Solicitan cinco años de prisión para el acusado por el apuñalamiento de Portalrubio
La acusación considera que el suceso ocurrido el año pasado fue un homicidio en grado de tentativa y la defensa pide la libre absoluciónLa acusación particular pidió este martes 5 años de privación de libertad por un homicidio en grado de tentativa para J.M.G., de 53 años, por el presunto apuñalamiento por la espalda el 11 de mayo de 2024 de S.S.H., su vecino en Portalrubio, que en aquel momento tenía 79 años. La defensa solicitó la libre absolución porque estima que no hay pruebas concluyentes sobre la autoría de los hechos y apeló a varios informes periciales que determinan la inimputabilidad de su defendido, que sufre esquizofrenia paranoide.
Tras el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Teruel, la acusación particular consideró que hay “indicios sólidos y contundentes” sobre quién fue el autor de los hechos e informes psiquiátricos que lo consideran parcialmente imputable a pesar de sufrir una alteración psíquica. Por este motivo, solicitó la calificación de los hechos como homicidio en grado de tentativa y no como un delito de lesiones y una resolución condenatoria de 5 años de privación de libertad, además de la prohibición de aproximarse a la víctima, de comunicarse con ella y de acudir a la provincia de Teruel, así como la obligación de someterse a controles y tratamientos médicos periódicos durante un plazo de siete años.
El Ministerio Fiscal consideró la alteración psíquica del acusado como una eximente y aseguró que no creía conveniente establecer una medida de privación de libertad. No obstante, pidió también una sentencia condenatoria y la aplicación de las medidas de alejamiento y seguridad solicitadas por la acusación particular. El fiscal reclamó también cerca de 6.000 euros por los gastos médicos generados por la atención que recibió la víctima en el Hospital Obispo Polanco de Teruel y en el Miguel Servet de Zaragoza, que fue lo mismo que requirió la letrada del Gobierno de Aragón.
La acusación particular consideró “burdo e insultante” que el abogado defensor de J.M.G., que además es su cuñado, hubiera generado dudas sobre la autoría de los hechos “en base al recuerdo de la víctima” por tratarse de una persona mayor que además sufrió un riesgo vital. Y es que lo señaló hasta en dos ocasiones en la rueda de reconocimiento celebrada en el Juzgado de Calamocha, aunque en su primera declaración no diera su nombre y asegurara que llevaba barba.
Supuestamente, recibió la agresión en la calle, frente a la puerta de sus casa, la tarde del 11 de mayo de 2024, pero no pidió ayuda hasta la mañana siguiente. Al vecino que le socorrió y que lo trasladó al punto de atención continuada de Pancrudo le refirió que había soñado que lo atacaba por la espalda un hombre con un perro grande blanco.
El abogado de S.S.H. consideró asimismo que hay “indicios sólidos y contundentes” dado que “el acusado reconoció haber cometido la agresión tanto a los agentes de la Guardia Civil como a los psiquiatras que lo atendieron con posterioridad”. Asimismo, apuntó que durante el juicio el acusado no había negado haber cometido los hechos y había admitido que no recordaba nada, “salvo que no llevaba barba”.
El capitán de la Guardia Civil que acudió a Portalrubio el 12 de mayo aseguró en la sala de la Audiencia que J.M.G. le manifestó que había apuñalado a su vecino y le entregó voluntariamente el cuchillo con el que supuestamente lo había hecho. El servicio de Criminalística determinó que en el filo de la navaja aparecían fibras textiles compatibles con las que llevaba la víctima, según los agentes.
La hermana de J.M.G., que también declaró en el juicio, aseguró que el 11 de mayo recibió una llamada de su hermano pidiéndole que fueran a verlo porque no se encontraba bien y que oía voces y sufría alucinaciones tras regresar a Portalrubio después de someterse a una operación de próstata en Teruel.
Precisó que su hermano siempre había estado estable y no había cometido ningún hecho violento en los 20 años que llevaba residiendo en la localidad y advirtió de una posible “animadversión” de S.S.H. hacia su hermano porque una vez le mordió una perra de su propiedad.
En cuanto a las pruebas periciales, uno de los forenses que le atendió aseguró que sufrió un brote agudo de esquizofrenia paranoide por una descompensación de su enfermedad psiquiátrica, que le provocó una merma parcial de sus capacidades cognitivas. También se hizo referencia a otro informe en el que la psiquiatra que le atendió en el Hospital Obispo Polanco relató que “impresiona la honestidad en el relato” de la agresión.
Presunción de inocencia
La defensa aseguró que seguía sin identificarse “sin duda alguna” al agresor y que ese día había una veintena de personas en Portalrubio, por el que además pasa la carretera. “En el pueblo había personas que responden a la descripción incluso mejor que mi cliente”, dijo. Alegó también la posible “animadversión” de S.S.H. hacia su defendido y lamentó que “hasta la Guardia Civil cayera en la trampa de pensar que el loco del pueblo es el que más fácilmente ha podido cometer esta atroz fechoría”.
El abogado defensor comentó que se había perdido la cadena de custodia del cuchillo, en el que además no había restos biológicos del acusado y, “por lo tanto, no hay arma homicida”, concluyó. Se refirió también a los informes forenses que establecen la inimputabilidad de su cliente, “que no tenía capacidad volitiva en el momento en el que se produjeron los hechos”.
Por último, aseguró que no había pruebas suficientes para desmontar la presunción de inocencia ni prueba de cargo concluyente, por lo que pidió su libre absolución.
