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Rosa López Juderías, primera directora de la Fundación Amantes: “El patrimonio tiene que estar al servicio del turismo, pero también de los turolenses” Rosa López Juderías, primera directora de la Fundación Amantes: “El patrimonio tiene que estar al servicio del turismo, pero también de los turolenses”
Rosa López Juderías, junto al texto de la leyenda de los Amantes, en la Fundación

Rosa López Juderías, primera directora de la Fundación Amantes: “El patrimonio tiene que estar al servicio del turismo, pero también de los turolenses”

Se prejubila después de 17 años al frente
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Después de 17 años en el cargo, Rosa López Juderías acaba de pasar el relevo a una nueva directora gerente en la Fundación Amantes, cuyo patronato está formado por la Diócesis de Teruel, la Diputación de Teruel, el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento e Ibercaja. Ha sido la primera gerente de esta institución que a principios del siglo XXI dio un paso al frente para dignificar el espacio expositivo de los Amantes de Teruel y el entorno, con la iglesia de San Pedro, su torre, su ándito, los jardines y el claustro. Un conjunto que ahora se encuentra cerrado al público esperando que se suavicen las restricciones derivadas del coronavirus. Cuando vuelva a abrir sus puertas ella ya no estará pero su equipo continuará la línea de trabajo marcada hasta ahora.

-Deja la Fundación Amantes en un momento marcado por la actual situación de pandemia. ¿Cómo ha sido ese paso?

-Es una prejubilación. La fórmula concreta es un despido con indemnización y se justifica por la pandemia. El año 2020 ha sido de mucho menos trabajo debido a la situación y además estamos con muy pocos recursos. Yo llevaba en la cabeza dejar que el liderazgo lo ejerciera gente más joven y con la pandemia hemos encontrado el modo de convencer a los patronos. Ha costado pero creía que este era el momento. No solo me voy yo, también se va otra trabajadora con la edad de jubilarse. Con la marcha de las dos personas que más edad teníamos se ha podido regular la situación del personal de la casa.

-El equipo de la Fundación Amantes está formado por 15 personas, muchas de ellas están desde los inicios de la Fundación.

-Te diría que un 80 por ciento. Hay cuatro personas nuevas. Yo me incorporé en noviembre de 2003, cuando solo había una capilla donde se mostraban los Amantes. En ese momento se ponía la primera piedra del nuevo edificio y a mí me encomendaron que durante un año tuviéramos cerrado el Mausoleo y que hiciera un proyecto de gestión. Entonces, propuse que no se cerrarán los Amantes excepto durante un pequeño tiempo. Pasamos las esculturas a la iglesia de San Pedro durante un tiempo y se pudieron visitar allí. Paralelamente, salió el taller de empleo, con el que pretendíamos diseñar el modelo de gestión pero sobre la práctica.

-Esa permanencia de la mayoría del personal que pasó por él ¿es un ejemplo de éxito de este tipo de iniciativas?

-Claro. Se pidió gente para unas plazas que se iban a crear posteriormente. La directora de aquel taller fue Patricia García, que luego paso a ser la subdirectora de la Fundación y ahora será la directora gerente. También se quedó parte del equipo docente y del alumnado. El objetivo era trabajar el contenido porque teníamos el continente, que era el edificio, pero no lo que íbamos a contar. Durante ese año trabajamos la musealización del edificio y a la vez empezamos a gestionar la iglesia de San Pedro, donde se habían trasladado los Amantes. Eso nos sirvió para conocer el tipo de público que íbamos a tener y ver cómo se podría gestionar este recurso.

-Además había que romper la imagen que se tenía de los Amantes. ¿Cómo se planteó?

-En ese momento los turolenses no nos sentíamos orgullosos de cómo mostrábamos la historia de los Amantes. Había que romper esa imagen. Se hizo con el edificio que diseñó Alejandro Cañada y luego con los contenidos también se contribuyó a hacerlo. El mural de Jorge Gay fue lo que elegimos como emblema de esa renovación y esa innovación. 

-Posteriormente se fueron haciendo los diferentes edificios hasta llegar a lo que hoy se puede visitar. ¿Cómo fueron esos inicios?

-En 2008 se inauguró el claustro y en 2015 el Jardín. La iglesia se había abierto en 2004. La gente se incorporó en junio de ese año al taller de empleo y en agosto teníamos abierto ese espacio. En ese momento, propuse trasladar a los Amantes a la iglesia para que se pudieran visitar allí y se plantearon dudas pero con la ayuda de Acrótera y con la propia empresa que estaba construyendo el edificio hicieron un proyecto para moverlos. Yo no dormía esos días pensando que se podían romper, pero no podíamos perder un año en el que no se pudieran visitar. 

-En aquel momento también se hizo la prueba del carbono 14 a los restos de los Amantes. ¿Qué supuso aquella decisión?

-Una de las cosas que tenía claras es que había que dar muestras de la veracidad de la historia de los Amantes. En aquellos primeros patronatos se hablaba de mover los Amantes, de la prueba del carbono 14 y era todo un poco revolucionario. En aquel momento estaba Lucía Gómez como alcaldesa y creo que fue muy valiente con el apoyo de Jaime Vicente, entonces director general de Patrimonio, una autoridad que avaló la prueba del carbono 14 y autorizó que se movieran las esculturas y eso dio el empuje a que se decidieran el resto de patronos. La valentía de una y la autoridad de otro fueron importantes para sacarlo adelante. Aquellos patronatos eran difíciles, a mí no me conocía nadie, acababa de llegar. Fueron apasionantes porque veíamos que se daban pasos para que aquella capilla triste y oscura no siguiera mostrando a los Amantes.

