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Marta Mora Sánchez, analista y experta en huellas ambientales

"Tener calculada la huella de carbono en estos momentos es importante para posicionarse"

Marta Mora está entre las pioneras en analizar el impacto ambiental de la actividad industrial
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“Invertir en industrias sostenibles está a la orden del día y hay expertos que aseguran que las empresas que no sean sostenibles dejarán de existir”, afirma Marta Mora, analista y experta en el cálculo de la huella de carbono, un nuevo concepto que cada vez está más presente en la sociedad y que es fundamental para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible. Aunque en la provincia son pocas las grandes empresas que hay, y que son las que están obligadas a elaborar memorias de sostenibilidad desde el año 2018, es cuestión de tiempo que el impacto de la huella de carbono de cada actividad industrial que existe repercuta en su desarrollo. “Tener calculada la huella de carbono en estos momentos es importante para posicionarse”, considera.

Marta Mora es licenciada en Ciencias Ambientales y su oficio no es nada común, puesto que es  una profesión incipiente al ser analista de la huella de carbono, es decir, se dedica a medir cómo una actividad repercute en el medio ambiente, además de aportar soluciones para reducir y contrarrestar ese impacto.

Son cada vez más los gabinetes que se dedican a este aspecto que en cuestión de poco tiempo será fundamental para el desarrollo de cualquier empresa, hasta el punto de enfrentarse incluso al riesgo de desaparecer si no lo tienen en cuenta. Antes quien contaminaba pagaba y resolvía así el problema, pero a partir de ahora, quien lo haga sin mitigar esos efectos jugará en desventaja con sus competidores en una sociedad en la que cada vez se va a exigir más rigor a las empresas sobre esta cuestión.

Contaminación

Lo que ocurre, como afirma Mora, es que muchas empresas no saben lo que contaminan porque desconocen su huella de carbono, que lo que hace es medir  eso con criterios objetivos. Trabaja desde Teruel, donde ha decidido emprender en este emergente sector. El año pasado creó la empresa Be Neutral, en la que son ya dos personas trabajando, y su cartera va mucho más allá de la provincia puesto que tiene clientes en Madrid, Valencia, Andalucía e incluso en el extranjero.

Esta emprendedora destaca las oportunidades que se le abren también a la provincia por ser un territorio con poca industria por ahora y que contamina poco. “Socialmente tenemos mucho potencial”, argumenta, ya que es posible también la captación de empresas sostenibles.

Las grandes empresas tienen la obligación desde 2018 de elaborar memorias de sostenibilidad a partir de la huella de carbono que tienen, pero cada vez se va a exigir más a todas las industrias. “Hay ya ratios financieros que van en función de lo sostenibles que sean o no las empresas, y la huella de carbono lo que hace es ayudarles a medir esa sostenibilidad ambiental”, comenta la experta.

“Las pequeñas y medianas empresas van a entrar ahora en esa dinámica de forma gradual, y con los años van a tener que ir implementando medidas para reducir su impacto ambiental”, afirma, puesto que estaba previsto que la normativa que obliga a calcular esa huella de carbono hubiese salido en la primavera de este año, aunque la coyuntura internacional por la crisis energética lo ha retrasado, “pero puede salir en cualquier momento”, advierte.

Medición

“Es el momento de ponerse a medir esa huella, porque el objetivo es compensar lo que estás emitiendo a través de plantaciones de árboles y de otras iniciativas y medidas”, explica Mora, que precisa que calcular esa huella de carbono consiste en hacer un balance entre lo que se consume y la contaminación que se genera en un proceso productivo.

“Hay que medir lo que consumimos como materia prima, el agua, la energía, etc, y lo que generamos, los residuos, la contaminación de ese agua, de los suelos y las emisiones atmosféricas, y ese balance entre lo que se consume y lo que desechas es la huella de carbono”, afirma la especialista.

