesto punto y a parte a este problema de cara a su futuro”.

Denuncias

“Creo que estas cosas hay que denunciarlas porque es la gente que nos está cuidando y si los tratamos mal, sinceramente esto se quedaría siempre en el armario”, argumentó Carrascón.

Por su parte, el abogado defensor, Javier Oses, insistió en que el objeto que su cliente exhibió ante las sanitarias “era una pistola de juguete” y calificó de “desproporcionado” y “exagerado” las lesiones psíquicas de las víctimas y señaló que podría haber habido “otros intereses espúreos”, en referencia a la posibilidad de lograr un traslado a otro puesto de trabajo.

Por otro lado, la defensa argumentó que el acusado, en el momento de los hechos estaba con muchísimo dolor porque le habían cortado varios dedos de los pies. “Fue un tema más de arrebato que de querer infravalorar a estas personas”, planteó.

En cualquier caso, para Oses “el hecho en sí, aunque ha podido ser una afrenta para los médicos, entiendo que no tiene la gravedad suficiente como para ser objeto de delito”.

El abogado del CSIF mostró su malestar por las insinuaciones de la defensa de que se ha producido una denuncia exagerada para conseguir una plaza. “Es mentira”, enfatizó y explicó que en el juicio se había acreditado que su clienta ha perdido por el cambio 9.500 euros. Además, señaló que llevaba siete años en su puesto en el centro de salud de Báguena y podría haber optado a Zaragoza y no quiso.