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Rafael Mateo Alcalá, consejero delegado de Acciona Energía: “La transición a las renovables tiene un efecto multiplicador en la creación de empleo” Rafael Mateo Alcalá, consejero delegado de Acciona Energía: “La transición a las renovables tiene un efecto multiplicador en la creación de empleo”
El consejero delegado de Acciona Energía, Rafael Mateo Alcalá. Antonio García

Rafael Mateo Alcalá, consejero delegado de Acciona Energía: “La transición a las renovables tiene un efecto multiplicador en la creación de empleo”

El consejero delegado de Acciona Energía sostiene que los parques no deben instalarse donde hay oposición
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El consejero delegado de Acciona Energía, Rafael Mateo Alcalá, considera que la transición hacia una economía descarbonizada es imparable, pero que hay que hacerla de forma rápida. Afirma que la destrucción de empleo en las industrias extractivas se verá ampliamente compensada por la creación de puestos de trabajo ligados a la generación renovable.

En este sentido, cree que los parques eólicos y fotovoltaicos que van a instalarse en la provincia de Teruel pueden absorber todo el empleo que aportaba la central térmica de Andorra. Fueron precisamente en esas instalaciones de Endesa donde este ingeniero industrial nacido en Alcañiz comenzó su carrera profesional.

Recientemente, Mateo asistió a la inauguración de la nueva sede del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja en Teruel, del que forma parte desde que terminó la carrera y del que recibirá el Diploma de Honor 2021 el 14 de diciembre.

-¿Qué relación mantiene con Alcañiz?

-Voy, no con mucha frecuencia, pero voy a tocar el tambor, por supuesto. Hace poco estuve en las carreras de Motorland y en 2019 hice el pregón de las fiestas. Tengo buenos amigos y voy cada vez que puedo, que no es mucho. En Semana Santa, siempre.

-Comenzó su andadura laboral como ingeniero industrial en la central térmica de Andorra, ¿cómo fueron esos inicios?

-Pues era muy distinto todo porque cuando empecé a trabajar en la central térmica de Andorra era 1982, después de haber estado de becario durante un verano en 1979. Fue una época muy interesante. Yo tenía 22 años y era el momento de aprender. Era la industria más novedosa de la región; técnicamente era fantástica porque era todo nuevo. Los primeros ordenadores que hubo en la provincia eran los de control de la central y era fascinante. Pero como todo, este tipo de industrias extractivas tiene su ciclo y llega a su fin.

-Comenzó como becario, pero llegó a ostentar la dirección de la planta...

-Fui director de la central con 35 años. Estaba feliz en aquel puesto, pero año y medio después me trasladaron a Madrid como director de producción, esto es, como responsable de todas las centrales térmicas de España. Estuve un par de años y después Endesa compró todo el negocio de América Latina basado en Chile. Estuve viviendo allí once años, los primeros cinco fui director de producción y los siguientes director de producción de todo el negocio de generación de Endesa en Latinoamérica con cabecera también en Chile.

-¿Cree que los jóvenes lo tienen más difícil ahora para forjar su carrera?

-Creo que los jóvenes están infinitamente mejor preparados de lo que lo estábamos nosotros. Tengo hijos empezando a trabajar y otros en la universidad y saben más cosas. Hablan idiomas que nosotros hemos aprendido como hemos podido; son claramente digitales, cosa que nosotros hemos aprendido también como hemos podido. Pero como consecuencia de que todo es más global y más comunicado, tienen más competencia y, por lo tanto, creo que va a ser más difícil probablemente para ellos porque va a requerir que estén más preparados. Hace 40 años, acabábamos la carrera de ingenieros y todos nos colocábamos como tales, pero entonces había uno en cada empresa y ahora hay varios, y se requiere una mayor competencia y estar más preparado.

-¿Qué importancia tiene la colegiación?

-Me colegié nada más empezar la carrera porque quienes no lo hacían no podían ejercer como tales visando proyectos. En los años ochenta, en una España en desarrollo, la mayor actividad de los ingenieros era sellar proyectos con su número de colegiado. El Colegio tiene una tarea muy importante, que es mantener la unidad de la profesión. Tenemos una profesión muy interesante, muy activa y muy responsable porque todo en esta vida acaba siendo ingeniería, tecnología y procesos. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad social de hacer las cosas bien para nuestra sociedad y para las siguientes. El Colegio, en ese sentido, es un catalizador de toda la función de la ingeniería y asocia a todos aquellos que se dedican a lo mismo. Puede parecer un poco clasista o elitista, como los colegios de dentistas o abogados, pero al final hay un nexo común que une más que separa.