Comenta que se utiliza el carbono para medir esa contaminación porque el CO2 es uno de los gases que está provocando el efecto invernadero y el cambio climático, “y es uno de los que más tiempo tarda en degradarse en la atmósfera”. Por eso se utiliza como unidad de medida “para que todos nos podamos medir de la misma forma”.

Aclara que no basta con medirla, sino que “una vez que lo hayamos hecho tenemos que decidir cómo vamos a mitigarla, cómo vamos a reducirla, ya que el objetivo de todo esto es la descarbonización”.

Pacto Verde Europeo

“Europa ha sacado el Pacto Verde Europeo y ahora todos los países miembros de la Unión van a tener que ponerse las pilas”, indica la experta, a la espera de que se sepan los pormenores de la regulación cuando salga. Es algo que irá a más con el tiempo y que acabará implicando a todos los sectores, desde un banco hasta a un transportista.

“Tenemos que adelantarnos a lo que va a venir, porque a nivel empresarial es muy importante ir por delante de la normativa o de nuestra competencia”, argumenta. Y es que para calcular esa huella de carbono hacen falta datos y muchas empresas los desconocen porque no se han puesto a trabajar en ello, salvo las grandes.

“Creo que es importante que se vaya recopilando toda esa información que es necesaria para calcularla, y sobre todo para posicionarse”, precisa, porque “tener calculada la huella de carbono da valor al producto ya que es una especie de compromiso”. Un compromiso, en cualquier caso, que después debe certificarse para que sea válido.

Cálculo

A partir de un software lo que hace Marta Mora es desarrollar la sistemática para hacer ese cálculo de la huella de carbono, en el que se tiene en cuenta de dónde viene la electricidad, los consumos de gasóil, gas natural y otras fuentes energéticas, así como el consumo de materias primas. “No es lo mismo materias primas químicas que otras que vengan de la economía circular, por ejemplo de fuentes renovables”, aclara.

De igual forma se tienen en cuenta los consumos de papel, de agua y de todo tipo que se hagan, las salidas de los residuos y la contaminación. “La huella de carbono realmente es medir los gases de efecto invernadero, pero la huella de carbono se completa haciendo un análisis del ciclo de vida que tiene en cuenta todos los parámetros”, apunta.

Mora comenta que quienes le están llamando son “aquellas empresas que están o muy concienciadas, o que saben que se les va a aplicar en breve”. Pone como ejemplo el caso de una ganadería extensiva de vacuno que tiene mucho interés en demostrar cómo su huella de carbono es positiva por la aportación que hace al medio ambiente.

Por obligación, no por voluntad

Toda la sociedad es testigo de cómo el cambio climático está cambiando nuestras vidas y lo hará más en los próximos años, pero ser consecuentes con la responsabilidad que todos tenemos en ese fenómeno, desde las empresas, las instituciones y los ciudadanos en general es otra cosa. La analista y experta en huellas ambientales Marta Mora considera que “falta mucha concienciación” porque no se sabe lo que es la huella de carbono aunque sea un término, junto con el de la descarbonización, cada vez más presente en nuestras vidas. “Yo, por lo que veo ahora mismo, el que lo tiene que hacer lo hace por obligación, pero no por voluntad propia; creo que falta muchísima sensibilización”, argumenta.

En su opinión, es posible un futuro verde y lograrlo va a depender de la sociedad en su conjunto con el cambio de muchos hábitos de vida y de consumo, puesto que mientras no se cambie eso será complicado alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.

“Es posible y necesario ese futuro verde, porque con el ritmo de vida actual y el ritmo de consumo actual está demostrado que nuestro modelo es insostenible”, afirma la especialista. “Entonces hay que pensar en que sí que se puede cambiar eso y que es necesario, pero hace falta mucho trabajo hasta conseguirlo”, precisa. Ahora se está desarrollando la normativa pero ya hay un mercado de créditos de carbono, con lo cual se verán favorecidos quienes hagan buenas prácticas.