-¿Qué supuso también en aquellos inicios la campaña de los Amigos de los Amantes?

-Fue sorprendente. Igual que nosotros estábamos ilusionados en aquel proyecto innovador de renovación del Mausoleo nos parecía importante que la sociedad turolense se ilusionase con nosotros y empujase también con nosotros. Sacamos esta red de amigos y también el programa El 19 a las 19, en noviembre de 2005, cuando llevábamos un año de apertura. Opinábamos y seguimos opinando que el patrimonio tiene que estar al servicio del turismo pero también al servicio de los turolenses. Darle una actividad cultural a este continente es importante y fue sorprendente la respuesta. Cuando sacamos la campaña de Amigos de los Amantes alrededor de 400 personas se subieron al carro en apenas de un mes y sigue aumentando hasta la fecha de hoy que tiene 1.800.

-Cuando vuelva a abrirse el Conjunto Amantes tras la pandemia ¿habrá que hacer de nuevo un llamamiento a los Amigos de los Amantes para que lo apoyen?

-Cuando se vuelvan a hacer actividades culturales habrá que pedir apoyo a ellas, también necesario desde el punto de vista económico. Ahora mismo estamos en un momento en el que no hay ingresos. Los que hay en este momento son los que hacen los patronos, que este año 2020 han hecho un esfuerzo muy importante para salvar la situación. En el momento en el que se puedan abrir las puertas se podrá equilibrar. Ahora es un paréntesis pero va a costar que todo vuelva a la normalidad.

-¿Cree que la actual situación podría frenar las inversiones que están previstas en el Conjunto Amantes?

-Creo que no. Todas las inversiones son ajenas al funcionamiento de la Fundación, vienen por parte de los patronos. Cuando ellos consideren que es un proyecto singular para apoyarlo se hará. En el momento en el que vuelvan a abrir las puertas la Fundación volverá a autogestionarse. Eso es lo que planteé al principio de mi gestión y se ha demostrado que puede ser cierto. Ahora se han recordado los gastos, todos los trabajadores estamos en ERTE al 100% el personal de sala y al 50% los de administración. Con los dos despidos que se hacen ahora se van a ahorrar más costes.

-Durante este tiempo se han dado cuenta que es necesario llevar los Amantes al mundo digital. ¿Cómo lo van a hacer?

-Para nosotros teletrabajar no ha sido ningún problema y en cuanto a la musealización, la forma de difundir y explicar lo que tenemos aquí, está claro que la técnica avanza mucho y que hay que renovarse. Teníamos un sistema que era innovador pero esa tecnología se ha quedado obsoleta y ahora con las tecnologías actuales lo vamos a actualizar. Vivimos en la era de la tecnología y eso no lo podemos olvidar por mucho que estemos hablando de patrimonio histórico.

-Durante todo el tiempo que ha estado usted al frente de la Fundación se ha ido actuando en el patrimonio pero quedaría pendiente los edificios que mejorarán los servicios a la ciudadanía y también los espacios para el propio personal. ¿Qué supondrán esos proyectos?

-Hay una carencia de espacios para los trabajadores y con la futura ampliación del solar de la calle Matías Abad se podrá meter también más contenidos sobre los Amantes, pero sobre todo hace falta apoyar toda la actividad cultural que se hace en el Jardín con el edificio previsto en la calle Bartolomé Esteban.

-Estos días se ven andamios para consolidar ese inmueble en espera de un ambicioso proyecto para este edificio. ¿Cómo va el proyecto en estos momentos?

-El proyecto básico está en Urbanismo y cuando se reciba el visto bueno de Patrimonio se redactará el proyecto de ejecución para tenerlo listo para cuando haya financiación.

-Usted se va y ¿lo hace con alguna espinita clavada por dejar algún asunto pendiente?

-No, porque yo siempre digo que este no ha sido mi proyecto y por eso no me da pena irme. Este ha sido un proyecto de mucha gente, de muchas voluntades. Me encantaría ver el edificio de Bartolomé Esteban, pero me gustaría hacerlo como turolense y como usuaria, no tengo por qué liderar eso. En esta Fundación tenemos una estructura horizontal. Cada uno tiene su cometido y no me da pena no estar gerenciando cuando se haga algo nuevo. Creo que las cosas han ido a un ritmo importante. No pensaba que el día de mi jubilación íbamos a tener el claustro o el jardín que tenemos ni que íbamos a tener la a la gente que tenemos y cómo funcionamos. Me alegrará mucho que este equipo que es el mío sea el que haga nuevas cosas.

-Usted ha agradecido también el trabajo de los arquitectos que han trabajado para la Fundación.

-Como he dicho antes, este ha sido un proyecto de muchas voluntades, entre ellas las de los arquitectos que lo han liderado. Alejandro Cañada y Lucas Cañada, José María Sanz y Antonio Pérez. Ha habido muchos momentos de tensión con ellos pero ha sido apasionante. Pero sobre todo hay que agradecer a la sociedad turolense su apoyo. La red de gente que arropa fielmente a la institución.

-¿ Llegar a la población ha sido más fácil de lo que parecía?

-Sí. A veces se dice que la gente se dedica a criticar, pero yo no he tenido esa sensación. Cuando iba por la calle destacaban cómo les había gustado una actuación u otra. Hay gente que apostó por esto y son fieles pase lo que pase y hagas lo que hagas. Y eso es muy de agradecer.