-El próximo 14 de diciembre recibirá la máxima distinción del Colegio, el Diploma de Honor 2021. ¿Qué supone para usted?

-Un gran honor porque además he visto que se da uno al año, que hay años en que queda desierto y que se da a personas, instituciones o empresas, pero que hay menos personas que lo han obtenido. Es un premio que suele darse a muchas personas al final de su trayectoria. Mis hijos me decían: “¡Papá, eso pasa porque estás mayor!”. Quiero pensar que no y espero tener todavía mucha actividad por delante, así lo deseo.

Es un reconocimiento a una trayectoria que solo ha sido de trabajo: no he inventado la penicilina ni la máquina de vapor. Empecé a trabajar a los 22 años y también he tenido suerte en los sitios donde he estado, pero también he puesto mucho esfuerzo y es en lo que más hincapié hago con todos los que me rodean en los sitios en los que trabajo. Las cosas no vienen gratis, nada nos cae del cielo, hay que ganárselo y eso supone estar dedicado todos los días, todas las horas.

-El de ingeniero industrial continúa siendo un perfil profesional muy demandado...

-Es probablemente la profesión más versátil en este momento porque nos enseña a superar obstáculos, a ser muy flexibles y a adaptarnos y diseñar colegiadamente las evoluciones tecnológicas. No es una carrera de nicho, sino de un espectro de ocupación amplísimo y además muy demandado porque creo que quien ha superado la carrera de ingeniero ha demostrado capacidad de esfuerzo, de superación, de improvisación y de adaptación. Es un perfil muy demandado en el mundo laboral.

-También hay muchos ingenieros en puestos directivos...

-A los puestos directivos se llega por el paso del tiempo. En mi caso, empecé de becario y luego llegué por el paso del tiempo a director de una fábrica, a director de producción y a director general. Pero que nadie piense que va a salir de la universidad y va a ser directivo. Son necesarios esfuerzo, suerte y disposición para cambiar de posición e incluso de país, que también es un esfuerzo adicional para llegar a un buen puesto.

La transición justa

-¿Ha seguido el proceso de cierre de la central térmica de Andorra?

-Lo he seguido más por la prensa. La central operó desde 1979 hasta el año pasado, es decir, 40 años cuando originalmente estaba diseñada para 25 o 30. Todas las instalaciones son susceptibles de llegar a tener obsolescencia técnica, económica o ambiental y siempre acaban por una de esas tres. La central de Andorra, tecnológicamente no la tenía, pero económica y ambientalmente se veía venir. No ha sucedido nada más que lo que estaba previsto.

-Y estando previsto su cierre, como dice, ¿entiende que no se haya firmado todavía el convenio de Transición Justa?

-Transición justa son dos palabras. Yo creo que la transición es imprescindible, es una mudanza y hay que irse de un sitio a otro. Pero hay que hacerla rápida, no se puede quedar nadie parado en medio porque si no ocurren cosas como las que están pasando con el sistema eléctrico. Y justa es un término acuñado porque hay personas que van a perder, pero son más las que van a ganar.

La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), con sede en Abu Dabi, ha calculado que por cada puesto de trabajo que se destruye en la economía fósil, la descarbonización genera cuatro o cinco. Las industrias extractivas del carbón o del petróleo dejarán paso a puestos en otros sectores o geografías, porque el carbón y el viento no siempre están en el mismo sitio. Pero el efecto de la transición bien gestionada es multiplicador. Habrá más puestos nuevos que los que se destruyen. La transición justa quiere decir que hay que dar oportunidades a todos, pero eso requiere esfuerzos, movilidad y salir a buscar nuevas oportunidades.

-Los proyectos de renovables previstos en la provincia de Teruel, ¿podrán absorber el empleo destruido por el cierre de la central de Andorra?

