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Teruel se revela como un paraíso para el conocimiento de las tortugas mesozoicas Teruel se revela como un paraíso para el conocimiento de las tortugas mesozoicas
Adán Pérez, en el laboratorio de la Fundación Dinópolis con los restos fósiles de una de las tortugas que está estudiando

Teruel se revela como un paraíso para el conocimiento de las tortugas mesozoicas

El paleontólogo Adán Pérez estudia nuevos fósiles encontrados por la Fundación Dinópolis
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Nuevas investigaciones científicas están revelando la importancia que tiene en la provincia de Teruel el registro fósil de tortugas del Mesozoico, la era geológica en la que vivieron los dinosaurios. El paleontólogo Adán Pérez, especialista en estos vertebrados fósiles, está estudiando durante estos días el material hallado en las últimas excavaciones y prospecciones de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, y anuncia importantes aportaciones que se irán dando a conocer próximamente en artículos científicos.

Pérez, que ha descrito entre otros nuevos taxones de tortugas mesozoicas en la provincia los de Riodevemys inumbragigas en Riodeva, Toremys cassiopeia en Ariño, y Galvechelone lopezmartinezae en Galve, está inmerso desde hace casi un mes en el estudio de los fósiles de nuevos quelonios hallados en yacimientos turolenses por la Fundación Dinópolis.

Del grupo de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Uned, Adán Pérez es el mayor experto en tortugas fósiles de España y uno de los pocos especialistas en estos vertebrados que hay en Europa. Hasta su aparición, muchos restos de tortugas halladas en yacimientos del Mesozoico donde se encuentran los fósiles de dinosaurios quedaban registrados como indeterminados, pero ahora es el científico que está poniendo orden dentro de este grupo de animales.

La relación de Pérez con la Fundación viene de largo y cada cierto tiempo realiza una estancia en Teruel para estudiar los restos que van apareciendo en los yacimientos turolenses. Desde hace aproximadamente un mes está investigando en los laboratorios de la Fundación y prevé publicar los resultados a lo largo de los próximos meses.

Va a haber novedades destacadas porque han aparecido restos inéditos que arrojan nueva luz sobre la evolución de estos vertebrados con caparazón que no dejan de fascinar a la gente, y que han habitado y habitan tanto medios terrestres como acuáticos, marinos y de agua dulce. No obstante, se muestra cauto a la hora de desvelar estas novedades a la espera de concluir el estudio de los fósiles y su publicación científica.

Se está centrando en nuevos fósiles aparecidos en Riodeva en la Formación Villar del Arzobispo, sobre la que recientemente se ha publicado un estudio multidisciplinar que constata la importancia de este piso geológico abundante en fósiles del Mesozoico que tradicionalmente se habían situado en el Cretácico Inferior y que con las nuevas investigaciones se reubica en el Jurásico Superior, entre 154 y 145 millones de años. Por otra parte está estudiando los nuevos restos de tortugas aparecidos en la mina Santa María de Ariño, un afloramiento del Albiense de hace unos 111 millones de años perteneciente al Cretácico Inferior.

Pérez asegura que “está saliendo mucho material” en la provincia, y el objetivo de su visita a la Fundación, junto a una semana que ya estuvo en noviembre del año pasado, es avanzar en el estudio de la diversidad de tortugas que están encontrándose y conocer mejor la anatomía del material inédito hallado en varios afloramientos. Apunta en este sentido la posible descripción de nuevos taxones, es decir, de géneros nunca antes descritos en otras partes del mundo, así como la mejora del conocimiento de formas mal conocidas.

Materiales con potencial

“Hay materiales con mucho potencial”, ha constatado el paleontólogo de la Uned durante su última estancia en Teruel, interrumpida por algunos viajes por motivos profesionales como el que ha tenido que hacer hoy a Madrid para formar parte del tribunal de una tesis doctoral por la mañana, y para impartir una conferencia sobre tortugas fósiles de la Península Ibérica en Logroño por la tarde.

Adán Pérez destaca del registro fósil de tortugas aparecido en la provincia su diversidad, además de haber una gran variedad de distintas edades, ya que se han identificado marinas, de agua dulce y también terrestres.

“En la provincia tenemos una alta diversidad en el Jurásico con formas de agua dulce como Riodevemys, o formas marinas-litorales exclusivas de este periodo, y pasamos al Cretácico con una diversidad de formas también que van desde terrestres a una variedad amplia de tortugas de agua dulce, entre las que se ha descrito el nuevo género de Galvechelone, pero que también tenemos otras muy distintas que aumentan ese conocimiento sobre la gran diversidad que había en el Cretácico Inferior”, apunta Pérez, quien destaca también de este último periodo geológico la variedad de yacimientos de distintas edades, “en los que puedes seguir también un marco temporal con la evolución de varios grupos de tortugas y con la entrada de otros”.

Dentro de ese registro fósil turolense se puede observar también la llegada a la Península Ibérica de formas norteamericanas, asiáticas, europeas o exclusivamente peninsulares. “En Europa se establecen linajes tanto exclusivos de este continente como de origen norteamericano o asiático que llegan aquí en distintos momentos, y encuentran aquí los nichos al existir unos ambientes que les interesan por ser propicios para su diversificación y se hacen muy abundantes y aparecen en numerosos yacimientos de Teruel”, comenta el paleontólogo de la Uned.

En este sentido, el científico adelanta sobre los nuevos hallazgos y la investigación que está llevando a cabo, que “en este contexto en el que podemos seguir una evolución, una historia evolutiva de varios grupos de tortugas, Ariño lo que pone ahí es precisamente cómo es esa diversidad a final del Cretácico Inferior, que es un momento que en Europa se conocen muy pocos yacimientos, la información sobre las tortugas es muy limitada y el material generalmente es muy fragmentario”.

Añade a este respecto que en Ariño se están identificando “una cantidad significante de restos de tortugas, además muy bien preservados, entre los que se encuentran Toremys, pero también hay otras tortugas actualmente en estudio que nos van a dar novedades e información muy relevante para entender cómo eran las tortugas del final del Cretácico Inferior”.