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Un artículo de Federico Andrés, localizado por Paco Gómez, habla de La Vaquilla de 1897 Un artículo de Federico Andrés, localizado por Paco Gómez, habla de La Vaquilla de 1897
Artículo localizado por Paco Gómez sobre La Vaquilla del Ángel, que escribió Federico Andrés con fotos de F. Garzarán

Un artículo de Federico Andrés, localizado por Paco Gómez, habla de La Vaquilla de 1897

Cuando el traslado de los toros “es la parte de la fiesta que más entusiasma”
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Queda un mes para las Fiestas del Ángel y es momento de profundizar en los orígenes de esta fiesta. El investigador turolense sobre temas taurinos Paco Gómez Sobreviela ha transcrito un artículo publicado en el semanario madrileño Sol y Sombra, fechado en agosto 1897, que recientemente le facilitó el médico y cronista taurino Rafael Cabrera y que se centra en La Vaquilla. Fue escrito por Federico Andrés, con imágenes de F. Garzarán, y en él se habla de los orígenes de esta tradición y de las costumbres que había a finales del siglo XIX en torno a la fiesta. Recuerda Federico Andrés que en honor del Santo Ángel de la Guarda, uno de los patronos de la ciudad, Teruel celebra anualmente una corrida de toros “que data de tiempo inmemorial” y que es “una de las fiestas más típicas del pueblo de los Amantes”. 

Con este artículo se puede saber que se financiaba con el legado pío que cobraba el Ayuntamiento y que la fiesta constaba de una parte religiosa y otra taurina. “Se celebra siempre en el domingo y lunes más próximos al día de San Cristóbal, el 10 de julio”, apunta, tal y como ocurre en la actualidad.

Andrés explica que se corren las reses en la plaza de toros y en la del Mercado (hoy del Torico)  pero apunta que anteriormente a esa época se hacían solo en esta última. Del ambiente de la plaza de toros destaca “la animación extraordinaria” que se da como muestra que “no queda ni una localidad vacía y hay muchos que por alcanzar asiento de sombra acuden a la plaza a  la una de la tarde, hora en que abren las puertas”.

Pero asegura que “la fiesta que más entusiasma a los aficionados”, se produce con el traslado de los toros, desde la plaza a un corral, situado en el interior de la ciudad”. Andrés describe el traslado y habla de la soga y baga que “sirve para en el caso de que acometa a los que llevan la primera, y es la que se conoce con el nombre de baga”.

Sobre la lidia del lunes en la entonces plaza del Mercado asegura que “constituye un hermoso cuadro de color para apreciar nuestras costumbres locales”.

También se refiere a los que conducen a los toros: “La maroma con que va sujeta la fiera está confiada a unos cuantos hombres tan prácticos ya, que a ellos se debe el que las cogidas sean rarísimas, a pesar del gentío que toma parte en el espectáculo y de la bravura y poder de las reses”.

Federico Andrés, un gran estudioso de su ciudad

El 1º de junio de 1913 moría a los 47 años en Teruel el profesor auxiliar del Instituto, Federico Andrés y Tornero. Había sido alcalde de su ciudad y diputado y dedicó prácticamente todas sus investigaciones históricas, su producción literaria y sus esfuerzos regeneracionistas a su provincia dentro de lo que se ha calificado como la crisis finisecular del siglo XIX en la que se vio inmersa la provincia de Teruel, como destaca el historiador e investigador de esta figura histórica, Serafín Aldecoa. Dentro de los numerosos cargos que ocupó fue director de dos periódicos,  tesorero del Casino Turolense, presidente del Club Velocipédico, secretario del Monte de Piedad y Caja de Ahorros y vocal de la Junta de Monumentos  Artísticos de la provincia.

Andrés centró parte de sus trabajos en la investigación del pasado histórico de Teruel. Aldecoa destaca su “notable vitalidad, las inquietudes indagatorias sobre temas  turolenses, el despliegue de sus capacidades intelectuales y otras muchas cualidades más que hacen de Federico Andrés uno de los personajes con mayor erudición y con más preparación intelectual del último cuarto del siglo XIX”.