-La mayor fortaleza de las renovables es que son nuestras, porque la central térmica de Andorra generaba mucho empleo pero donde más en las minas de Sudáfrica. En cambio, los parques eólicos donde más empleo generan es donde se instalan. Sin duda, la construcción y operación, la fabricación y el  mantenimiento deberían absorberlo. Pero hay que ser valientes, hacer la mudanza y empezar otra vez.

-¿Entiende la oposición hacia las renovables por su impacto ambiental?

-Soy consciente de la oposición. He visto muchos anuncios de “renovables sí, pero no así”. Hay que hacerlo bien. Cuando una compañía llega al territorio lo hace pensando en que se va a quedar los próximos 50 años. Todo depende de la aproximación que tenga, que debe ser civilizada, responsable y de buen vecino  De esta forma, no debería haber oposición inadecuada. Ha habido muchas aproximaciones a los territorios que no han sido tan serias, han sido simplemente desarrolladores que han ido a comprar para luego revender papeles a otros. Y donde no es bien acogida, no tiene que ir porque al final eso no funcionará.

Entiendo que a veces entre pocos hacen mucho ruido, pero entiendo también que no ha habido una aproximación adecuada. También hubo ruido en Andorra hace 40 años porque se hablaba de la instalación de una nuclear en Escatrón y sin embargo ahora el territorio clama por la continuidad de la térmica porque ha visto que el comportamiento ha sido responsable. La contribución de un parque eólico al tejido local territorio en forma de rentas a los propietarios de los terrenos y de impuestos locales es de 5 euros por megavatios hora. Es una contribución nada desdeñable a la economía local, pero hay que explicarlo bien.

-¿Cree necesario mantener una reserva estratégica de carbón o el mix de generación español está lo suficientemente diversificado?

-El carbón es parte de la historia y el petróleo también lo será. Eso sería como empeñarnos en viajar en trenes de vapor cuando todos vamos en AVE. Sería negar la necesaria evolución tecnológica. La edad de piedra se acabó, no porque faltara piedra, sino porque alguien ideó el bronce. Es cierto que vivimos un momento convulso de suministro de gas, del cual somos responsables por no haber hecho una transición energética acelerada. Dependemos de un gas que no tenemos y no de un sol o un viento que sí tenemos. Hemos perdido el tiempo, nos hemos dormido en la mudanza. Pero plantear una reserva estratégica de carbón es como si quisiéramos mantener nuestra vieja casa...

-¿Hemos perdido más tiempo que en otros países?

-La transición va bien en todos los países. Por fin en el mundo, los ciudadanos, los políticos, los reguladores y los financistas se han dado cuenta de que no hay otra solución y que la descarbonización no se trata solo de un tema ecológico para evitar el calentamiento climático y no sacrificar el planeta, si no de una nueva economía que conlleva generación de empleo, riqueza y PIB. No hay que predicar más porque el que no está converso es que no entiende nada. España tiene una Ley de cambio climático y transición energética y un Plan Integrado de Energía y Clima bien diseñados y ambiciosos, y hay que esperar que se vayan cumpliendo, aunque es verdad que este es un momento de ruido transitorio por los altos precios del gas.

-¿Qué proyectos tiene en marcha Acciona Energía en la provincia de Teruel?

-Tenemos adjudicados 100 megavatios. De momento, tenemos en 14 meses terminaremos la construcción del parque eólico de 18 MV Los Pedregales, en Loscos, con turbinas de 5 MV, las más grandes en términos de potencia unitaria. Y tenemos en tramitación los de los Caballos y Hocino, pero nos gustaría tener más. De hecho, vamos a participar en el concurso público para la adjudicación, mediante régimen de concurrencia competitiva, de 1,3 GW de capacidad de acceso de evacuación a la red de transporte en el Nudo Mudéjar 400 kV afectado por el cierre de la central térmica de Andorra.

-Acciona Energía se estrenó en bolsa el julio...

-Ha sido una experiencia interesante y un éxito. Aprovechamos el momento en que la compañía estaba preparada y ordenada, con equipos excelentes y solventes, y lo suficientemente diversificada geográfica y tecnológicamente. La demanda de los inversores comprometidos a largo plazo, no especulativos, nos permite seguir creciendo con el objetivo de doblar el tamaño de la compañía en 2025.